Proyecto de ley cambiaría radicalmente asilo en EU
- Límites de emergencia y revisiones en ‘fast track’ transformarían el proceso migratorio
Jacumba Hot Springs, California– Casi todos los días desde septiembre, cientos de migrantes de China, Colombia y otros países se han colado a través de aberturas en el muro fronterizo con México y han caminado por senderos de tierra para entregarse a agentes estadounidenses y solicitar asilo. Algunos días, más de mil llegan a las montañas llenas de rocas cerca de San Diego, solos.
Mientras esperan ser procesados y recibir una fecha de audiencia, viven en tiendas de campaña y estructuras improvisadas de ramas de árboles en campamentos dispersos. Estos campamentos probablemente desaparecerían bajo un proyecto de ley del Senado que haría cambios drásticos en las leyes de inmigración, incluida la autoridad de emergencia en la frontera que restringiría el asilo cuando las detenciones por cruces ilegales alcancen ciertos umbrales.
Además de la autoridad de emergencia, el proyecto de ley publicado el domingo tiene como objetivo que los oficiales de asilo evalúen a los solicitantes dentro de los 90 días de su llegada al país utilizando un estándar más estricto y, para aquellos que pasen, decidir casos dentro de otros 90 días.
Los casos idealmente se decidirían en seis meses en lugar de seis años, como es común en un sistema judicial con más de 3 millones de casos pendientes. Esto se lograría en gran parte mediante el gasto de $4 mil millones para contratar a más de 4 mil 300 oficiales de asilo que se encargarían del trabajo ahora reservado para jueces de inmigración.
El proyecto de ley de $118 mil millones, que combina seguridad fronteriza con ayuda para Ucrania e Israel, enfrenta oposición de Donald Trump y sus aliados, quienes lo consideran débil, y de algunos demócratas y progresistas que creen que debilitaría el proceso de asilo con un gran costo humano. Si supera las probabilidades, la legislación cambiaría radicalmente la forma en que se maneja el asilo en la frontera. El asilo, una vez considerado secundario en política, es ahora el principal desafío en la frontera.