De cara a los electores… ¡ésta es la realidad!
Los sucesos de la elección, tal como van, es que los candidatos del conservadurismo, han dejado de ser el centro de la elección y el lugar preponderante lo ocupa la propaganda política. Este hecho es muy notorio, pues a los candidatos de la reacción los han convertido en difusores mecanizados de los mensajes de la comunicación política diseñados por otras personas desconocidas. Y qué según información de varias investigaciones periodísticas, los diseñadores de esa propaganda, han sido ubicados, incluso en otros países como España y Argentina.
Posiblemente ese hecho se debe a que la ley electoral prohibía a todos los partidos y sus candidatos no hacer ninguna propuesta electoral hasta llegado el 1 de marzo. Se pudiera pensar lógicamente que la propaganda negra de los conservadores, a no poder realizar una propuesta electoral inteligente, se basa solamente en la saturación de mensajes para desorientar a los electores e infundir miedo político, religioso, etc.
Independientemente de los razonamientos que lleven a los estrategas del bando conservador a difundir su propaganda sucia, en lugar de hacer propuestas razonables a los electores, en los hechos siguen poniendo todas sus fuerzas en continuar con la distribución de millones de mensajes basados en “inyectar” el miedo ideológico y religioso en contra de los adversarios del bando progresista.
Como todos lo seguimos viendo, el objetivo de los conservadores es debilitar, si no es que destruir, la legitimación moral y política de la imagen del presidente de la República y por ende la de la candidata Sheinbaum.
Por la experiencia que hemos tenido desde hace décadas, antes y durante todo tipo de elecciones, la guerra sucia como dijo aquel propagandista de Fox, Horcasitas “la guerra sucia la trajimos a nuestro país para quedarse”. Y le agregaríamos a ese panista “la trajeron como un cáncer maligno” para enfermar la democracia de nuestro país.
Por las vísperas, anticipamos que la guerra sucia no va a aminorar, sino al contrario, el objetivo de la derecha principalmente, es saturar todo el tiempo, hasta en los grupos de Whatsapp con mensajes de esa naturaleza que tratan de amarrarle las manos a la inteligencia y a la razón de sus integrantes. Con mayor razón buscan enlodar todo el espacio político y hasta los rincones más profundos de la psicología de los electores. La finalidad es muy clara: no dar oportunidad, ni un instante a los ciudadanos para que razonen su voto y si lo hacen, el miedo sea el que cruce la boleta.
Mientras tanto, lo que se percibe en las fuerzas progresistas, es el esfuerzo para contrarrestar la gigantesca campaña de guerra sucia de los conservadores, poniendo en acción en todos los espacios comunicación, a los personajes más importantes y con mayor legitimación política de la Coordinadora de la Alianza por la continuidad de la Transformación. El objetivo es tratar de evitar que la mayor parte de los mexicanos sean persuadidos por las fake news de la guerra psicológica prianista; y en contraparte lograr que las propuestas de los candidatos progresistas sí logren los votos para concretar el denominado “plan c”, es decir, ganar el 2 de junio para tener mayoría constitucional en todos los legislativos del país.
Al mismo tiempo que la comunicación política, se apropia de todo el espacio político, dejando en segundo plano la imagen de los candidatos, las que luchan por la Presidencia de la República, iniciaron ahora si abiertamente sus campañas, Xóchitl en Zacatecas y Claudia en el Zócalo de la Ciudad de México.
Todos hemos aprendido que los mítines o las grandes concentraciones electorales no votan, lo cierto es que sí impresionan “psicológicamente” a los adversarios. Y generan la idea, de que la candidata que logre una mayor asistencia, es y será el que va a ganar en las urnas. La que logre una mayor concentración “acalambra” a los adversarios.
También las encuestas siguen haciendo su función persuasiva. Después de varios meses de estarse publicando semanalmente las encuestas, ya no sólo son “fotografías” del momento, sino que en la psicología del elector, se van tomando en cuenta para fortalecer su predisposición electoral, conformando constantemente el “voto duro” del despertar de la conciencia política de este tiempo; y en el segmento de “indecisos”, son como “huellas” que pueden o no, darle un incipiente rumbo a su voto potencial.
Lo único claro hasta el momento es que, como todos lo sabemos a la luz de las encuestas, la coalición “Sigamos Haciendo Historia” continúa adelante en la preferencia electoral, sobre el frente prianista “Fuerza y Corazón por México”. Sin embargo, ambos ejércitos tienen centradas todas sus fuerzas en lograr, los progresistas la mayoría constitucional de todos los legislativos y los conservadores a evitarlo.
Más allá de la obnubilación que pudiera causar la propaganda política de ambas fuerzas, el enfrentamiento real económica y políticamente es muy contrastante, pues en un lado del escenario de guerra está todo el poder de la Presidencia de la República más 22 gubernaturas aliadas contra el debilitado poder del frente conservador con apenas 5 gubernaturas, qué dan la imagen del realismo político de esa lucha desigual.