Cine para el alma
‘Días Perfectos’, nominada al Oscar a Mejor Película Internacional, aborda la poética vida sencilla de un limpiador de baños públicos en Tokio
Ciudad de México— En su nueva obra, ‘Días Perfectos’, nominada al Óscar a Mejor Película Internacional, el legendario cineasta alemán Wim Wenders exalta el optimismo en tiempos de cinismo, una proclama vital de que lo extraordinario se halla en lo intangible, lo que nunca vuelve.
Al autor de filmes como ‘París, Texas’ (1984) y ‘Las Alas del Deseo’ (1987) le parece tan inesperado como sublime que público y crítica hayan abrazado su película sobre la poética vida sencilla de un limpiador de baños públicos en Tokio, llena de silencios.
"Por todas partes hay hambre de cine basado en realidad, no sólo de la acción tipo blockbuster. Lo ves en Días Perfectos, que levanta preguntas importantes: ¿cómo deberíamos vivir? Hirayama (su protagonista) da su propia respuesta a esa pregunta", dice el realizador en un encuentro con medios.
"Extrañamente, después de la pandemia me cuestionaba todo el tiempo: ¿habrá cine después de esto?, ¿cómo queremos vivir? No pasó, no se acabó el cine. La vida no cambió demasiado. Y me decepcionó que casi no hubo consecuencias, pero sí las veo, lentamente. La gente tiene un anhelo por cambiar".
Wenders, de 78 años, ganó el Premio Ecuménico del Jurado en Cannes, y Koji Yakusho el de Mejor Actor, por esta historia sobre un trabajador de mediana edad, digno y meticuloso en su jornada, que es feliz leyendo a William Faulkner y escuchando a Van Morrison.
El de Düsseldorf ya acudió tres veces al Oscar nominado a Mejor Documental (2000, 2012 y 2015), pero estar confirmado para la gala hollywoodense con una película japonesa, tierra de su admirado Yasujiro Ozu, es una sensación diferente.
"Que me haya enviado el comité japonés, en una edición en la que había muchas buenas películas japonesas... que eligieran Días Perfectos, con un director alemán... eso no había pasado antes, fue un shock para mí.
"Pero me di cuenta del porqué: se reconocieron realmente en este personaje, Koji es adorado en Japón. Acepté que yo era el director comparsa de Koji, y como hicimos la película en el espíritu de Ozu, me sentí honrado de representar a Japón", dice sobre el filme, que llega a cines el 15 de febrero.
Delicado retrato de la rutina Con su delicado retrato de la rutina, y la tierna interpretación de su protagonista, cuya existencia carece de conflictos y épica, Wenders aspira a contribuir a un cambio no del mundo, algo que intuye imposible, sino de la percepción de éste.
En lo personal, asegura, ha tratado de entender que los rodajes de cine son una bendición, pero que la vida está fuera de ellos, y espera existir con una actitud de reducción de necesidades, de posesiones, de ataduras.
"No sé qué se puede hacer respecto a las guerras actuales. Nunca creí en las películas explícitamente políticas, pero sí en la misión de empezar a ver el mundo con más paz y amor, ahí puede ayudar el cine.
"La manera en que Hirayama y Días Perfectos ha sido recibida, la manera en la que la gente reacciona a Hirayama y ama lo que ve en él, me da esperanza de que el cine tiene todavía ese poder".
En ‘Las Alas del Deseo’, una de sus obras fundamentales, Wenders imagino a ángeles tan enamorados de la humanidad que deciden renunciar a sus alas perpetuas para habitar a ras de tierra, en medio de seres finitos.
Durante el rodaje de 'Días Perfectos' no pensó en posibles convergencias entre ambos filmes, pero ahora, sostiene, cree que podrían formar un díptico de la espiritualidad y la pasión de criaturas excepcionales.