Preocupa desesperación de Joe Biden
Ciudad Juárez.- Somos el segundo socio comercial de Estados Unidos (EU), el primer destino de las exportaciones de California, Arizona y Texas, y el segundo mercado para otros 20 estados. Aproximadamente seis millones de empleos en EU dependen del comercio con México y cada minuto se comercia cerca de un millón de dólares. Ante este panorama, la desesperación detrás de la declaración de Joe Biden ante las elecciones presidenciales de noviembre en EU, de cerrar la frontera con México es preocupante.
Compartimos una frontera de tres mil 140 kilómetros, la cual es la más transitada del mundo, pues cerca de un millón de personas y 300 mil vehículos cruzan diariamente esta frontera, por lo que cerrarla siquiera un minuto significaría pérdidas económicas, o sea, sería un mal negocio que ni a los conservadores estadounidenses más ácidos les conviene.
La propuesta demagoga del gobernador texano Greg Abott de realizar inspecciones ilegales a los camiones en la frontera con México, ocasionó retrasos de, entre 8 y 27 horas, además de provocar pérdidas millonarias a las empresas mexicanas y estadounidenses, ya que somos el primer país destino de exportaciones texanas, con 89 mil millones de dólares registrados en 2020 (aproximadamente 32 por ciento del volumen total).
Este es un ejemplo claro de “soluciones” erradas, de respuestas que no se corresponden con el problema al que se quiere enfrentar y de la cual México no es responsable: la migración cada vez más grande que busca alcanzar, ya no un sueño americano que dejo de existir hace mucho tiempo, sino un lugar que los mantenga vivos, aunque en ese tránsito muchos de ellos y ellas mueran.
De acuerdo con notas periodísticas, en los tres años de gobierno de Biden han cruzado la frontera con México más de seis millones de inmigrantes de manera irregular; llegando en diciembre pasado a 249 mil 785, cifra récord mensual a lo largo de la historia.
En este sentido, la propuesta de ley de Biden estima que si el promedio de entada en cinco días alcanza los cinco mil cruces fronterizos (el año pasado, algunos totales de un día superaron los 10 mil), entonces su gobierno ordenaría el cierre de la frontera, y la volvería a abrir cuando el número baje a 3 mil 750. ¿Y qué cree el gobierno estadounidense que harán los migrantes? ¿Irse, regresar a sus países de origen? Por supuesto que no será así, al contrario, si hoy ya resulta compleja la situación de ciudades fronterizas como Ciudad Juárez, Tijuana, Reynosa, Piedras Negras, Ciudad Acuña u Ojinaga (principalmente en las dos primeras), lo será aún más.
Las elecciones y la presión del electorado estadounidense han puesto al presidente Biden ante una situación que lo obliga a acudir a declaraciones sin mucho sentido, lo que más bien queda evidenciado es el descuido y falta de atención que en estos tres años de gobierno dio al tema migratorio.
Y en medio de toda esta situación, Juárez, que ante los casi ocho mil migrantes varados, el Gobierno federal ha apoyado en la medida de las posibilidades, pero obviamente se necesita el apoyo del Gobierno estatal más que los reclamos de la gobernadora buscando culpables más que soluciones.