El Diario de Chihuahua

¿Qué es lo que te molesta?

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Elige un momento de calma “y pregunta de qué se trata realmente”, aconsejó Talal Alsaleem, consejero de parejas de Rosedale, California. Ambas personas deben tener la oportunida­d de compartir sus puntos de vista sin ser interrumpi­dos.

“Les doy libretas de notas a mis clientes”, dijo, “así que si realmente quieren comentar lo que dice su pareja, pueden escribirlo”.

Luego, intenten explorar qué es lo que realmente les molesta. Porque a menudo esa pelea no es realmente por los platos. “Es más seguro pelearse por sacar la basura que por todas las demás cosas por las que deberías estar peleándote”, dijo Alsaleem.

“Es más fácil centrarse en estos temas porque son un poco más tangibles que hablar de sentimient­os. Es más difícil decir: ‘No siento que estemos conectados’ o ‘No siento que me valores’”.

Álvarez recomienda profundiza­r más y hacerte preguntas como: “¿Qué sentimient­o me trae esto? ¿Es algo que sentí en la infancia? ¿Dónde más he sentido esta necesidad de no rendirme?”. Luego puedes compartir estas ideas con tu pareja.

Haz lo que sea bueno para tus niveles de estrés

“No me gusta cuando la gente usa sus zapatos en mi casa”, dijo Dontea’ Mitchell-hunter, terapeuta radicada en Atlanta. “Literalmen­te tengo que decirme: ‘Ok, si hacen esto, ¿es el fin del mundo? ¿Se puede resolver este problema? Sí, puedo pasar la aspiradora. Entonces, ¿vale la pena enloquecer y gritar sobre un problema que se puede solucionar con menos estrés?’”.

A veces es más fácil para tu salud mental, dijo Mitchell-hunter, aceptar algunas de las peculiarid­ades de tu pareja. “Mira la foto completa”, dijo. “Ríndete y di: ‘No importa cómo se pongan los trastes en el lavavajill­as, siempre y cuando los platos queden limpios’”.

También puedes estar agradecido porque tu pareja lavó los platos para que no tuvieras que hacerlo tú, agregó.

Ataca el problema

Tal vez pienses que es ridículo que tu pareja se enfade constantem­ente por algo que a ti te parece trivial, pero debes reconocer que los sentimient­os que afloran son reales.

Cuando estamos enfadados con alguien, “ese enojo a menudo cosifica a los demás, borrando su humanidad”, escribió Paley Ellison en Untangled. Recuerda que esa persona a la que quieres está angustiada, dijo.

Después, intenta resolver el problema encontrand­o algo en lo que estén de acuerdo, dijo Álvarez, aunque el único punto de partida sea “estamos de acuerdo en que no deberíamos estar peleando por esto”. Ya con eso, añadió, al menos están colaborand­o.

Partiendo de ahí, aborden juntos el problema. Intenten encontrar un aspecto sobre el que ambos puedan ser flexibles, añadió Álvarez. A medida que vayan tratando cada punto conflictiv­o, hagan una concesión.

Si mantienen la cabeza fría y trabajan juntos, quizá la respuesta les llegue fácilmente. Si no se logran poner de acuerdo sobre el lugar “correcto” para colgar el trapo de la cocina, puede ser tan sencillo, dice Álvarez, como que “durante un mes una persona ponga el trapo donde ella quiere y luego lo haga la otra”.

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