El mensaje político
La convocatoria de la gobernadora Maru Campos, el sábado pasado, contiene, además del objetivo primordial que era mostrar los resultados de su primer tramo de ejercicio, un mensaje político imposible de negar: el respaldo partidista, social y popular que tiene.
Será por ello que el compromiso político fue expresado por la gobernadora en palabras muy sencillas: Chihuahua no es de un lado ni del otro, es del norte. Interpretaciones aparte… el llamado a la recomposición de la paz social es un tema que se mantiene en su discurso, desde que asumió la primera magistratura del estado.
Durante su informe habló de inversión, de instituciones sólidas, de seguridad humana y procuración de justicia, educación, salud y desarrollo humano, crecimiento económico competitivo, ordenamiento territorial, renglones que abarcan prácticamente todos los temas que atiende la administración pública.
Escuchamos, por ejemplo, de las inversiones estratégicas en algunos municipios clave en el desarrollo regional, como Meoqui, que tuvo en este primero año de gobierno una inversión de 41 millones de pesos, o en Camargo, al que se le inyectaron otros 35, así como los 19 millones de pesos a Delicias, 8 a Casas Grandes, 9 en Ojinaga, entre otros.
Los informes gubernamentales tienen eso: datos duros que puedan comprobarse y se traduzcan en obras y soluciones a las demandas más sentidas de la población; pero también hay mensajes políticos que deben ser analizados con especial atención, porque abarcan situaciones, lecturas, pero sobre todo, compromisos.
El de Maru Campos fue un informe de mensajes enviados a quien corresponda, así de simple, pero lejos de dedicatorias, que las hubo, el mantener la idea de la cohesión social en beneficio de los chihuahuenses es algo que necesita atenderse en un esquema de solidaridad social; no se pueden dejar todos los problemas al gobierno para que los resuelva. La urgencia es para toda la comuna, sobre todo en temas como el rezago en la región serrana a la que, por cierto, convocó no sólo a Chihuahua sino a otras entidades.
La vimos como alcaldesa, con dos períodos fáciles de ganar en las urnas y con holgada administración que generó resultados; no fue gratis que en el intento de reelección, los votos alcanzados le dieran la contundencia y, sobre todo, le ofrecieran el pase a la candidatura al Gobierno del Estado.
Maru Campos sabía que no era fácil administrar ya no uno, sino los 67 territorios municipales que tiene políticamente la entidad; la capital chihuahuense le dio el soporte -y también el aval- de los chihuahuenses, que le confiaron el Gobierno del Estado. La pudimos observar el sábado pasado en ese primer encuentro de rendición de cuentas: clara, sin rodeos, con cifras contundentes y, sobre todo, insisto, con un mensaje político que ya brincó la frontera estatal.
Ahí estuvieron varios gobernadores del país, exgobernadores, senadores, diputados federales, coordinadores de bancadas en el Congreso de la Unión, líderes sociales, empresarios, académicos, organizaciones de la sociedad civil, representantes de distintas corrientes religiosas y también políticos de todos los colores.
La representación del presidente López Obrador no es cualquier ocurrencia: Adán Augusto López, el secretario de Gobernación, estuvo presente en el informe de la gobernadora Maru Campos y aunque el protocolo siempre había marcado que quien lleve la representación presidencial, ofrece un mensaje al finalizar el acto de rendición de cuentas, en esta ocasión no se hizo, pero tampoco fue necesario. Ambos lo saben.
El solo hecho de que el secretario de Gobernación esté presente en el informe, contiene un mensaje por demás claro. A ninguno de los dos niveles de gobierno, el estatal y el federal, le es conveniente una confrontación política porque, primero, ya sabemos que este tipo de pleitos siempre dejará un saldo negativo, para todos y, segundo, está en puerta la definición de quiénes buscarán o la continuidad en la silla presidencial, o el relevo de colores.
No es, para nada, gratuita la cortesía que distintos partidos políticos le brindaron a Maru Campos el sábado; hay una alianza que no se va a romper, al menos, hasta pasada la elección de 2024, la más esperada en las últimas décadas, entre varias fuerzas política que intentarán evitar el avance del actual partido en el poder.
Por eso el sábado pasado, cuando Maru Campos presentó su informe, más allá de los resultados -que los hay-, mucho más allá de los mensajes políticos que la mandataria estatal haya enviado, está uno que no puede perderse de vista: logró convocar a figurones de la política nacional, no necesariamente para un proyecto individual, sino para algo que se pueda gestar desde el norte del país y, particularmente, desde Chihuahua. Este reagrupamiento de fuerzas políticas, no es casual y viene algo importante. Al tiempo.