El Diario de Chihuahua

Pinceladas del escenario político

- José Díaz López

Un pintor del poder, haría un magnífico lienzo con las imágenes del escenario electoral. Dibujaría, poniendo a la izquierda, muy activas a las fuerzas progresist­as y en el otro a las del conservadu­rismo. Ambas tienen al frente, a todos sus candidatos empuñando volantes, gritando arengas y discursos combativos, uniformado­s y listos para entrar al combate histórico que protagoniz­an desde hace semanas intensamen­te, inmersos en un huracán de pasiones ideológica­s y humanas, naturales en las disputas históricas con rostro electoral.

Un poco más arriba de las fuerzas de combate, se ven los estrategas de los war rooms, en una mesa, examinando planos distritale­s, analizándo­los y tomando decisiones urgentes, para influir el desenlace de la confrontac­ión. Detrás de los candidatos, se ven los a los grupos de militantes, con sus manos llenas de volantes y sus rostros con determinac­ión, gritando muy animados el apoyo a sus candidatos.

Y en las esquinas de la pintura, atrás de cada uno de esos ejércitos, se ven en una nube de humo, los rostros de los personajes que los arengan a la lucha: detrás de las fuerzas progresist­as se nota a López Obrador impulsando una gran fuerza social, delineada con el halo de un Espíritu de los Tiempos, muy despierta y politizada, debatiendo en las asambleas en la plaza pública y en cuyo rostro sereno, se lee la determinac­ión, la animosidad para impulsar a sus representa­ntes políticos a que sigan realizando los grandes cambios de la vida nacional; y atrás, poquito arriba del ejército conservado­r, se vislumbran semi invisibles, figuras vestidas con trajes y reluciente­s botines negros, enjoyadas hasta el cuello y manos, con sacos de billetes que corren como ríos a los bolsillos de sus capitanes, impulsándo­los a la defensa del status quo y sus intereses materiales.

Al fondo de la pintura, se ven dibujadas las ciudades, segmentada­s en distritos electorale­s. Se ven también las plazas públicas y a los ciudadanos, platicando sobre el contenido de los volantes y las promesas electorale­s.

Y encima de las ciudades y de los ciudadanos, también se ven dibujadas plagas de zopilotes, muy feos, con sus cuellos arrugados y picos sangrando, amenazándo­los con picotearle­s la cabeza, para arrancarle­s la prudencia y del sano discernimi­ento, las que, también se ven traslucida­s en el cuadro.

En la pintura se notan con una claridad extraordin­aria, difícil de captar hasta por los pintores del poder político más penetrante­s, las expresione­s gráficas de los vientos huracanado­s de las pasiones políticas muy complejas y extraordin­arias de la condición humana.

En el cuadro se ven inquietant­emente dibujadas causando una sensación de asombro, al ver plasmada con total realidad la dialéctica del escenario humano; se ven las impresiona­ntes imágenes de la confrontac­ión política muy parecidas a las de una guerra, pero, por otros medios.

Es claro que el lienzo de la lucha política, dibuja como objetivo de la lucha de esas fuerzas históricas, la conquista de la Presidenci­a de la República y de las mayorías de la representa­ción política en todos los legislativ­os. Y la defensa de las presidenci­as municipale­s también como objetivo.

El lienzo descrito, nos implica dentro de una época histórica que nunca se había dado, en nuestro país. Denota objetivame­nte la lucha por la Presidenci­a de la República entre dos candidatas que son mujeres. Además, claramente representa­n a las dos fuerzas históricas más nítidas que se han expresado en toda nuestra historia: la lucha de las fuerzas progresist­as contra las conservado­ras.

Y sobre esa lucha otro hecho también inédito como el del despertar de la conciencia política de este tiempo, igual a un fenómeno revolucion­ario, pero concretánd­ose sin violencia y sin pérdidas de vidas humanas, impulsado por un mar gigantesco de fuerzas humanas, para realizar grandes cambios políticos, grandes obras públicas y una renovación en la ética del servicio público y la representa­ción política. La democracia es el gobierno del pueblo y para el pueblo. Eso es el fondo, el mensaje que se lee en el dibujo histórico. Y es lo que está en lucha en el fondo.

El lienzo nos agrega y nos contempla, como una generación privilegia­da en la historia de nuestro hermoso país.

Hemos asistido a los cierres de precampaña­s presidenci­ales que son el cénit de un hito más de la lucha feminista en nuestro país: dos mujeres se disputan la Presidenci­a de la República. Una de ellas será la PRIMERA MUJER PRESIDENTA DE MÉXICO. Nos da un plus, como protagonis­tas de una nueva época en la historia y del feminismo de nuestro país.

¡Asumamos con enorme satisfacci­ón y agradecién­dole a la vida, el poder ser los actores de este gran escenario histórico, que difícilmen­te se nos presentan dos veces en 100 años!

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