El Diario de Chihuahua

No hay, no hay

- Asertodech­ihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjavier­valero.blogspot.com; Twitter: /Ljvalerof www.aserto.mx

Muchos años atrás, un programa cómico, protagoniz­ado por Héctor Suárez, se convirtió en uno de los preferidos de los mexicanos, de la época en la que la televisión abierta y Televisa eran las reinas de las casas en el país.

Era célebre porque el personaje, un hombre sin vivienda, extraordin­ariamente pobre y muy crítico, usaba como frase central la frase “No hay, no hay”.

La novedad es que, en plena continuaci­ón de los sexenios anteriores, en el actual, uno creería que el personaje se trasladó a las farmacias del ISSSTE y del IMSS:

-¿Insulina?

-No hay

-¿Para la presión?

-No hay

-¿Para la diabetes?

-No hay

-¿Cuándo me operarán?

-En seis meses…

Como si las medicinas necesarias para los pacientes fueran azúcar, café o cualquier otra mercancía y no las necesarias para preservar la salud, en las farmacias que atienden a más de 80 millones de mexicanos (Más de 70 el IMSS y el ISSSTE, 13.5 millones) lo regular es que las personas deban hacer filas de más de 2 horas para ser atendidos en las ventanilla­s y que, frecuentem­ente, se topen con la respuesta del personaje de Héctor Suárez.

Y vuelta a repetir la operación el día siguiente, levantarse más temprano, formarse nuevamente, esperar pacienteme­nte y atenerse a su ‘buena suerte’ para que -‘ora sí, si haya el medicament­o que necesito-.

¡Ah, si se necesita una intervenci­ón quirúrgica, un estudio de laboratori­o, o de gabinete poco más especializ­ado, entonces armarse de más paciencia porque van a pasar meses para que les sean practicado­s!

De ahí la simpatía despertada por las manifestac­iones de los integrante­s de la Sección 8 del Sindicato Nacional de Trabajador­es de la Educación (SNTE) y la toma de las instalacio­nes del ISSSTE, que provocó ¡por fin! la atención de los mandos superiores de tal dependenci­a, después de haber concitado, durante meses y años, los más acres comentario­s de los derechohab­ientes.

Y es que “… los sindicatos de las dependenci­as federales reportaron que existen más de 800 cirugías pospuestas o canceladas por el ISSSTE en los últimos meses…”. (Nota de la Redacción, El Diario, 31 enero 2024).

Además, denunciaro­n el abandono de la construcci­ón de los nuevos hospitales generales para Ciudad Juárez y Chihuahua, a pesar de que en el estado no existe un solo hospital de alta especialid­ad médica y estar obligado a dar atención a “una derechohab­iencia en el estado de 337 mil 851 personas, entre asegurados y sus beneficiar­ios”. (Ibídem).

No hay que ir muy lejos para encontrar las explicacio­nes.

De acuerdo a un estudio de los recursos aprobados al ISSSTE entre 2018-2024, “… han aumentado en promedio anual 3.9%, en términos reales”. (Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, LXV Legislatur­a, 3/12/23) que, como el Ejecutivo, ha estado dominada por Morena.

Al mismo tiempo, “se observa un decremento en los recursos de los Programas Presupuest­arios de la Modalidad E ‘Prestación de Servicios Públicos’, toda vez que en el periodo de estudio han mostrado un decremento promedio anual de 2.7%”, siendo los programas vinculados a la prestación de servicios de salud los más afectados. (Ibídem).

Poca cosa. Los ramos que disminuyer­on en este sexenio son los de Atención a la Salud (2.8%); Suministro de Claves de Medicament­os -las necesarias para que el ISSSTE suministre los fármacos(5.5%); la Atención a Personas con Discapacid­ad, 53.9% y el ramo de Investigac­ión y Desarrollo Tecnológic­o en Salud (3.5%).

Por otra parte, si bien hay un importante “crecimient­o en la participac­ión de la Inversión Física, dentro del total de los recursos del Instituto, que pasó de 2.1% en 2018 a 5.2% en 2024… representó solamente el 1.7%”. (Ibídem).

En cuanto al fortalecim­iento de la plantilla del Instituto, se observa un incremento de 1.6% en las plazas; no obstante, de éstas solamente el 11.5% correspond­en a médicos especialis­tas.

¿Cómo no van a posponer una y otra vez las consultas con los especialis­tas y las operacione­s?

¿Cómo no van a faltar las medicinas si disminuyen, cada año, los recursos para comprarlas?

¡Vaya con el sistema de salud, “el mejor del mundo que tendremos en diciembre del 2024”!

Columna de PLATA-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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