¿Voto por el partido o voto por el candidato?
Nos preguntamos: ¿el elector va a votar por la marca, por el partido: o por el candidato? El elector vota de acuerdo a las circunstancias que rodean su vida. En esa decisión, entra toda la influencia de su entorno existencial. Parafraseando a Ortega y Gasset podríamos decir que el “voto del elector es él y sus circunstancias”. Por eso, los estrategas del marketing político, tratando de satisfacer todo tipo de necesidades del elector, ponían énfasis en que los candidatos fueran muy competitivos en las necesidades que satisfacen una buena imagen física y su trato social.
Sin embargo, hoy todas las teorías que intentan escudriñar, sin lograrlo nunca, las profundidades de la psicología del elector, han tenido que modificarlas, en todos los sentidos, menos en la única conclusión válida universalmente: el voto se decide en base a las circunstancias personales del elector.
La realidad cambia y el ciudadano inmerso en la globalización informativa, también. En ese sentido la respuesta a la pregunta, es qué en las calles, en los debates cara a cara digital de Whatsapp, en Facebook, en Tiktok, etc., el voto se va a expresar en favor de la “marca, por el partido”. Aquel voto que se tomaba por el candidato, desde hace años, hasta nuevo aviso, quedó en el olvido.
¡Hasta el “voto duro” que presumían en el PRIAN, se ha pulverizado!, por el despertar político que causó la instantaneidad y la globalización de la información, de la cual abreva mucho tiempo del día, la racionalidad del ciudadano en general.
Lo que también es cierto, basándonos en la constancia de los resultados en los sondeos del pulso de la opinión pública, es que el voto “por el partido”, es la característica más notoria del elector de nuestro tiempo. Pues, se ha venido expresando en diversas elecciones de los últimos años. Incluso este tipo de voto “por el partido”, le ha dado sus mordiscos al conservadurismo gobernante. Y ahora viene de nueva cuenta, en la lucha por el Poder Legislativo y presidencias municipales.
En ese debate del voto “por el partido” o voto “por el candidato”, la predisposición electoral se ha venido manifestando, muy proclive a seguir impulsando los grandes cambios históricos, lo cual no ha favorecido, para nada, al conservadurismo. Quizás por este motivo, que las encuestas no lo favorecen, al PRIAN local no le quedó otra opción, que designar a candidatos a las senadurías, basándose en sus nombres y principalmente por el apoyo de su élite política. Lo cual además no es una novedad, ya que el PRIAN en lo conducente, hace lo que siempre ha hecho: repartirse las plurinominales y las candidaturas, potencialmente fáciles de ganar, entre sus líderes y amigos más cercanos.
Los hechos nos dan la razón, pues como todos sabemos Alito, Marko Cortés y Zambrano, y sus preferidos, se registraron en el primer lugar de las plurinominales. La triada mayor de la corrupción en el PRIAN, no tuvo contemplación ni respeto alguno por los jóvenes, ni por aquellos que fácilmente tienen más competitividad que ellos. Los tres, están haciendo lo que siempre han hecho: usar la nomenclatura de sus partidos y sus grandes presupuestos como un botín personal.
Las acciones de estos líderes prianistas, nos dan cada vez más la razón, también en el sentido de que ya están “gritando” que su candidata presidencial está derrotada, lo cual, las encuestas también lo anticipan. Dan a entender que saltan del barco con el salvavidas del fuero, para no ser procesados por los múltiples delitos delineados en sus biografías.
Por las vísperas anticipamos, que el resto de las candidaturas de representación popular del conservadurismo, seguirán la misma suerte que las plurinominales, se otorgarán a los preferidos por sus élites. Sin embargo, la viabilidad de la victoria de las candidaturas directas, está ahora más complicada que nunca, incluso en los distritos que los conservadores, históricamente han considerado “seguros” para su causa.
Mientras tanto, en la coalición progresista “Juntos Haremos Historia”, se respiran, sin confiarse ni un ápice, vientos de triunfos anticipados en la candidatura presidencial; y con base en las encuestas, se vislumbra en el horizonte una intensa, rabiosa, en el sentido político de la palabra, batalla final por la mayoría en el legislativo local y y federal. Y no se descarta la batalla cuerpo a cuerpo por la presidencia municipal de Chihuahua en manos de los conservadores.
En tanto que por la presidencia municipal de Ciudad Juárez, hasta nuevo aviso, no hay problemas en sus defensas.
Y dijimos que “sin confiarse ni un ápice”, pues es muy visible la atención que le están poniendo en su “cuarto de guerra” al fortalecimientoy movilización, como ya lo dejaron ver públicamente, en la región centro-sur del estado y en la colonia “Cerro Prieto”, con grupos de activistas, que dan una idea de la fuerza y organización de una parte, solamente una parte del ejército, de sus estructuras electorales. Además de la actividad de muchos ciudadanos que espontáneamente participan activamente, desde hace tiempo, en la guerra por el predominio del espacio digital.