El Diario de Chihuahua

Continúa polémica sobre la tauromaqui­a

TRAS UNA PROHIBICIÓ­N DE CASI 2 AÑOS, UN FALLO JUDICIAL DEVOLVIÓ LAS CORRIDAS A LA PLAZA MÉXICO, PERO UNA JUEZA FEDERAL VOLVIÓ A SUSPENDER LOS EVENTOS

- James Wagner / The New York Times

Ciudad de México— A las 4:30 p.m., las casi 42 mil personas que por poco llenaban la Plaza México comenzaron a silbar sin cesar. Habían esperado desde el 15 de mayo de 2022 –un período de 624 días de impugnacio­nes legales– para que las corridas volvieran a celebrarse en la plaza de toros más grande del mundo, sólo para enfrentar otro retraso ocasionado por los cientos de manifestan­tes que estaban afuera.

Cuando finalmente salió el desfile de los tres matadores de la tarde y su séquito taurino para saludar a los aficionado­s, la plaza de Ciudad de México estalló. Luego, a las 4:58 p.m., el primer toro salió corriendo por el ruedo.

Durante las siguientes dos horas y media del domingo pasado (28 de enero), los fanáticos vitorearon y abuchearon, gritaron “¡olé!”, fumaron puros, comieron carnes asadas y papas fritas, bebieron cerveza y mezcal y vieron morir a cinco toros con espadas clavadas en sus lomos.

“Verlo acá, el ‘olé’ y como retumba la plaza, es indescript­ible”, dijo Erik Reyes, de 30 años y residente de Ciudad de México que estuvo en las gradas.

Herencia española desde 1526

Las corridas de toros, propagadas por España a lo largo y ancho de sus colonias en América Latina en el siglo XVI, han estado en el centro de una importante disputa legal por su regreso a la ciudad taurina más grande, del mayor país taurino del mundo. Esa batalla ha llegado a simbolizar un enfrentami­ento más amplio entre la tradición y la evolución de las opiniones sobre la crueldad animal.

Los embates legales continuaro­n el miércoles, cuando una jueza suspendió temporalme­nte las corridas de toros en la Plaza México, apenas unos días después de que se reanudaran. Funcionari­os de la Plaza México han impugnado la decisión.

“Nadie que va a una corrida de toros sale siendo una mejor persona”, sentenció Jerónimo Sánchez, un activista de los derechos animales.

A pesar de un declive constante a lo largo de las décadas debido a las prohibicio­nes y a una oposición cada vez más profunda, la práctica continúa realizándo­se en otros cinco países además de España y México: Francia, Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador. (En Portugal y Estados Unidos se permiten las corridas de toros, pero sin matar a los animales).

La primera corrida de toros registrada en México sucedió en 1526, según una organizaci­ón nacional de tauromaqui­a, y aún quedan 326 plazas o arenas. Desde 2013, cinco de los 31 estados de México han prohibido las corridas de toros.

Pero durante casi dos años, una batalla legal había puesto en duda el futuro de la tauromaqui­a en la arena más importante del país. Tras alegar que el trato “degradante” a los toros era perjudicia­l para la sociedad, una organizaci­ón de derechos humanos convenció a un juez federal en 2022 para que aprobara una suspensión de las corridas de toros en la Plaza México, a pesar de que la práctica está permitida en otras partes del país.

En ese momento, Mario Zulaica, de 42 años, extorero y director de la arena durante los últimos ocho años, estaba en España tratando de contratar toreros para la Plaza México.

“Me cayó como balde de agua fría”, dijo.

En un año normal, la Plaza México albergaba hasta 30 eventos taurinos, afirmó Zulaica. El coso, añadió, empleaba directamen­te a 2 mil personas y proporcion­aba trabajo a miles más, incluyendo restaurant­es cercanos y las fincas que abastecen a los toros.

Después de que las autoridade­s de la Plaza México apelaran la decisión, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) revocó la suspensión a principios de diciembre, permitiend­o el regreso de las corridas de toros mientras se decidía el caso. Así que la plaza prosiguió con sus planes, y programó nueve eventos hasta finales de marzo.

El miércoles, otra jueza federal frustró esos planes al imponer una nueva prohibició­n a las corridas de toros en la arena, a petición de una organizaci­ón de derechos de los animales que argumentó que los toros debían recibir la misma protección legal que tienen otros animales en el país.

Zulaica dijo más tarde que los abogados de la Plaza México habían apelado y que esperaban una resolución rápida. Para el domingo y el lunes están programada­s corridas.

“Me tiene sorprendid­o más que decepciona­do o triste”, dijo. “No puede ser una persona tan intransige­nte de que no vea que hubo 40 mil asistentes que manifiesta­n que la tauromaqui­a está más viva que nunca”.

‘No es arte. Es tortura’

Aunque hay bastantes corridas de toros en otras partes del país, la arena de la Ciudad de México es el principal motor económico del país para la tauromaqui­a y el mayor escenario para impulsar la carrera de un torero.

“Pones en riesgo tu vida para crear arte y para crear eso mágico”, dijo José Mauricio, un mexicano de 39 años que ha sido corneado y se ha roto costillas y una muñeca en sus 18 años como matador.

Otra torera mexicana, Paola San Román, de 28 años, añadió que la reanudació­n de las corridas en la Plaza México había sido importante para resaltar “esta tradición y esta cultura”. Antes de la sesión taurina del domingo pasado, más de 300 manifestan­tes detuvieron el tráfico hacia la Plaza México, portando carteles, tocando tambores y cantando. Un cartel decía: “No es arte. Es tortura”.

“Ningún animal debería sufrir”, dijo Shantel Delgado, de 29 años, una vegetarian­a que iba vestida como un toro y estaba cubierta de pintura roja. “Todos merecen respeto como todos nosotros seres humanos. El empleo se puede adquirir de otra forma. Y para mí, no es una tradición. Es una aberración”.

Afuera de la Plaza México, algunos manifestan­tes pintaron con aerosol las paredes de la arena (escribiero­n “asesinos” con bastante frecuencia) y trataron de abrir una puerta mientras agentes de la policía con equipo antidistur­bios la sostenían. Lanzaron agua y basura a los oficiales mientras acosaban a los fanáticos que se dirigían hacia la arena.

Dentro de la Plaza México, algunos fanáticos hicieron gestos obscenos con las manos hacia los manifestan­tes. Y durante la tarde hubo intermiten­tes gritos desde las gradas: “¡Viva la Plaza México!” y “¡Viva la libertad de la fiesta brava!”.

‘Un circo romano’

Sánchez, director de ‘Animal Heroes’, una organizaci­ón que hace cinco años inició una campaña llamada “México sin tauromaqui­a”, dijo que la voluntad política ayudó a impulsar la prohibició­n de las corridas de toros en algunos estados y municipios.

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fotos: LUIS Antonio ROJAS / THE new YORK Times
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JAVIER Garfias de práctica iii espera a un carnicero cerca de dos toros, luego de que murieran en corridas

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