Ya con estas me despido
México en los tiempos del Rey Sol, a 111 días de la elección, el presidente de la República presentó un paquete de reformas constitucionales, 20 para ser exactos, las cuales dejan clara la intención de consolidar un estado autoritario, sin división real de poderes, que marcarán sin duda la agenda electoral; según analistas, esta iniciativa parece más un programa de gobierno de inicios de sexenio. El mandatario sabe que su aprobación requiere de una mayoría calificada, que no dispone actualmente en el Congreso, necesita el apoyo de la oposición, quien después de esto, vive una encrucijada, si el bloque opositor decide no aprobarlo, tendrá seguramente el costo político en las urnas; si lo apoyan, habrá un quiebre entre sus huestes. Que habilidad del señor presidente.
Hace unas semanas el frente opositor anunció que no dejarían pasar las iniciativas presidenciales, hoy el mensaje cambio, preguntan expertos ¿Quién se atreve a decir que no a la consagración constitucional de un aumento de las pensiones y su presupuesto? ¿Quién le dice no a la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales? Solo como apunte, 40 horas se laboran en Japón, una de las economías más potentes del mundo, donde el PIB per cápita es 4 veces mayor al de México.
El debate estará presente las próximas semanas, el presidente aprovechará cualquier espacio para dirigir su mensaje electorero, garantizar constitucionalmente el 100% del salario del trabajador para su pensión de jubilado así como la reducción a los 65 años para cobrarla, o rebajar a 40 horas semanales la jornada laboral.
Dentro de las reforma, busca que las consultas ciudadanas para que baste con un 30% de participación para obtener un resultado vinculante, para evitar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalide conforme a la ley, reformas que hayan sido aprobadas por la mayoría morenista, opta por consultar a sus bases electoreras para sacar asuntos de Estado, sin importar que violenten la ley. En todos los casos, la 4T ha ejercido el arte del manipuleo, utilizando al ciudadano desinformado, que por desgracia hasta hoy, a pesar de las dádivas del gobierno sigue viviendo fuera del desarrollo para que voten según la línea dictada.
Por ello, pretende la elección de jueces y magistrados por voto popular; busca el aval constitucional para que no se reviertan las dádivas electoreras; una modificación de la ley electoral fácil de vender a la ciudadanía porque retira recursos a la clase política y hace ver como inservible al Tribunal Electoral mientras resta peso al INE, lo mismo que retirar el fuero al presidente de la República, medidas de alto calado popular o populista, según quién lo califique; el salario mínimo siempre por encima de la inflación; la extinción de los organismos autónomos, tachados también de costosos e inútiles; la reforma de la ley eléctrica, el traslado de la Guardia Nacional bajo mando militar o la prohibición constitucional del consumo de fentanilo, entre otras.
Los analistas y la oposición afirman que estas reformas son un programa electoral encubierto, el presidente es el coordinador general de la campaña oficial.
Pobre México, vive tiempos insospechados, de odio entre hermanos, enfermo, sin propuestas viables para salir del hoyo, el anhelo oficial no es solo retener Palacio Nacional, asesinar a la democracia, la pluralidad de opinión, desmantelar el aparato de justicia y trasformar la división de poderes en una dictadura, sin contrapesos, refresco a la memoria lo que dijo el jurista y filósofo francés, Montesquieu: “Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder”. Sumemos voces.
Pobre México, vive tiempos insospechados, de odio entre hermanos, enfermo, sin propuestas viables para salir del hoyo, el anhelo oficial no es solo retener Palacio Nacional, asesinar a la democracia, la pluralidad de opinión, desmantelar el aparato de justicia y trasformar la división de poderes en una dictadura, sin contrapesos, refresco a la memoria lo que dijo el jurista y filósofo francés, Montesquieu: “Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder”.