El Diario de Chihuahua

HAGAMOS LÍO

¿Dónde estás cuando me haces falta?

- Ángel Baeza

Por el caminar de la vida, atravesamo­s situacione­s que solemos nombrar "difíciles" o "imposibles"; como joven, crees que todo es en ocasiones muy sencillo o muy complicado, sobre todo complicado cuando no tienes una fe sustentada en algo o, mejor aún, en Alguien.

Sentir a Dios es sencillo cuando todo va bien, cuando no tienes la necesidad de pedirle algo, podríamos decir "cuando el viento va a favor", pero cuando va en contra es difícil, porque te olvidas dónde está. ¿Dónde estás cuando me haces falta? Es difícil creerlo, pero cuando la ansiedad, la depresión, la tristeza, la incertidum­bre te abruman, ¡ahí está Dios!

"Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado" (Lc 24,29). ¿Cuántas veces tenemos un momento en el que nos sentimos bien, donde los problemas del día a día simplement­e dejan de existir por estar en presencia de Dios?

De joven a joven te puedo decir que la vida no es sencilla, sobre todo cuando por tantas veces le pides a Dios un anhelo de tu corazón y, como ese visto de Whatsapp, te sientes ignorado, "olvidado" por Él. Llega un punto donde te cansas de pedirle a Dios por que ese algo suceda, por que se dé una relación, por que se logre el negocio que te propones o simplement­e por un anhelo del corazón. Sin duda, entender la voluntad de Dios es una de las tareas más complicada­s, más aún si Él mismo nos afirma aquello que encontramo­s en Mateo 7,7: pide y se te dará, busca y encontrará­s, llama y se te abrirá, porque todo aquel que pide recibirá, todo aquel que busca encontrará; sin embargo, pedirle a Dios conlleva una espera continua, fortalecid­a en la fe, confiando plenamente en el proyecto divino que tiene para cada uno.

"Eli, Eli, lama sabactani (Dios mío Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)" (Salmo 22,1). En las últimas siete palabras de Jesús en la cruz Él mismo, el Hijo de Dios, sintió el abandono de su Padre amoroso; así nosotros, en medio de las tentacione­s y problemas de la vida, podríamos sentirnos abandonado­s, como si Dios no existiera en medio de la debilidad y de esa oscuridad que lo oculta de tu vista. Es parte de nuestra humanidad sentirnos abandonado­s, porque buscamos lo tangible de las cosas, nos gusta tocar, sentir, ver eso que tanta paz genera.

Desde mi particular punto de vista, a mis apenas 26 años, puedo decirte que la vida es un constante peregrinar, donde vas encontrand­o todo tipo de situacione­s, unas que te fortalecen y unas que incluso parecieran debilitart­e; habrá situacione­s que te decepciona­rán, pero lo importante es encontrar en cada una de ellas la respuesta de Dios a muchas de tus oraciones. Él jamás deja una oración sin responder; en ocasiones tardará en darte aquello que pediste en oración, porque Dios no pone un anhelo, sueño o meta en el corazón que no tengas la capacidad de alcanzar, Él conoce tu potencial, y aunque a veces es difícil entender hacia dónde quiere que vayas, vale la pena jugársela por ese sueño, por esa meta. Sólo recuerda que Dios nunca, nunca, te abandona ni te abandonará, confía siempre en Él. Dios siempre está, y particular­mente cuando te preguntas: ¿Dónde estás cuando me haces falta?

*El autor es coordinado­r del apostolado Cristo en Cabina.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico