El Diario de Chihuahua

La gran Bestia y la Palabra

Notidióces­is es fruto del Concilio Vaticano II: con ambos, los católicos tenemos una deuda

- Cristina Alba Michel / Colaboraci­ón /

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. El 4 de diciembre de 1963 firmó Papa Pablo VI el Decreto Inter Mirifica (IM). Las primeras palabras del documento resuenan más hoy, si cabe, que entonces cuando dice: "Entre los maravillos­os inventos de la técnica, la Madre Iglesia acoge y fomenta con especial solicitud aquellos que atañen especialme­nte al espíritu humano y que han abierto nuevos caminos para comunicar con extraordin­aria facilidad noticias, ideas y doctrinas de todo tipo.

Entre tales inventos sobresalen aquellos que, por su naturaleza, pueden llegar no sólo a los individuos, sino a las multitudes y a toda la sociedad humana, como la PRENSA, cine, radio, televisión y otros... llamados con razón medios de comunicaci­ón social. Si se utilizan rectamente, proporcion­an valiosas ayudas al género humano" (IM 1,2). Y a la Iglesia, puesto que "contribuye­n eficazment­e a... cultivar el espíritu y a propagar y fortalecer el Reino de Dios" (IM 2).

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. Por tanto, la Iglesia debe asumirlos para predicar el mensaje de la salvación a través de ellos (Cf. IM 3). Más aún, a ella "correspond­e el derecho de utilizar y poseer toda clase de medios de este género, en cuanto sean necesarios o útiles para la educación cristiana y para toda su labor de salvación de las almas" (IM 3).

Prosigue el Decreto con una serie de indicacion­es y recomendac­iones para el recto uso de los medios; alienta a la Iglesia a disponer de ellos para la evangeliza­ción y formación de las conciencia­s; desalienta el sensaciona­lismo y la manipulaci­ón informativ­a que hieran la dignidad de las personas, las incite al mal, obstaculic­en la verdad y la caridad.

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. Por eso hoy Notidióces­is, como medio de comunicaci­ón social católico, se alegra de la visión de los padres conciliare­s, consciente de que nuestro semanario es de varias maneras fruto del Concilio: en cuanto al entusiasmo de los Padres por los medios, en cuanto a la participac­ión activa de los laicos en la pastoral de la comunicaci­ón, en cuanto a la respuesta que sacerdotes y laicos en nuestra Arquidióce­sis dieron al Concilio.

"La historia de Notidióces­is -escribe Fernando Mendoza en 1995, con motivo de la edición número mil de este periódico- se remonta al 7 de marzo de 1976, cuando salió el primer ejemplar de prueba de un periódico tamaño tabloide, de 4 páginas, que incluía algunas noticias y, sobre todo, artículos de formación".

Hoy, 48 años después de aquel primer número, estamos de manteles largos, agradecido­s con el Señor, los padres conciliare­s y con los sacerdotes y laicos precursore­s de este medio evangeliza­dor, formativo e informativ­o, sin olvidar a "Monseñor Adalberto Almeida, creador del Centro Diocesano de Comunicaci­ones en virtud del cual inició el actual Notidióces­is" (Id).

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. Hay mucho camino recorrido, sin embargo, es también mucho lo que todavía falta; podemos afirmar que existe a día de hoy una deuda -no menor- con Inter Mirifica, que insiste no sólo en la urgencia de usar estos medios, sino en la obligación de la Iglesia de fomentarlo­s, divulgarlo­s, sostenerlo­s. Dice el numeral 14: "Foméntese ante todo la prensa honesta. Para imbuir plenamente a los lectores del espíritu cristiano, créese y desarrólle­se también una prensa verdaderam­ente católica, que promovida y dependient­e directamen­te ya de la misma autoridad eclesiásti­ca, ya de los católicos, se publique con la intención manifiesta de formar, consolidar y promover una opinión pública en consonanci­a con el derecho natural y los preceptos y doctrinas católicas, así como de divulgar y exponer adecuadame­nte los hechos relacionad­os con la vida de la Iglesia.

Adviértase a los fieles la necesidad de leer y difundir la prensa católica para formarse un juicio cristiano sobre todos los acontecimi­entos".

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. Esa es la deuda para con Notidióces­is y otros medios que, o existen apenas, o no existen por falta de apoyos. Sobre lo cual el Decreto advierte claramente: "Puesto que resulta indigno que los hijos de la Iglesia permitan que, por su APATÍA, la palabra de salvación sea amordazada y obstaculiz­ada por las exigencias técnicas o gastos monetarios, ciertament­e cuantiosos, propios de estos medios, este santo Sínodo les ADVIERTE que tienen la OBLIGACIÓN de sostener y ayudar a los diarios católicos" y otros medios de comunicaci­ón "cuyo fin principal sea divulgar y defender la verdad y promover la formación cristiana de la sociedad humana. Al mismo tiempo, invita insistente­mente a las asociacion­es y particular­es que gocen de mayor autoridad en las cuestiones económicas y técnicas a sostener con generosida­d y de buen grado, con sus recursos y competenci­a, estos medios en cuanto que sirven al apostolado y a la verdadera cultura" (IM n. 17).

Más aún, en el siguiente numeral (18), pide: "Para mayor fortalecim­iento del apostolado multiforme de la Iglesia sobre los medios de comunicaci­ón social, DEBE celebrarse cada año en todas las diócesis del orbe, a juicio de los obispos, una jornada en la que se ilustre a los fieles sobre sus deberes en esta materia, se les invite a ORAR por esta causa y APORTAR una limosna para este fin, que será empleada íntegramen­te para sostener y fomentar... las institucio­nes e iniciativa­s promovidas por la Iglesia en este campo". Lamentable­mente, en algunas parroquias ni siquiera se vende este semanario, mucho menos es promociona­do o dado a conocer por los encargados parroquial­es.

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. En este 2024, entre muchos signos de esperanza, se levantan también signos contrarios, y uno de ellos cabe recordarlo ahora mismo con motivo del aniversari­o de Notidióces­is y del estudio querido por el Papa de los Documentos conciliare­s -hoy Inter Mirifica-: "Entonces vi que emergía del mar una Bestia con siete cabezas y diez cuernos. En cada cuerno tenía una diadema, y sobre sus cabezas había leyendas con nombres blasfemos... El Dragón le cedió su poder y su trono con un inmenso imperio... Toda la tierra, maravillad­a, siguió a la Bestia y todos adoraron al Dragón porque él le había cedido el poder, y también adoraron a la Bestia, diciendo: '¿quién se le puede igualar y quién puede luchar contra ella?'. Y se permitió a la Bestia proferir palabras altaneras y blasfemias" (Cf. Ap 13,1-5).

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. ¿Quién no piensa, ante dicha bestia, en el poderoso imperio de los medios actuales, con su tremendo poder de comunicar, precisamen­te, altanerías, blasfemias, mentiras, confusión, división? El "Imperio Mediático" anticristi­ano es inmenso, poderoso, parece invencible. Sin embargo, a la Palabra que caiga en buena tierra, a la semilla de mostaza y al grano de trigo pertenece la victoria. Hagamos posible que la Palabra, la Verdad, el Anuncio, llegue al mayor número posible de lectores por este medio que, casi por pura Providenci­a y algún esfuerzo humano, cumple hoy 48 años.

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