¿De qué te ríes?, increpa hermana de víctima a militar
El juez resolvió la vinculación a proceso del exsoldado norteamericano por el delito de feminicidio agravado bajo las razones de género
Ciudad Juárez.- La audiencia no empezaba aún. Faltaba el juez. Mientras, el defensor particular de Saúl L. V. –exsoldado estadounidense acusado de feminicidio agravado en Juárez– platicaba con él y lo hizo sonreír.
“¿De qué te ríes?”, le increpó Leslye, la hermana menor de la víctima, Aylin Marina B. V., de 19 años de edad. Fue abrazada enseguida por su abuelo Vicente y rompió en llanto. El agente del Ministerio Público le explicó que debe guardar calma en la sala, y logró recomponerse antes de que se diera luz verde a la continuación de audiencia inicial. “Aquí estoy. Vamos a aguantar”, le decía el hombre mayor mientras le acariciaba el cabello.
Fueron casi tres horas de audiencia, pero al final las pruebas presentadas por la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género y a la Familia bastaron para hacer notar que Saúl L. V. fue la última persona que vio con vida a Aylin Marina, que mientras salían él presuntamente ejercía violencia física y psicológica, y que su vehículo era supuestamente el visible en videos al momento de arrojar el cuerpo de la víctima sobre el pavimento entre las calles Paso del Norte y Agustín Barbachano de la colonia Anáhuac el 7 de abril de 2023, cerca de las 7:20 de la tarde.
La audiencia reunió a Vicente, Leslye y – mediante videollamada –la mamá de Aylin. Desde junio cambiaron de hogar fuera de la ciudad porque se sintieron vulnerables en Juárez, contó la hermana.
El asesor jurídico de la madre de Aylin por parte de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y el Ministerio Público estaba en un lado y en el otro el defensor particular, que fue nombrado ayer al inicio de la sesión a solicitud de Saúl L. V. El juez de Control también le preguntó si había recibido asistencia consular –por ser ciudadano de otro país–, a lo que el acusado respondió “todo está muy bien”.
El defensor conocía ya la carpeta, e inició con su argumentación y siete fotos de prueba. Buscaba demostrar que las ‘selfies’ (fotos personales) que tenían ambos en sus redes sociales mostraban que la víctima tenía un ‘piercing’ en la nariz y un tatuaje en una de las mejillas, y que su cliente tenía un tatuaje en el brazo derecho (en las fotos que expuso no se percibían dichas marcas) y no en el izquierdo como aseguró la Fiscalía.
Fue un efecto espejo de las llamadas ‘selfies’. Las cámaras frontales de los teléfonos móviles, arguyó el Ministerio Público, provocan que se invierta la imagen tomada y parece que lo del lado izquierdo se vea en la fotografía del lado derecho y viceversa.