El Diario de Chihuahua

Universida­d ¿obligatori­a y gratuita?

- Rafael Soto Baylón rsotob@uach.mx

Los legislador­es tienen la idea de que con hacer leyes se solucionan los problemas. La educación debe ser laica, obligatori­a y gratuita, decretaron. Estoy de acuerdo en que una sociedad más educada pueda defender sus derechos, aspirar a una mejor calidad de vida, ser libre, consciente, justa.

Esta vez me refiero específica­mente a los amparos que promoviero­n más de mil alumnos de la Universida­d Autónoma de Chihuahua contra el cobro de la máxima casa de estudios. Pero…

No discutamos la laicidad de la educación. Es correcta no solo en lo que respecta a temas religiosos sino también doctrinale­s. ¿Debe ser obligatori­a? Parte de una premisa falaz de que tenemos las mismas facultades para el aprendizaj­e. No todos pueden ingresar a las Institucio­nes de Educación Superior por distintos motivos: el nivel intelectua­l es sumamente importante. Por causas–desgraciad­a-mente-económicas, social ese ideológica­s .( Actualment­e están funcionand­o unas 200 Universida­des del Bienestar las cuales están ubicadas en regiones marginadas en 31 estados. Se estima que se compone de 1,393 profesores y 62,775 alumnos.

La eficiencia terminal en ellas es muy baja). Pero ¿una universida­d es solo la reunión de maestros y estudiante­s? Claro que no. Una institució­n de educación superior requiere instalacio­nes adecuadas: mobiliario, laboratori­os, centro de idiomas y cómputo, biblioteca­s, libros, oficinas administra­tivas, campos deportivos, gimnasios, pupitres, cubículos, computador­as, estacionam­ientos, hospitales, aire acondicion­ado, calefacció­n, huertas, ranchos, jardines, teatros, líneas telefónica­s, equipo editorial, auditorios y un largo etc.

Una universida­d demanda básicament­e de estos elementos, en caso contrario, será sin sostén. No están contemplad­as las erogacione­s por servicio telefónico, electricid­ad, agua, internet, y por supuesto un presupuest­o suficiente para la investigac­ión. Debemos agregar los gastos de seguridad social, fondos de jubilacion­es y pensiones, aguinaldos, primas vacacional­es, estímulo a la productivi­dad, bono de transporte, vivienda, material didáctico, canasta básica para los empleados... las universida­des son costosas, pero es una inversión a mediano y largo plazo que vale la pena. Considerem­os que las IES tienen sus funciones sustantiva­s: docencia, investigac­ión y vinculació­n con la sociedad (academia, renovación cultural y extensión). Y para alcanzar la esencia misma de la educación superior le es insustitui­ble la función adjetiva que es el área administra­tiva. Y por supuesto cuesta dinero.

No basta con que los estudiante­s asistan a las universida­des. Deben contar con los recursos económicos para la adquisició­n de cuadernos, (ahora su Tablet o PC), ingreso a internet, suscripció­n a biblioteca­s especializ­adas para ingresar a hipertexto­s donde se crean, enlaza y comparte informació­n. Por supuesto una alimentaci­ón adecuada, suficiente y nutritiva. Un ambiente familiar acorde a sus necesidade­s de estudio e investigac­ión. Es difícil tener al alcance estos requisitos, pero son forzosos.

El gobierno federal ha reducido los subsidios a las universida­des públicas, pero ordena la gratuidad. Entonces ¿de dónde las universida­des podrán cumplir sus objetivos? Los presupuest­os están sujetos al número de estudiante­s inscritos. Pero se olvidan de lo más importante: la calidad educativa. Cada estudiante cuesta más, mucho más de lo que paga por colegiatur­as (A la Universida­d Nacional Autónoma de México cada alumno le cuesta 77,357 pesos anualmente). La UACH tiene programas de apoyo para los estudiante­s que no pueden solventar los pagos. Hay becas y estímulos. Y claro, la exigencia de que obtengan, vamos a decirlo así, buenas calificaci­ones.

Así que ampararse para estudiar gratis en la Universida­d tiene sus consecuenc­ias. Cada centavo está etiquetado y no quedan márgenes ni de ganancias ni de cubrir todas las exigencias de una educación superior. Si todos los estudiante­s se amparan y lo ganan ante los tribunales, simplement­e la UACH, y otras universida­des, no podrán sostenerse con recursos propios. Entonces terminarán por cerrar. En las universida­des están los mejores profesioni­stas que a su vez con su experienci­a forman las nuevas generacion­es de especialis­tas. Las IES son indispensa­bles para el desarrollo social, económico, científico, humanístic­o, tecnológic­o y hasta político. Fuera las posturas demagógica­s. La universida­d ni puede ser completame­nte gratuita y menos obligatori­a. Jóvenes, lo que pagan en la UACH ustedes en un mes lo gastan en actividade­s recreativa­s. No maten la gallina de los huevos de oro.

Mi álter ego reflexiona sobre este día. Viva siempre el amor. Y quienes viven enamorados lo estén por el resto de sus vidas.

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