¿EL TIEMP0 PASA RÁPIDO O LENTO?
Los investigadores han creído durante mucho tiempo que el cerebro controla nuestro sentido del tiempo. Un nuevo estudio sugiere que el corazón desempeña un papel importante
Es una perogrullada que el tiempo parece expandirse o contraerse según nuestras circunstancias: cuando tenemos miedo, los segundos se pueden estirar. Si pasamos un día en soledad, puede pasar lento. Cuando queremos entregar algo a tiempo, las horas transcurren con rapidez.
Un estudio publicado este mes en la revista Psychophysiology a cargo de psicólogos de la Universidad Cornell descubrió que, cuando se observa al nivel de microsegundos, algunas de estas distorsiones podrían ser generadas por los latidos del corazón, cuya duración es variable de un momento a otro.
Los psicólogos sometieron a estudiantes universitarios a electrocardiogramas para medir la duración de cada latido con precisión y, después, les pidieron que estimaran la duración de tonos de audio breves.
Los psicólogos descubrieron que tras un intervalo más largo de latido, los sujetos tendían a percibir que el tono era más largo; los intervalos más cortos llevaron a los participantes a evaluar el tono como más corto. Tras cada tono, los intervalos de latidos de los sujetos se alargaban.
Saeedeh Sadeghi, una doctoranda en la Universidad Cornell y autora principal del estudio, mencionó que un ritmo cardiaco más bajo pareció ayudar a la percepción.
“Cuando necesitamos percibir cosas del mundo exterior, los latidos del corazón son ruido para la corteza cerebral”, explica. “Puedes asimilar más el mundo —es más fácil procesar cosas— cuando el corazón está en silencio”.
El interés en la percepción del tiempo ha tenido un auge desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, cuando las actividades fuera del hogar se detuvieron en seco para muchos y personas de todo el mundo se enfrentaron a tramos de tiempo que no podían diferenciar.