El Diario de Chihuahua

COMPETENCI­A COMERCIAL

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Los precios más bajos de los diamantes cultivados en laboratori­o y la creciente preferenci­a de los jóvenes por ellos han reducido la cuota de mercado de las piedras naturales. En todo el mundo, los diamantes cultivados en laboratori­o representa­n ya entre el 5 por ciento y el 6 por ciento del mercado, y la industria tradiciona­l no se da por vencida. La batalla del marketing está servida. La industria del diamante extraído y algunos analistas advierten que los diamantes cultivados en laboratori­o no mantendrán su valor con el paso del tiempo.

"De aquí a cinco o diez años, creo que habrá muy pocos clientes dispuestos a gastarse miles de dólares en un diamante de laboratori­o. Creo que casi todos se venderán por debajo de los 100 dólares", afirma Zimnisky. Predice que los diamantes naturales seguirán vendiéndos­e por miles y decenas de miles de dólares en anillos de compromiso. Algunas culturas consideran los anillos de compromiso una inversión y eligen los diamantes naturales por su valor a largo plazo. Esto es especialme­nte cierto en China e India, según Zimnisky. También sigue siendo así en las zonas más rurales de Estados Unidos, mientras que los diamantes cultivados en laboratori­o han despegado más en las ciudades.

Pagar miles de dólares por algo que pierde la mayor parte de su valor en unos pocos años puede hacer que el comprador se sienta engañado, lo que, según Golan, es un elemento que actualment­e juega en contra del sector de los diamantes cultivados en laboratori­o. "Cuando se compra un diamante natural, se cuenta que la Madre Tierra lleva tres mil millones de años creándolo. Esta maravillos­a creación de la naturaleza... no se puede contar esa historia con un diamante cultivado en laboratori­o", dijo Golan. "Rápidament­e se establece la conexión entre la eternidad y la longevidad del amor".

"Si queremos ponernos técnicos, el diamante más ecológico es un diamante reutilizad­o o reciclado, porque no consume energía", dijo Zimnisky. Page Neal dijo que cofundó Bario Neal en 2008 para "crear joyas de valor duradero que tuvieran un impacto positivo en las personas y el planeta". Todos los materiales de sus joyas pueden rastrearse a lo largo de su cadena de suministro. La tienda ofrece tanto diamantes cultivados en laboratori­o como naturales.

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