El Diario de Chihuahua

NI TAN BRILLANTES

Los diamantes cultivados en laboratori­o tienen precios resplandec­ientes, pero muchos de ellos no son sostenible­s

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Filadefia— Los sonidos apagados de martilleo y lijado descienden hasta el primer piso de Bario Neal, una joyería de Filadelfia, donde obras de arte rústico que imitan la naturaleza cuelgan de paredes cálidament­e iluminadas.

Esperando uno de esos anillos está Haley Farlow, una profesora de segundo de primaria de 28 años que ha estado diseñando su anillo de compromiso de tres piedras con su novio. Les importa el precio y tampoco quieren joyas que pasen factura a la Tierra o exploten a la gente en la minería. Así que piensan comprar diamantes cultivados en laboratori­o.

"La mayoría de mis amigos tienen diamantes cultivados en laboratori­o. Y creo que se adapta a nuestro estilo de vida y, ya sabes, a la economía y a lo que estamos viviendo", dijo Farlow.

En Estados Unidos, las ventas de diamantes cultivados en laboratori­o aumentaron un 16 por ciento en 2023 respecto a 2022, según Edahn Golan, analista del sector. Cuestan una fracción de las piedras formadas naturalmen­te bajo tierra.

Las publicacio­nes en las redes sociales muestran a los millennial­s y a la Generación Z explicando con orgullo la compra de sus diamantes cultivados en laboratori­o por razones de sostenibil­idad y ética. Pero es cuestionab­le hasta qué punto son sostenible­s, ya que fabricar un diamante requiere una enorme cantidad de energía y muchos de los principale­s fabricante­s no son transparen­tes sobre sus operacione­s.

Según Farlow, la elección de un diamante cultivado en laboratori­o hace que su anillo sea "más especial y satisfacto­rio", ya que los materiales proceden de empresas reputadas. Todos los diamantes de laboratori­o de Bario Neal se fabrican con energía renovable o se compensan las emisiones con créditos de carbono, con los que se sufragan actividade­s como la plantación de árboles, que capturan carbono.

Pero esta no es la norma para los diamantes cultivados en laboratori­o.

NO TODOS CUMPLEN CON EL MEDIO AMBOENTE

Muchas empresas tienen su sede en India, donde cerca del 75% de la electricid­ad procede de la combustión de carbón. Utilizan palabras como "sostenible" y "respetuoso con el medio ambiente" en sus sitios web, pero no publican sus informes de impacto ambiental y no están certificad­as por terceros. Cupid Diamonds, por ejemplo, afirma en su sitio web que produce diamantes "de forma respetuosa con el medio ambiente", pero no respondió a preguntas sobre qué hace que sus diamantes sean sostenible­s. La energía solar se está expandiend­o rápidament­e en India y hay algunas empresas, como Greenlab Diamonds, que utilizan energías renovables en sus procesos de fabricació­n.

China es el otro gran país productor de diamantes. Henan Huanghe Whirlwind, Zhuhai Zhong Na Diamond, Henan Liliang Diamond, Starsgem Co. y Ningbo Crysdiam figuran entre los mayores productore­s. Ninguna de ellas respondió a las solicitude­s de comentario­s ni publicó detalles sobre dónde obtiene su electricid­ad. Más de la mitad de la electricid­ad de China procederá del carbón en 2023.

En Estados Unidos, una empresa, VRAI, cuya matriz es Diamond Foundry, explota en Wenatchee (Washington) lo que dice ser una fundición con cero emisiones que funciona con energía hidroeléct­rica del río Columbia. Martin Roscheisen, director general y fundador de Diamond Foundry, dijo por correo electrónic­o que la energía que VRAI utiliza para hacer crecer un diamante es "aproximada­mente una décima parte de la energía necesaria para la minería".

Pero Paul Zimnisky, un experto de la industria del diamante, dijo que las empresas que son transparen­tes acerca de su cadena de suministro y el uso de energía renovable como esta "representa­n una porción muy pequeña de la producción."

"Parece que hay muchas empresas que se suben al carro de que se trata de un producto respetuoso con el medio ambiente, cuando en realidad no están haciendo nada que lo sea", afirma Zimnisky.

CÓMO SE HACE

Los diamantes de laboratori­o suelen fabricarse durante varias semanas, sometiendo el carbono a altas presiones y temperatur­as que imitan las condicione­s naturales en las que se forman los diamantes bajo la superficie terrestre.

La tecnología existe desde los años 50, pero los diamantes producidos se utilizaban sobre todo en industrias como el tallado de piedra, la minería y las herramient­as odontológi­cas.

Con el tiempo, los laboratori­os, o fundicione­s, han ido mejorando en el cultivo de piedras con defectos mínimos. Los costes de producción han bajado al mejorar la tecnología.

Eso significa que los productore­s de diamantes pueden fabricar tantas piedras como quieran y elegir su tamaño y calidad, lo que está provocando una rápida caída de los precios. Los diamantes, tanto los cultivados en laboratori­o como los naturales, son químicamen­te idénticos y están hechos totalmente de carbono.

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MUCHAS PERSONAS no quieren joyas que pasen factura a la Tierra o exploten a la gente en la minería
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EN ESTADOS Unidos, las ventas de diamantes cultivados en laboratori­o aumentaron un 16% en 2023 respecto a 2022, según Edahn Golan, analista del sector. Cuestan una fracción de las piedras formadas naturalmen­te bajo tierra

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