SALE KATE WINSLET DE SU CONFORT
La protagonista y productora ejecutiva de ‘El Régimen’, serie que estrena hoy en MAX, se enfrenta a un personaje que la emociona, desafía y aterra
Londres — Kate Winslet dirige todo, dentro y fuera del plató de su nueva serie de televisión, “El Régimen”.
En la serie de MAX que se estrena hoy, interpreta a Elena Vernham, también conocida como ‘La Canciller’, la gobernante de un país ficticio de Europa, posiblemente cerca de Polonia. Winslet, que también es productora ejecutiva de la serie, dice que nunca le habían ofrecido un personaje así “en su vida”.
“Nunca había leído un guión así. Nunca me había reído tanto con el material que tenía delante, como hacíamos cada día, y realmente sentí que era una oportunidad emocionante, desafiante y aterradora para salir totalmente de mi zona de confort”, dice.
Como líder venerada del espectáculo, se encontró cara a cara con muchas obras de arte enormes de sí misma.
Al principio pensé: “Dios mío, es genial. Tengo que tener una. Y luego me harté tanto de mirarlas que al final quería quemarlas todas”, dice Winslet entre risas.
A veces, el equipo de producción se olvidaba de avisarle que en el plató había una gran imagen de su cara con lentejuelas.
“Curiosamente no me gusta que me miren. No es un lugar cómodo para estar. Así que sí, tuve que enfrentarme a esa versión exagerada de mí misma”, explica. “Tuve que aceptarlo”.
Una gran comedia negra
Esa es una de las grandes diferencias entre la estrella y la dictadora, a la que le encanta recibir el cariño de su pueblo, dirigiéndose a él con regularidad y también, de vez en cuando, cantándole una serenata (“Santa Baby”).
Entre sus fieles súbditos: Guillaume Gallienne, como su marido Nicholas; Andrea Riseborough, que dirige el palacio, y Danny Webb como uno de sus muchos ministros, supeditado a sus extraños pronunciamientos. Martha Plimpton interpreta a una senadora estadounidense y Hugh Grant es el rival político de Elena.
Las cosas en el país van sobre ruedas, bueno, todo lo bien que pueden ir mientras Elena se enfrenta a sus últimos problemas de hipocondría, paranoia y abandono. Entonces contrata a un soldado, interpretado por Matthias Schoenaerts, en su lucha contra unas diminutas esporas mortales, y comienza una relación con repercusiones que sacuden el régimen, y el país, hasta sus cimientos, trasladando sus batallas a una escala mucho mayor.
La comedia negra, del guionista de “Succession”, Will Tracy, se presenta como una retorcida historia de amor entre dos personas que nunca deberían haberse enamorado, que es “exactamente por lo que todo el mundo debería verla”, dice Schoenaerts. Nada qué ver con la dictadora “El mundo está lleno de gente que nunca debería haberse conocido”, afirma.
Por suerte, fuera de la pantalla, los resultados fueron menos dañinos, con muchas risas en el plató, recuerda Schoenaerts: “Nos alivia un poco porque,obviamente,avecestenemos que ir (a lugares) oscuros”.
Y era mucho menos dictatorial que en la pantalla. “Predica con el ejemplo”, dice Schoenaerts de Winslet. “Siempre llega a tiempo, siempre está preparada, siempre es amable, generosa, abierta y extremadamente aguda. Y es muy divertido trabajar con ella”.