En la salud y en LA ENFERMEDAD
Abren muestra en el MUSA sobre Frida Kahlo; incluye fotografías de época de los hospitales y de alguno de esos cuartos que ocupó durante sus convalecencias
Ciudad de México — El Museo de las Artes (MUSA) busca mirar a Frida Kahlo desde su interior, desde la fragilidad de su cuerpo, desde la composición química de su sangre, desde sus angustias, las camas donde vivió dolorosas convalecencias, desde las medicinas que tomaba y hasta desde el pulso de su corazón.
La exposición “Frida sin Fronteras”, curada por la fotógrafa Cristina Kahlo, sobrina nieta de Frida y abierta al público desde la noche del jueves, no cuenta con ninguna pintura de la artista.
No busca ahondar más en los mitos que la rodean, por el contrario, busca humanizarla.
“La biografía de Frida es tan atractiva que a veces pasa que se le trata como el personaje de una novela, y claro tiene tantos matices que a veces lo parece, para mí es importante que se le aterrice como un ser humano, como una persona que le corría sangre por las venas, que vemos constantemente en su pintura, que estuvo hospitalizada muchas veces”, relata Cristina Kahlo.
En la exposición hay fotografías familiares, cartas que le enviaba Frida a Leo Eloesser, Juan Farrill y Peter Glusker, sus doctores, así como de Diego Rivera y Matilde Kahlo sobre su enfermedad de 1898 a 1953.
Hay postales que empiezan siempre con “Querido doctorcito”.
“Es como romper esa frontera entre el interior del cuerpo de Frida, nos estamos metiendo al interior del cuerpo hablando de estas fracturas internas”, dice Cristina.
“El adentro y el exterior del cuerpo fue uno de sus temas, no nada más el autorretrato, su propio cuerpo fue una fuente de inspiración a partir de que tiene el accidente hay cuadros que hablan de la columna rota, por ejemplo, del aborto, del hospital, el tema de la hospitalización también fue una parte muy importante de su vida”.
Como el cuarto propio que la escritora inglesa Virginia Woolf proponía para las mujeres en la creación, para Frida Kahlo muchas veces esos cuartos fueron cuartos de hospitales donde la atendían desde el accidente de su adolescencia, en 1925, que afectó su columna vertebral.
Durante su vida fue intervenida quirúrgicamente 32 veces.
La muestra incluye fotografías de época de los hospitales y de alguno de esos cuartos que ocupó en la enfermedad y que fueron parte fundamental en su obra.
Hay fotografías de Graciela Iturbide, de los corsets encontrados en la Casa Azul, en los que Frida pintó tras su convalecencia del accidente del tranvía y hay también una pieza fotográfica de la propia Cristina Kahlo que hace una especie de retrato a las batas de hospital que la artista usó en una de sus estancias y que están llenas de manchas de pintura. Kahlo pintaba durante sus estancias y usaba su bata para limpiar los pinceles.
La bata está allí retratada de frente y de espaldas como en alusión a la icónica pintura de "Las dos Fridas". La lista de sus diagnósticos es larguísima. Le detectaron poliomielitis a los 9 años, luego el accidente a sus 18 años, los estragos en varias partes de su cuerpo continuaron gran parte de su vida y fueron causantes de tantas operaciones. Vivió con dolores crónicos en su columna y en su pierna derecha, los avances en la medicina han barajado la idea de que sufriera una fibromialgia postraumática en sus tejidos blandos, no diagnosticada.