Campañas sin novedad
Llegó el primero de marzo y el arranque de las campañas no trajeron ninguna novedad, ni a nivel nacional ni en el estado con las primeras acciones de las y los que aspiran al Senado y los 9 distritos electorales.
Primero en torno a la elección presidencial, tanto Claudia Sheinbaum Pardo como Xóchitl Gálvez Ruiz siguieron el mismo esquema: la primera arroparse en la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador y la segunda señalando los errores de la actual administración.
A nivel local de igual manera no hubo sorpresas: una dupla oficialista en la figura de Mario Vázquez y Daniela Álvarez cobijados por la estructura partidista con mensajes frente al gobierno federal; y en el frente la fórmula de Andrea Chávez y Juan Carlos Loera en espera de que el manto de la elección presidencial los arrope.
Si se observa ningún partido o político quiere arriesgar su nicho de atención, ya saben dónde moverse de manera controlada y tratan de evitar sobresaltos u ocurrencias que puedan modificar lo que tienen, temen a arriesgarse y buscar nuevos focos de atención.
A reserva de poder comparar los discursos de los principales candidatos al Senado de la República, lo que se puede analizar de entrada es que simplemente no hay creatividad, a seguir con un esquema superado, pero que les ha permitido los espacios que hoy detentan.
Porque el evento de arranque de campaña de los candidatos Mario Vázquez y Daniela Álvarez al Senado no levantó pasiones, ni la concurrencia de panistas, priístas y unos cuantos perredistas, con discursos de oposición muy cuidados y que de alguna manera ya habían expuesto en los largos meses de preprecampaña, y precampaña.
Es una campaña muy larga, 90 días donde las candidatos y los candidatos al menos para los puestos de elección federal tendrán que ser muy creativos, entre mensajes que atraigan ante un electorado muy polarizado y apático del proceso.
La ventaja es que los de enfrente, tanto Andrea Chávez como Juan Carlos Loera decidieron subirse literalmente a la campaña presidencial: primero prefirieron cargar energías en el zócalo capitalino donde pueden ver multitudes, y luego siguieron sin problema a su líder a su primer evento en la entidad, en Ciudad Juárez.
Eso sí, el uso de redes sociales lo manejan muy bien, con palabras claras e imágenes atractivas… pero nada de “vestirse” con el pueblo de Chihuahua, con la gente de la calle de nuestro estado que parece que no forman parte de su campaña.
Sobre las campañas presidenciales no hubo sorpresas: con la propuesta de la candidata oficial en los 100 compromisos de Claudia Sheinbaum se observa claramente que le apostaron a la continuidad, a que la popularidad de Andrés Manuel López Obrador sea suficiente para ganar el 2 de junio.
En Ciudad Juárez no hubo ningún pronunciamiento que alivie la crisis migrante que ha colapsado la frontera en varias ocasiones, mucho menos fijar su postura frente al vecino del norte, que nomás le da la gana y manda al piso cualquier acuerdo.
Continuar con la transformación del país, seguir haciendo historia, primero los pobres y en fin todo ese rosario que hemos escuchado ya hace muchos años no cambia, seguirá siendo su discurso de batalla.
Desde luego que en la frontera no se arriesgó a un escenario donde pudiera verse sola, el monumento a Benito Juárez en el centro era fácilmente “llenable”, a pesar de que las tribus de Morena en la entidad nomás no se ponen de acuerdo y siguen metiendo el pie.
Sobre su discurso en el inicio de su campaña, hay que señalar que “Claudia” siguió el librito de su maestro, y presentó sus 100 compromisos, que si se comparan con aquellos 100 compromisos que su momento lanzó Andrés Manuel hace seis años nada han cambiado, es decir, siguen siendo los compromisos de la 4T que en todo el sexenio simplemente no pudo cumplir.
Y ahí están plasmados los compromisos de gobernar sin someterse a ningún poder económico, político o extranjero, siempre del lado del pueblo; aplicar la máxima del Humanismo Mexicano (desde cuando existe este término), de primero los pobres, una de las frases favoritas de AMLO y que en esencia no define ninguna política pública, sino el siempre mantener a los pobres.
Y así promesas que Morena simplemente no ha cumplido, como garantizar las libertades de expresión, de prensa, de reunión, de movilización, los derechos humanos y nunca usar la fuerza del estado.
Si en algún sexenio se ha coartado, denostado y atacado al ejercicio del periodismo en México ha sido precisamente en el actual, pero su candidata no señaló ni volteó a ver lo que se ha hecho mal en la administración que está por concluir.
Desde luego que hay que reconocer que en la acera de enfrente tampoco hay nada nuevo: su campaña y propuesta está basada en señalar lo que se ha hecho mal, meter el dedo en la llaga donde no ha podido.
Pero el firmar con sangre una promesa de campaña de combatir la inseguridad en México, como lo hizo Xóchitl Gálvez no es suficiente, sobre todo ante el nivel de impunidad y desesperación de un pueblo que se ha visto sometido por los grupos criminales.
Esto está muy claro, si las campañas siguen así lo único que lograrán es que no exista ánimo de los votantes: ¿o esta es la estrategia?