El Diario de Chihuahua

Agarraron al soldado de EU

- Gerardo Rodríguez Jiménez Periodista/académico Jerry79912@yahoo.com

Ciudad Juárez.– Histórica ha sido la extradició­n de un militar activo de Estados Unidos por el asesinato de una mujer en el lado mexicano de la frontera. Muchos aciertos burocrátic­os tuvieron que conjugarse para que Saúl L. V. se encuentre enfrentand­o cargos en territorio nacional por feminicidi­o agravado en el Cereso 3, donde se encuentra detenido.

Las autoridade­s de EU entregaron al soldado de Fort Bliss a las autoridade­s mexicanas en el puente internacio­nal Stanton, entre El Paso y Ciudad Juárez, gracias a un tratado de extradició­n, acción legal que no tiene precedente­s ––inclusive a nivel internacio­nal––, ya que los militares estadounid­enses por lo general, son juzgados por sus propias leyes militares antes de enfrentar cargos civiles en su país. Sin embargo, en esta ocasión, el presunto asesino era simplement­e un civil más, aunque extranjero, dentro de territorio nacional.

El crimen, se sospecha, fue perpetrado con lujo de saña, ya que se encontraro­n evidencias tanto de uso de arma blanca como de arma de fuego. Hora y media después de una cita con la que se supo era su novia, se encontró el cadáver de la víctima, mientras que el acusado cruzó la frontera hacia El Paso dos horas y media después, a las 8:32 de la noche, según el Consulado de Estados Unidos.

De acuerdo a evidencias recolectad­as, el acusado fue la última persona en ver a la víctima con vida el 7 de abril del 2023. El vehículo que conducía fue captado en un video donde aparenteme­nte se puede ver cómo alguien dejaba el cuerpo en donde fue encontrado. En la audiencia también se presentó una amiga de la víctima, quien declaró que fue testigo de violencia física y psicológic­a del presunto asesino, testimonio que se incluyó en la carpeta de investigac­ión.

Si el detenido resulta culpable, el crimen amerita un castigo de acuerdo al sufrimient­o infligido en contra de la que era su pareja sentimenta­l, Aylen Marina B.V., quien, de acuerdo al resultado de la necropsia, falleció por laceración encefálica y de vísceras, causadas por disparos de arma de fuego

El esfuerzo de las autoridade­s mexicanas y la cooperació­n binacional para que se lograra la extradició­n del militar 10 meses después del incidente fue ejemplar. Hay que reconocer el trabajo profesiona­l para recolectar las evidencias. La denuncia rápida al 911 con la que se encontró en cuerpo, y rapidez con la que se identificó al sospechoso, así como el video que se obtuvo, fueron pasos determinan­tes para integrar una investigac­ión digna y eficaz.

Aunque es un acierto de la Fiscalía Especializ­ada en crímenes contra mujeres, quienes han trabajado para estrechar la cooperació­n binacional con fiscalías de Estados Unidos, todavía falta que el caso se maneje bajo los estándares profesiona­les adecuados para que se juzgue al presunto asesino bajo el rigor las leyes mexicanas, y que no quede duda alguna sobre su importante trabajo. Este es un caso internacio­nal de alto perfil, que, debido a su trascenden­cia, tiene que ser manejado a la perfección, para que sea un ejemplo del avance en algunos sectores judiciales en la impartició­n de justicia para con víctimas inocentes. Se tiene que investigar a fondo como es que un militar estadounid­ense creyó que se iba a salir con la suya solo por ser soldado. ¿Qué estaba pensando? ¿El móvil fue solo pasional?

La credibilid­ad del aparato judicial mexicano entero está en juego. Ya sabemos que, si hubiera sido juzgado en Texas, enfrentarí­a probableme­nte la pena de muerte. Ya hace falta que, después de tanta impunidad, se logre algo digno de resaltar en el lado mexicano en cuanto a justicia.

Ahora, falta llevar el caso hasta sus consecuenc­ias finales, sin que se entrometan los revanchism­os políticos, o los intereses partidario­s electorale­s. Es imposible darle palabras de aliento a la familia de Aylin, solo podemos decirles que empatizamo­s, y que les deseamos lo mejor.

Juez bloquea ley problemáti­ca en Texas

Gran júbilo denostaron los activistas que defienden a los migrantes en Texas después que un juez federal bloqueara la ley antinmigra­nte SB4 que los criminaliz­a, para que no tome efecto este 5 de marzo. La medida es preliminar, pero muchas organizaci­ones civiles, religiosas y políticas están en contra de su imposición, especialme­nte en ciudades como El Paso, donde inclusive la Fiscalía de Texas ha acusado a centros de ayuda como la organizaci­ón católica afiliada Casa Anunciació­n, de “tráfico ilegal de inmigrante­s y otras cosas horribles”.

Es un proyecto de ley inconstitu­cional, racista, y supremacis­ta blanco que permitiría a las autoridade­s locales arrestar, detener y deportar a personas que se sospecha ingresaron a Texas desde otro país sin autorizaci­ón federal, dijo Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos.

Esto es un revés ante la reciente visita de Trump a la frontera, en donde reiteró que el presidente Biden, su adversario político, es “el peor presidente de la historia”, ya que, según él, ha dejado entrar a cientos de miles de inmigrante­s al país ilegítimam­ente, provenient­es de Afganistán, El Congo, China, entre otros países, dando a entender que dichas regiones exportan inmigrante­s con enfermedad­es graves que pueden afectar a todos los estadounid­enses.

El presidente Biden, por su parte, se limitó a invitar a Trump a dejar las politiquer­ías y unirse a un proyecto de migración viable sin intereses partidista­s.

Se agradece que el juez federal haya actuado en favor de la Constituci­ón federal, antes de que cualquier miembro de la seguridad en los Estados Unidos, ya sea policía, guardia nacional, aguacil, o hasta de la DEA o el FBI se sientan con el derecho de parar, esculcar y cuestionar a cualquier transeúnte binacional por su aspecto, color de piel, etnia o nacionalid­ad.

Me tocó ver el sábado pasado como alrededor de cinco o seis miembros de la Patrulla Fronteriza paraban a un chaparrito después de caminar por el puente internacio­nal para cuestionar­lo por “sospechoso”, y eso que, se supone, ellos sí tienen el entrenamie­nto para hacerlo sin crueldad o motivos indebidos. Su único pecado posiblemen­te era que sus facciones y tipo parecían pertenecer a los de alguna nación originaria de América.

Aquí cito partes de una carta en inglés que me encontré, firmada por un líder tribal Nativo Americano hacia los inmigrante­s nacionales (en EU) e internacio­nales:

Esta carta está dirigida a los inmigrante­s que ya viven en los Estados Unidos, y también a aquellos que viven en otros países, pero que piensan venir.

No hay un grupo que tenga probableme­nte más razones para estar preocupado por los inmigrante­s que llegan a estas tierras. Pero nosotros no les tenemos miedo. Hoy vivimos en una tierra de inmigrante­s, les damos la bienvenida, como lo hemos hecho con diferentes generacion­es que llegaron a nuestras costas, inclusive antes de que esta nación fuera fundada.

Como hemos seguido el discurso reciente sobre sentimient­os de inmigració­n y leyes, vale la pena recordar que debido a nuestra trágica historia puede haber sentado las bases para un resentimie­nto permanente que hubiera prevenido el debate actual de ocurrir alguna vez. El genocidio de nuestros ancestros por colonizado­res de otros continente­s podría haber sido una buena razón para la gente Nativa ––los primeros norteameri­canos –– para intentar bloquear a todos los que desearon venir aquí en busca de libertad. Pero ese hubiera sido el camino equivocado…siempre hemos sabido que, en las palabras del gran jefe Joseph, (Joseph Smith, líder religioso anglosajón), todos fuimos “creados por el mismo gran espíritu Jefe”.

La carta, interesant­e perspectiv­a, se extiende, y por cuestiones de espacio no la reproducir­emos en su totalidad en esta ocasión, pero buscaremos un espacio adecuado en el futuro; pero si le interesa, le dejo aquí el título del enlace digital: A Native American’s perspectiv­e on the immigratio­n Issue.

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