El Diario de Chihuahua

LA INESPERADA PORTADA DE VOGUE

La señora Prada a sus 74 años es toda una leyenda de la moda por haber inventado una estética única, sugerente y seductora

-

Para sorpresa de muchos y tal vez para ella misma, la portada de Vogue de este mes en Estados Unidos lleva a Muccia Prada, una leyenda de la moda. A lo largo de la historia de Vogue, sus portadas han estado protagoniz­adas por un desfile de jóvenes bellezas: modelos, actrices, famosas, alguna atleta despampana­nte y, de vez en cuando, algún político o primera dama, todos ellos engalanado­s al máximo.

Las modelos de portada sirven como portales a un mundo de ideas sobre cómo deben ser y vestir las mujeres, qué representa Vogue y el concepto que la revista tiene de la mujer moderna. Casi siempre, las modelos miran a la cámara, establecen contacto con nosotros, nos invitan a entrar. Están posadas, pulidas y embellecid­as hasta un nivel de perfección sin poros que va mucho más allá del reino de los mortales normales.

La modelo de portada encarna un glamour aspiracion­al y comercial, el “estilo de vida” que caracteriz­a a Vogue. Por muy talentosa o interesant­e que sea, también es, siempre, una mercancía.

No ve a la cámara

Prada tiene aquí un aspecto juvenil y vibrante, pero su foto no parece preocupars­e en absoluto por acicalarse o disimular la edad. Su larga melena rojiza y dorada está recogida detrás de la oreja, con algunos mechones sueltos a la vista. Parece no llevar casi nada de maquillaje, lo que nos permite ver lo que normalment­e no se ve: la textura natural de su piel, sus pecas, un lunar, las líneas alrededor de la boca y los ojos. En cualquier otro contexto, esos detalles no serían excepciona­les. En una portada de Vogue, parecen frescos y llamativos, pequeñas granadas de mano lanzadas contra el statu quo.

Aún más sorprenden­te, a diferencia de más del 95 por ciento de las modelos de portada de Vogue de la última década, Prada no mira a la cámara, ni siquiera de frente. En su lugar, la vemos de perfil, apoyada en el balcón de piedra del palacio barroco del siglo XVIII que alberga su Fondazione Prada en Venecia (Italia), el instituto de cultura contemporá­nea que fundó con su marido en 1993.

Belleza inusual

Prada no se niega a mirarnos, sino que mira a otra parte, pensando en otra cosa. Y no parece haber sido posada por un fotógrafo. Por el contrario, su cuerpo ha encontrado una posición natural, inclinado hacia delante, con una muñeca apoyada suavemente sobre la palma abierta de la mano contraria.

Al liberarnos de la presión de la mirada del sujeto, la foto también nos permite admirar el rostro escultural y distintivo de Prada: su frente alta, sus pómulos altos, su larga nariz aguileña y su boca ancha y definida. Se trata de un tipo de belleza inusual que Vogue rara vez muestra, especialme­nte en una mujer de más de 70 años. Es personal, va más allá de los estándares convencion­ales.

Honrar a la creativida­d

Encaramada a una piedra centenaria, con un abrigo de seda roja que diseñó en 1988 para su primera colección, Prada se entrelaza con la historia, la suya y la de Venecia, cuya edad es parte integrante­s de su exquisita belleza. Parece contemplar el paisaje nativo de su propia creativida­d. La contemplam­os contemplar y, con ello, la fotografía parece retratar –y por tanto honrar– el proceso interior de la creativida­d más que su producto.

Siempre ha habido un feminismo visible en la obra de Miuccia Prada, un rechazo de las nociones obvias de belleza, estilo, edad o feminidad. Pero en sus manos, ese rechazo no se percibe como rechazo o desagrado, sino como una invitación a ver las cosas de otra manera, a pensar más allá y por debajo de las superficie­s.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? PRADA PARECE no llevar casi nada de maquillaje, se ve la textura natural de su piel, sus pecas, un lunar, las líneas alrededor de la boca y los ojos
PRADA PARECE no llevar casi nada de maquillaje, se ve la textura natural de su piel, sus pecas, un lunar, las líneas alrededor de la boca y los ojos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico