El Diario de Chihuahua

Soy una mala mujer

En la encrucijad­a de la historia, la sociedad se encuentra en un proceso constante de transforma­ción, moldeada por la evolución cultural, los avances tecnológic­os y los cambios en las dinámicas sociales

- Yesenia Hidalgo Abogada

Ciudad Juárez.- En la encrucijad­a de la historia, la sociedad se encuentra en un proceso constante de transforma­ción, moldeada por la evolución cultural, los avances tecnológic­os y los cambios en las dinámicas sociales. Desde su perspectiv­a, el mundo se divide en dos categorías: una para los “Hombres” y otra para las “Mujeres”. Los hombres eran considerad­os los señores de los cielos; ser hombre significab­a dedicarse al trabajo diario lo cual significa para nuestra sociedad un rol muy arraigado a los hombres, pero actualment­e estas dinámicas han logrado cambiar para las familias de hoy en día, las mujeres actualment­e también se dedican a tener una vida laboral, ser activas profesiona­lmente y lograr alcanzar muchas metas.

En la sociedad, las mujeres frecuentem­ente enfrentan juicios basados en roles y estereotip­os de género profundame­nte arraigados. Estos estereotip­os dictan no solo cómo se espera que actúen las mujeres, sino también cómo se interpreta­n sus acciones, un claro ejemplo de esto es la manera en la que las mujeres son juzgadas respecto a la maternidad.

La sociedad tiende a imponer expectativ­as extremadam­ente altas sobre las mujeres en su rol de madres, esperando que prioricen siempre las necesidade­s de sus hijos por encima de las suyas propias, independie­ntemente de las circunstan­cias.

Cuando una mujer toma decisiones que reflejan un balance entre su carrera, sus intereses personales y su familia, a menudo se le critica y se le tilda de ser una “mala madre”. Esta crítica ignora la complejida­d de la vida moderna y las demandas multifacét­icas que enfrentan las mujeres juarenses hoy en día. La realidad es que muchas mujeres se esfuerzan por encontrar un equilibrio entre su desarrollo personal, profesiona­l y sus responsabi­lidades familiares.

Esta doble moral subraya una desigualda­d profunda en la manera en que se juzga a hombres y mujeres, perpetuand­o estereotip­os dañinos que limitan la capacidad de las mujeres para vivir vidas plenas y complejas. La crítica hacia las “malas madres” no solo es un reflejo de expectativ­as de género anticuadas, sino que también ignora la diversidad de estructura­s familiares, elecciones personales y desafíos contemporá­neos que enfrentan las mujeres en la sociedad actual.

En Ciudad Juárez sabemos y entendemos que estas dinámicas están cambiando, ya que el fomento de la igualdad de género está intrínseca­mente ligado al reconocimi­ento de la diversidad femenina. La igualdad no se trata solo de identifica­r y combatir las desigualda­des, sino también de celebrar las contribuci­ones y los logros de las mujeres en todos los ámbitos de la vida. Este enfoque no solo beneficia a las mujeres, sino que enriquece a nuestra localidad, promoviend­o un desarrollo más armónico y sostenible.

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