Infame marcha de la mentira
Primeramente, habría que cuestionar, ya no digamos de los asistentes en general a la llamada “Marcha por la Democracia”, sino de quienes la organizaron y la encabezaron en los diferentes lugares donde se llevó a cabo, si realmente conocen las iniciativas de reforma que recientemente presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador, que es parte de lo que supuestamente les causa agravio.
Pregoneros detractores los hay en demasía, que con una buena labia pueden manipular lo que sea, pero hasta ahora no he sabido de alguno de ellos que haga citas textuales —y en su caso sin sesgo— del contenido de las 20 iniciativas de López Obrador. Modificaciones a la Constitución de ese calado ameritan una fundamentación y motivación suficientes que no se pueden formular en unas cuantas cuartillas, siendo de una gran extensión por razones obvias. Si de verdad queremos enterarnos responsable y directamente de las mencionadas propuestas presidenciales (y no andarnos con mentiras), en la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados, año XXVII, número 6457, del día 5 de febrero del año en curso (https://gaceta.diputados.gob.mx/), ahí se encuentran íntegros tales documentos. Por ejemplo, sólo la iniciativa en materia electoral, consta de 120 fojas.
Por cierto, en cuanto a lo que también se maneja sobre la supuesta desaparición del Instituto Nacional Electoral (INE), lo hacen ver como si ya no fuéramos a tener órganos electorales, con la consecuente supresión de las elecciones. Por supuesto que de ser así, la gran mayoría de los mexicanos no saldríamos únicamente a marchar, sino que ya estaríamos paralizando al país entero para evitarlo. No obstante, la realidad es distinta, y en la iniciativa respectiva, entre otros aspectos se considera en su exposición de motivos el “…fortalecer a los órganos administrativo y jurisdiccional en materia electoral salvaguardando el equilibrio de poder y su imparcialidad en las contiendas electorales…” (pag. 1).
Asimismo, refiere en dicha exposición que “…Se plantea transformar la institucionalidad electoral al suprimir al INE y crear en su lugar el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) como autoridad electoral independiente garantizado los principios rectores de la función electoral…” (pag. 10). Entonces queda claro que como sucedió con la transición Comisión Federal Electoral-instituto Federal Electoral en 1990, y con el Instituto Federal Electoral-instituto Nacional Electoral en 2014, la institución ya “ha sido tocada” para transformarla. Tan es así, que al igual que en las ocasiones anteriores, en la iniciativa que nos ocupa también se contempla un artículo transitorio estipulando que “…los recursos humanos, materiales, financieros y presupuestales con que cuenta el INE pasarán al INEC” (pag. 19 y 112). ¿Entonces cuál desaparición del INE con el sentido como lo están manejando estas gentes? Una verdadera y perversa mentira.
Por otra parte, igualmente de manera tendenciosa, pretenden establecer como una realidad que el proceso electoral se encuentra en riesgo por la violencia existente en el país. Desde hace unos tres lustros se ha venido sobrellevando este clima de inseguridad en la preparación y celebración de las elecciones, y de parte de las personas u organizaciones ahora llamadas “generadoras de violencia”, no ha sido su objetivo perjudicar tales actividades comiciales. Habrá situaciones colaterales que quizá no permitan, verbigracia, el acceso temporal de personal de los órganos electorales a determinadas zonas, como pudiera ser en la sierra con motivo de las labores “agrícolas” de dichas personas, o la imposibilidad de la instalación de una casilla electoral en determinada localidad abandonada, en virtud del desplazamiento forzoso de sus habitantes. Su interés es otro, no lo comicial.
Importante resulta puntualizar, que la existencia de violencia en el actual gobierno federal no es porque se haya instaurado por arte de magia a partir del día exacto en que tomó posesión AMLO, sino que es un legado de gobiernos anteriores que lo que mostraron sobre el particular fue incompetencia, contubernio y despreocupación, y el pretender aplacar el citado flagelo con una varita mágica, implicaría aislarnos de una situación mundial, que lo mismo ocurre gravemente y en aumento, en España como en Estados Unidos. Entonces, en elecciones realizadas en los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, los niveles de violencia igual eran sumamente preocupantes y las elecciones se llevaron a cabo.
También se quejan de la supuesta utilización de recursos públicos en el proceso electoral por parte del gobierno federal, y en esto hay que ser más que claros: tanto en el PAN, PRI y PRD, existen personas muy experimentadas en el oficio jurídico-electoral, y en la coalición que están conformando se han adherido un sinnúmero de ex consejeros y ex funcionarios electorales, que se supone deben ser todos unos especialistas en la materia, por lo que en todo caso ya deberían estar interponiendo los medios de impugnación o denuncias a que haya lugar para que esa supuesta situación irregular cese. Pero no, la idea dolosa es la de hacer ruido y desacreditar mediáticamente con más mentiras.
Si bien fueron diversos los aspectos que se pudieran comentar de la citada marcha (que más bien fue concentración en la Ciudad de México, pues no marcharon), algo que resulta por demás cínico, ofensivo y repulsivo, es ver a quien fue uno de los prácticamente copropietario del INE junto con su camarilla de exconsejeros y ex funcionarios electorales, así como con los partidos que ahí los impusieron, dando un discurso en defensa de la democracia. ¡¡¡Por favor!!! Él fue quien metió a la institución con recursos públicos en una alianza con el PAN, PRI y PRD, en contra de AMLO y de la Cuarta Transformación. Se olvidó del papel de árbitro electoral, y con su participación el domingo pasado, lo reafirma.
Lorenzo y sus compinches dejaron tal herencia en el INE, que no permiten que opere como debe ser. Van zancadilla tras zancadilla. Pareciera que intentan que el proceso electoral fracase, pretendiendo evidenciar una supuesta incapacidad de su presidenta y de algunos personajes recientemente integrados en su Consejo General y Junta General, quienes ya no obedecen a ese grupo que sí le quito la total independencia que debiera tener el instituto.
Por cierto, algo que dice mucho de lo que se está viviendo ahora en el INE, es que quien lo preside en el país, Guadalupe Taddei Zavala, tiene una remuneración mensual neta de $120,392.60, y el señor Scherman Leaño que cobra como delegado en el estado de Chihuahua, recibe por el mismo concepto $122,412.83, salario mayor que quien lo dirige a nivel nacional. Salvo que haya excepciones, los demás consejeros electorales del Consejo General reciben por idéntico concepto $179,797.17 (cifras obtenidas del directorio que aparece en página de internet del INE).
Lorenzo y partidos PAN, PRI y PRD, si bien la realidad se puede maquillar, hay límites, no abusen queriendo simular situaciones e inflando imágenes personales y cifras que están lejos de existir. POR FAVOR NO QUIERAN OFENDER LA INTELIGENCIA DE LOS MEXICANOS.