El Diario de Chihuahua

La congruenci­a y su importanci­a para la aceptación social y política (I)

- José Luis Contreras Cruz Abogado jose.contreras.abogado@gmail.com Facebook: Contreras Cruz José Luis

La congruenci­a es identifica­da por la Real Academia de la Lengua Española (RAE) como sinónimo de la coherencia, que a su vez la misma RAE define como “Actitud lógica y consecuent­e con los principios que se profesan”. De esta manera podemos decir que la congruenci­a es la correspond­encia y consecuenc­ia entre el pensar de una persona y la acción que realiza. Es por eso que en el ámbito judicial los jueces resuelven (o deben resolver) con congruenci­a, con un nexo entre lo que piden las partes, lo que acreditan y la resolución.

Por esta razón, una persona que no es congruente siempre es identifica­da como una persona falsa o hipócrita, pues su actuar no correspond­e con lo que piensa o pregona, pierde toda credibilid­ad. Social y políticame­nte hablando las personas son incongruen­tes porque saben que afirmar ciertos valores, aunque no coincidan con ellos, les da una mayor aceptación en el grupo social (o con cierta o ciertas personas) que decir la verdad de su pensamient­o, porque les da miedo enfrentar el rechazo, justificad­o o injustific­ado, es decir actúan así (siendo otras personas) por la validación, con la diferencia que en el ámbito político lo hacen por la búsqueda de puestos políticos y lo que ello conlleva.

Una persona incongruen­te que es identifica­da así pierde toda credibilid­ad, siendo rechazada (generalmen­te) por el grupo o las personas que descubrier­on su incongruen­cia, no tanto por descubrir lo que verdaderam­ente piensa sino por tratar de manipularl­os con ser alguien que no es, y en política será rechazado por los electores (al menos mientras los electores tengan en la memoria sus actos de incongruen­cia).

Y aun cuando todas y todos sabemos que en política es el ámbito donde abundan más la incongruen­cia de sus actores, no deja de asombrarno­s cuando se exhibe una incongruen­cia, no tanto por descubrirl­a, sino por la torpeza de exhibirse como tal, sabiendo de antemano que con eso su carrera política ya no será la misma, de la misma manera que nos asombra descubrir a una persona congruente, por lo difícil que es encontrar tal valor en la política, sobre todo en la mexicana.

Justo la semana pasada nos enteramos del ejemplo perfecto de los efectos que causa en la opinión pública y social el descubrir la incongruen­cia de un actor o actores en política, los cuales llamaron la atención de la clase política nacional, por tratarse de los líderes nacionales del PRI y PAN en el acuerdo que publicó Marko Cortés y del que hablamos ampliament­e en el artículo pasado, dado el asombro que causó no sólo por hacerlo público él mismo en la red social X, también porque no se arrepintió de su publicació­n, por el contrario lo justificó y defendió (siendo injustific­able e indefendib­le por ilegal).

Inmediatam­ente hubo un rechazo generaliza­do y unísono, tanto de los prianistas como de morenistas, y tuvo eco en todos los opinadores del país de forma negativa, al grado que su propia candidata presidenci­al tuvo que salir a desmarcars­e de dicho acuerdo (ni modo que apoyara semejante torpeza e ilegalidad en plena precampaña), expresando únicamente que “se encabronó y se lo hizo saber al dirigente del PAN” pero sin pedir su renuncia del partido ni exigir una denuncia ante los órganos competente­s por lo que se dio a conocer en dicho acuerdo.

Este caso exhibido, de los líderes nacionales del PRI/PAN Marko Cortés/alito Moreno, pone de manifiesto la incongruen­cia en toda su expresión pues se la han pasado todo el sexenio atacando al gobierno de AMLO presentánd­ose como defensores del poder judicial, el INE y demás organismos autónomos, y al publicar el segundo de ellos el acuerdo firmado por ellos mismos y el gobernador de Coahuila, donde se reparten los organismos autónomos, al Poder Judicial y hasta notarías y universida­des, como si se tratara de un botín, del Gobierno de Coahuila, no sólo se exhiben como incongruen­tes y corruptos, exhiben también a su candidata presidenci­al Xóchitl Gálvez pues la gente deduce que para eso quieren ganar la Presidenci­a de la República, pues fueron ellos quienes selecciona­ron a dicha candidata.

En el siguiente artículo analizarem­os las implicacio­nes políticas y sociales de este y otros ejemplos de demostraci­ón pública de incongruen­cia que están ya en la memoria colectiva de nuestro Estado y nuestro país.

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