Futuro incierto
Jugar para los Atléticos no ha sido glamoroso en años. En 2024, podría ser francamente extraño
Mesa, Arizona — El receptor Shea Langeliers hizo un pequeño espacio para dejar una taza de café en su casillero, luego se dio la vuelta con cautela, con cuidado de no alterar las pertenencias de sus compañeros de equipo JJ Bleday y Max Schuemann, que estaban apiñadas en un esquina de la casa club de entrenamiento de primavera de Oakland.
Jugar para los Atléticos en las últimas décadas rara vez ha sido glamoroso, al menos para los estándares de la MLB.
En 2024, también podría ser francamente extraño.
Los Atléticos, que se mudarán a Las Vegas en algún momento alrededor de 2028 , se enfrentan a una temporada saliente en el Oakland Coliseum, que acogió algunas de las multitudes más pequeñas en la historia reciente de la MLB en 2023 . Los Atléticos se han reunido con funcionarios de la ciudad de Oakland para ampliar el contrato de arrendamiento del club más allá de 2024, pero no hay nada seguro por el momento.
“Creo que si te concentras en eso, puede afectarte”, dijo Langeliers. “El objetivo principal es simplemente concentrarte en el béisbol y en lo que puedes controlar. Eso a veces se te puede escapar. Creo que todos los jugadores aquí te dirán que su atención está en el campo”.
Pero el futuro incierto de la franquicia fue un tema suficiente para que el manager Mark Kotsay, junto con el presidente del equipo, Dave Kaval, estuvieran presentes en el estadio Hohokam en Mesa para una reunión de equipo de 45 minutos el lunes, que también fue el primer entrenamiento con el equipo completo. .
“Hablamos mucho sobre distracciones y este grupo ha pasado por eso hasta cierto punto el año pasado”, dijo Kotsay. “Abordamos la incertidumbre de la temporada 25, pero en última instancia, estos muchachos están aquí para jugar béisbol y tener una carrera larga, ya sea en Oakland o Miami, de hecho, el juego no cambia.
“Las circunstancias son las que son”.
Kotsay dijo que quiere asegurarse de que los jugadores sepan que su oficina está abierta si tienen preguntas, aunque, para ser honesto, no tiene muchas respuestas en este momento. No está claro si la franquicia jugará sus partidos en casa en 2025 en Oakland, Sacramento, San Francisco o en un estadio de ligas menores en Las Vegas.
El equipo llegó a un acuerdo con Bally’s y Gaming & Leisure Properties para construir un estadio en el sitio del hotel Tropicana a lo largo del Strip de Las Vegas, y la Legislatura de Nevada aprobó $380 millones en financiamiento público en junio pasado para un estadio de $1.5 mil millones que el equipo quiere completar. la temporada 2028. Los dueños de la MLB aprobaron unánimemente la medida en noviembre.
Pero los próximos años podrían ser difíciles.
“Somos muy transparentes”, dijo Kotsay. “Cuando recibimos información, se la pasamos a los jugadores. Probablemente obtengas más información que yo”.
Desde una perspectiva puramente de béisbol, los Atléticos esperan ser una franquicia en ascenso luego de una brutal temporada de 112 derrotas. Tienen un núcleo joven de bateadores que incluye al toletero estelar Brent Rooker, al velocista Esteury Ruiz y Langeliers, que mejoró en los últimos meses de la temporada después de un comienzo difícil.
Los Atléticos también agregaron algunos veteranos al cuerpo de lanzadores, con la esperanza de que Ross Stripling y Alex Wood puedan ayudar a estabilizar una rotación que incluye a JP Sears y Paul Blackburn.
Oakland ha tenido una de las nóminas más bajas de la liga en las últimas temporadas bajo el tan difamado propietario John Fisher, y esta no será la excepción. Pero hasta los últimos años, los Atléticos han encontrado una manera de tener al menos un éxito moderado, llegando a los playoffs en seis de nueve temporadas entre 2012 y 2020.
Rooker es un poco tardío para los estándares del béisbol, ya que viene de una temporada de 30 jonrones que ayudó al jugador de 29 años a convertirse en un All-star por primera vez y el último de una larga lista de toleteros de los Atléticos. Ha disfrutado de su tiempo lanzando dingers frente a los fanáticos del Coliseum, sin importar si son cientos o miles.
Los Atléticos promediaron 10,276 fanáticos por juego el año pasado, fácilmente el número más bajo en la MLB.