Benito y corridas de toros, ejemplos de maltrato y crueldad
Los tiempos cambian y hay situaciones que van quedando en lo anacrónico o propio de otra época. Ejemplos tenemos muchos, la prohibición del voto de la mujer, el racismo, el clasismo, el machismo, y mucho antes la esclavitud, por poner algunos ejemplos. Una de estas situaciones que nuestra sociedad ya no permite es el maltrato y la crueldad animal, términos que son distintos y que en el caso del primero se refiere a cualquier conducta que cause sufrimiento a un animal, y en el segundo que dicho sufrimiento sea extremo y/o para diversión.
Esto se evidenció en las últimas dos semanas a nivel local en Chihuahua (Ciudad Juárez) y a nivel nacional, con la jirafa Benito que fue trasladada del Parque Central de Ciudad Juárez a Puebla, por el maltrato animal del que era objeto en nuestra ciudad fronteriza por quienes debían cuidarla y no lo hacían adecuadamente, y con las corridas de toros que se reanudaron el fin de semana pasado en la Ciudad de México, después de un amparo que las tenía suspendidas por más de un año (aunque no se resolvió aún el fondo del asunto).
Estos dos ejemplos en nuestro estado y en la Ciudad de México, con resonancia nacional, por la historia de Benito que despertó simpatías y apoyo en todo el país, y las corridas de toros que cada vez son más condenadas y prohibidas por la crueldad con la que son asesinados para entretenimiento, demuestran que afortunadamente nuestra sociedad está cambiando en la tolerancia al maltrato de los animales, aunque estos no sean de compañía. Lo vimos antes con los circos y lo vemos ahora con las corridas de toros, un entretenimiento que maltrata a los animales hasta el extremo de la crueldad.
En el caso de Benito muchos juarenses lo conocimos en el Parque Central y siempre nos preguntamos si estaría aguantando el calor insoportable con temperaturas de más de 40 grados centígrados sin sombras ni árboles donde resguardarse, y con fríos que soportó de hasta 6 grados bajo cero. De igual forma la comida que recibía de visitantes y que las autoridades permitían, que no era apta para una jirafa (panes, papitas y hasta golosinas le daban). Por esa razón cuando llegó a Puebla se evidenció que bajó de peso y tenía parásitos.
En ambos casos la sociedad ha sido fundamental para evitar que continúe el maltrato animal lo cual ya no está normalizado, y lograron que Benito fuera trasladado a un lugar con temperaturas y cuidado adecuado, además de un hábitat acorde a su especie y con otras jirafas, así como lograron que las corridas de toros fueran suspendidas y aunque se reanudaron el fin de semana pasado, otra vez fueron suspendidas esta semana por un nuevo amparo.
No es justificable en ningún caso el maltrato animal, menos aún por diversión como en el caso de las corridas de toros, aunque pretendan justificarlo con argumentos fuera de toda lógica y eufemismos como decir que es arte, que son criados para eso, y que es un patrimonio cultural, porque en ningún caso y bajo ninguna circunstancia está justificado el sufrimiento de un ser vivo por diversión o entretenimiento. Ningún animal mata a otro animal por diversión sino por hambre, el único que lo hace es el ser humano.
Por esa razón incluso nuestro código penal tiene tipificado el maltrato animal con penas que van hasta los cinco años, dependiendo de si se le causa lesiones, la muerte o se hace por diversión en el caso de las peleas de perros (pena que se aumenta cuando las peleas de perros se difunden en fotos o videos), desafortunadamente sólo se refiere al maltrato de animales de compañía y no al maltrato animal en general, el cual bajo ninguna circunstancia debe estar justificado, ni siquiera para alimentación. Esperemos y la legislación nacional y resoluciones de los tribunales avancen para prohibir el maltrato y la crueldad de cualquier animal, no sólo los de compañía, y con ello sus espectáculos.