En preparación al Jubileo 2025
El Dicasterio para la Evangelización -concretamente la sección para las cuestiones fundamentales de la evangelización en el mundo- a cargo del Arzobispo Salvatorino Fisichella, ha publicado en la página web del próximo Jubileo de 2025 el calendario del mismo, el cual resalta los días en que diversos grupos de fieles tendrán su propio Jubileo en la Ciudad eterna.
Una de las cosas más importantes cuando la Iglesia Católica celebra un Año Santo es la apertura de la Puerta Santa, por donde pasarán los peregrinos como uno de los requisitos para obtener la Indulgencia Plenaria. Aquella será abierta, según el calendario, el 24 de diciembre de 2024 por el Papa, quien será el primer peregrino en cruzarla.
Como hemos venido anunciando, nos quedan once meses de preparación para dar inicio al gran Jubileo Ordinario, y queremos insistir en que para ello el Papa Francisco nos ha invitado a prepararnos de esta manera:
-el año 2023 mediante la reflexión y asimilación de los documentos del Vaticano II;
-el año 2024 nombrándolo Año de la Oración, especialmente para reflexionar sobre la oración que Jesús nos enseñó: el Padre Nuestro.
De ahí que estaremos publicando breves enseñanzas en torno a dicha oración y al amor al Padre, comenzando en esta edición. Sirva a todos ustedes, lectores, esta aportación, para que su corazón y el nuestro esté dispuesto a una conversión auténtica y definitiva.
Todo Año Santo o Jubileo marca para los católicos un momento especial porque el Papa, mediante su autoridad, decreta que durante todo ese tiempo se puede ganar la Indulgencia Plenaria, es decir: la remisión total de la deuda que debemos pagar por los pecados cometidos. En otras palabras, es un borrón de nuestro adeudo de purgarlos, pues los pecados cometidos, aunque nos hayamos confesado, generan penas que si no pagamos en esta vida ofreciendo nuestras tribulaciones al Señor con amor, se van acumulando para pagarlas después de nuestra muerte (Purgatorio). Obteniendo la Indulgencia según las condiciones requeridas, esa acumulación o deuda es borrada por completo: así el Señor se muestra indulgente con el fiel que pide y está preparado adecuadamente para recibir la Indulgencia.
Al Jubileo de 2025 lo llamamos "ordinario" porque la Iglesia celebra cada 25 años uno de su tipo. Cierto que puede haber otros, pero son "extraordinarios", como el celebrado en 1983 con ocasión de los 1950 años de la Redención, o el celebrado en 2015-2016 como memoria del 50º aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, el cual fue llamado Jubileo de la Misericordia.
En otras ocasiones el Papa otorga la Indulgencia Plenaria por algún motivo especial, por ejemplo con ocasión de los 800 años del acontecimiento de Greccio, cuando San Francisco de Asís instaló el primer pesebre, el Papa está concediendo la Indulgencia Plenaria a los que cumplan los requisitos habituales y oren ante el pesebre en una iglesia a cargo de los franciscanos.
Dios quiere que todos nos salvemos, que cuando terminemos nuestra peregrinación en este mundo formemos cuanto antes parte de la Iglesia del Cielo. Por eso la cuestión de las Indulgencias es un regalo de su divina misericordia.