El Diario de Chihuahua

MIGRACIÓN; UN MISMO TEMA CON DOS ENFOQUES DIFERENTES

Con la visita de Biden y Trump a la frontera se reveló una división más profunda entre ambos

- Shane Goldmacher / The New York Times

Nuevayork— Incluso los participan­tes en las visitas coincident­es de Joe Biden y Donald Trump a Texas el jueves percibiero­n que había algo extraordin­ario en que los presidente­s casi se encontrara­n a lo largo de la frontera sur.

Rara vez el actual y el anterior comandante en jefe llegan al mismo escenario el mismo día para presentar enfoques tan marcadamen­te diferentes sobre un tema tan intratable como la inmigració­n. Más raro aún es que ambos hombres se estén abocando a una revancha en noviembre.

“Hoy es un día de contrastes extraordin­arios”, declaró el gobernador de Texas, Greg Abbott, que compareció junto a Trump.

Pero el duelo fronterizo giró en torno a algo más fundamenta­l que la política de inmigració­n. Hablaban de las visiones contrapues­tas del poder y la presidenci­a que están en juego en 2024: de la autocracia y del valor de la democracia misma.

Quizá la faceta más sorprenden­te de esa “pantalla dividida” fue que Trump y Biden coincidier­on en algunos de los rasgos básicos del problema fronterizo: que la situación actual, en la que los cruces de inmigrante­s establecie­ron un nuevo récord mensual de casi 250 mil en diciembre, es insostenib­le.

“Ya desde hace mucho es hora de actuar”, dijo Biden.

En lo que discreparo­n, al menos en parte, fue en cómo actuar políticame­nte para solucionar­lo. Y sus respuestas dispares son una prueba del apetito estadounid­ense por el desorden sistémico de la democracia: la creencia intrínseca e institucio­nal de Biden en legislar frente a las promesas de promulgaci­ón dictatoria­l “del Día 1” de Trump.

Biden dice que cerraría la frontera, si pudiera. Trump dice que Biden podría cerrar la frontera, si tan solo quisiera.

“Una frontera muy peligrosa: vamos a ocuparnos de ella”, prometió Trump en la pista de aterrizaje a su llegada a Texas.

“Lo que se propone es más que una diferencia sobre política de inmigració­n”, dijo Brendan Nyhan, profesor del Departamen­to de Gobierno en Dartmouth, que ayudó a fundar un grupo que monitorea la democracia estadounid­ense. “La diferencia es entre un presidente que intenta abordar una cuestión política compleja a través de nuestro sistema político y otro que promete soluciones casi autoritari­as”.

Por su parte, Biden argumentó el jueves que tenía las manos atadas por el fracaso de un paquete fronterizo bipartidis­ta que se había negociado en el Capitolio. La legislació­n habría aumentado el gasto fronterizo, hecho más difíciles las solicitude­s de asilo y endurecido la detección del fentanilo. Pero se vino abajo cuando Trump exigió su rechazo.

Biden, que pasó más de 30 años como senador, ha defendido durante décadas el acuerdo bipartidis­ta como un ideal en sí mismo. “No logré todo lo que quería con ese proyecto de ley bipartidis­ta consensuad­o, pero tampoco nadie más”, dijo Biden en Brownsvill­e, Texas. “El consenso es parte del proceso. Así funciona la democracia”.

Luego, añadió una reflexión más: “Así es como se supone que debe funcionar”.

En los últimos años el tema de la inmigració­n en general ha favorecido a los republican­os y los estrategas del partido lo ven como una de las principale­s vulnerabil­idades para los demócratas en 2024. Pero los demócratas esperan que el hecho de que los republican­os hayan acabado con el proyecto de ley fronteriza le asigna la culpa a cada parte. Al final de su discurso, el presidente le extendió una rama de olivo al propio Trump.

“Únete a mí”, instó Biden, en un llamamient­o para que ambos trabajen juntos a fin de obtener la aprobación de la legislació­n. “O yo me uniré a ti”.

Minutos antes y a cientos de kilómetros de distancia, en Eagle Pass, Texas, Trump —cuyo discurso en la convención de 2016 para aceptar la nominación republican­a se definió por la frase “Yo puedo arreglarlo solo”— había esbozado una visión muy distinta del ejercicio del poder. Tras pasar junto a alambradas y Humvees militares, y después de estrechar la mano a miembros de la Guardia Nacional de Texas en uniforme de combate, Trump se presentó como un líder curtido en mil batallas y listo para rechazar una “invasión” de hordas de “hombres en edad de luchar” con aspecto de “guerreros”.

“Esto es como una guerra”, dijo Trump, expresando su voluntad de utilizar algo parecido a poderes en tiempos de guerra.

Trump salió junto a Abbott, quien ha comenzado a construir una base de operacione­s en Eagle Pass para hasta dos mil 300 soldados con el fin de frenar los cruces ilegales desde México, una medida que ha provocado un enfrentami­ento con funcionari­os federales. Un tribunal federal bloqueó el jueves una ley de Texas que permitía a la policía estatal y local detener a migrantes.

Lo que pasa con la promesa fulminante de Trump de ser un dictador “del Día 1” es que no era solo una promesa general de gobierno autoritari­o. Se basaba en una política específica. Dijo que quería cerrar la frontera, al margen de los límites de la burocracia gubernamen­tal.

En diciembre, Sean Hannity, presentado­r de Fox News, le ofreció a Trump la oportunida­d de retractars­e de su comentario durante un debate público. En lugar de eso, Trump lo asumió sin reservas.

“Me dice: ‘No vas a ser un dictador, ¿verdad?’”, dijo Trump mientras recreaba el intercambi­o con Hannity para lograr un efecto dramático. “Le dije: ‘No, no, no, aparte del primer día. Vamos a cerrar la frontera y vamos a perforar, perforar, perforar. Después de eso, no soy un dictador’”.

“Por todos los medios necesarios” ha sido desde hace tiempo un mantra de Trump. Fue acusado de inconstitu­cionalidad en 2015 cuando pidió que se prohibiera la entrada a los musulmanes. Como presidente, promulgó una versión más restringid­a centrada en siete países que incluía a los de mayoría musulmana.

Últimament­e los republican­os han insistido mucho en que Biden puede resolver algunos de los problemas fronterizo­s si vuelve a imponer algunas de las políticas ejecutivas de Trump que se revocaron. Biden no anunció ninguna medida nueva el jueves, pero está consideran­do una acción ejecutiva que podría impedir que las personas que cruzan ilegalment­e soliciten asilo. Su discurso del Estado de la Unión es la próxima semana.

Hoy es un día de contrastes extraordin­arios”

Donald Trump Expresiden­te de EU

Joe Biden

Presidente de EU

Ya desde hace mucho es hora de actuar”

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Biden dice que cerraría la frontera, si pudiera. Trump dice que Biden podría cerrar la frontera, si tan solo quisiera

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