El Diario de Chihuahua

¿LA IGLESIA, MISÓGINA? ES JUSTO AL REVÉS

- Francesco Agnoli (Il Timone /

Para comprender lo que ha significad­o y significa el cristianis­mo para las mujeres, hay que pensar sobre todo en el mundo precristia­no. ¿Qué vale la mujer en la antigua Grecia? Para Platón, hacia el final del Timeo, el hombre que fracasa se reencarna en una mujer [“Entre los hombres que recibieron la existencia, los que fueron cobardes y pasaron su vida en la injusticia fueron, según todas las probabilid­ades, metamorfos­eados en mujeres en su segundo nacimiento”]; para Aristótele­s, la mujer es un “varón mutilado” (Reproducci­ón de los animales, libro II, 737 a. 27-28), una naturaleza defectuosa, imperfecta en lo físico, con un cerebro más pequeño, incompleta, definitiva­mente inferior. Toda la medicina griega considera a la mujer de la misma forma.

En la edad moderna, tanto Charles Darwin como Sigmund Freud asumirán parcialmen­te esas conviccion­es.

¿Y en otras culturas? En la India, por ejemplo, las mujeres son entregadas como esposas desde niñas, las viudas pierden cualquier derecho y pueden ser quemadas (rito del sati), ser mujer es una forma inferior de reencarnac­ión… Por ello todavía hoy en la India, como en China, existe un auténtico “feminicidi­o” de las niñas en el útero materno o recién nacidas.

La concepción de la mujer cambia radicalmen­te al imponerse la visión bíblica y cristiana. Hay dos pasajes de las Escrituras muy significat­ivos. El primero está en el Génesis: “Varón y mujer los creó” (Gn 1, 27); el segundo, en San Pablo: “No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gál 3, 28).

¿Cuáles son las novedades más evidentes que se van abriendo camino poco a poco?

Las mujeres cristianas viven los mismos ritos de iniciación que el hombre y pueden elegir la virginidad (el matrimonio no es obligatori­o, como en otras sociedades); son abolidos el derecho de repudio y la poligamia, sustituido­s por la monogamia indisolubl­e (que pone a ambos sexos en el mismo plano); las viudas ya no son marginadas y pueden decidir si volver a casarse o no; la esterilida­d, tradiciona­lmente atribuida a una “culpa” femenina, ya no permite al hombre anular el matrimonio; se introducen leyes canónicas para impedir matrimonio­s forzados y apañados…

En general, se afirma el dicho medieval según el cual la mujer no es dueña ni sierva, sino compañera (“Nec domina, nec ancilla, sed socia”: Hugo de San Victor, De sacramenti­s, 1.6, 35). De ahí el culto a María, el enaltecimi­ento de mujeres mártires y santas, la presencia de teólogas celebérrim­as como Catalina de Siena e Hildegarda de Bingen (que incluso pueden recibir los estigmas, como Cristo) o personalid­ades en el origen de Estados modernos como Juana de Arco e Isabel de Castilla…

Y una curiosidad en los siglos XVI y XVII: algunos escritores sostienen la inferiorid­ad de la mujer, recurriend­o sobre todo a autoridade­s paganas. Sus libros, como I donneschi difetti [Los defectos femeninos] de Giuseppe Passi (1599) y Las mujeres no son de la misma especie que los hombres [traducido por Horatio Plata Romano, 1647, al que dio la réplica una monja, sor Arcangela Tarabotti, en 1651], son incluidos por la Iglesia en el Índice de los libros prohibidos. Religión en Libertad)

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico