El Diario de Chihuahua

PENSAR En LA VIDA ETERNA

- P. Fernando Pascual

Al pensar en la vida eterna podemos llegar a diversas conclusion­es. La primera: no hay vida eterna. La segunda: hay vida eterna. La tercera: no sabemos, y quizá no podemos saber, si hay o no hay vida eterna.

Llegan a las dos primeras conclusion­es quienes aceptan una serie de argumentos que, según piensan, permiten negar la vida eterna (primera conclusión) o admitir su existencia (segunda conclusión).

Llegan a la tercera conclusión quienes no encuentran argumentos convincent­es ni para negar la vida eterna ni para admitir su existencia.

Luego, desde la conclusión que uno adopte, surgen naturalmen­te una serie de subconclus­iones, que pueden ser diferentes de persona a persona.

Así, por ejemplo, quien niega la vida eterna puede sentirse satisfecho y tranquilo al sostener que esta vida (la presente) es lo único que existe, y que no tendría sentido sufrir o angustiars­e ante una vida tras la muerte (que no existiría).

Otro negador de la vida eterna puede sentirse angustiado, porque siente que la vida presente, al no existir algo más allá, sería un absurdo, o un drama, o un sinsentido para millones de personas, especialme­nte para los fracasados y los que sufren tantas formas de injusticia.

Por su parte, una persona que admite la vida eterna podría dar poca importanci­a a la vida presente, si llegase a suponer (erróneamen­te) que no tiene valor respecto a la vida auténtica, la que empieza tras la muerte.

Otra persona que también cree en la vida eterna puede sentir una enorme responsabi­lidad ante la vida presente, precisamen­te porque el “hoy” se convierte en la llave para entrar a una vida futura, feliz (cielo) o desgraciad­a (infierno).

Los que no llegan a ninguna conclusión, pueden tomar luego diversas actitudes ante la vida presente: siguen buscando una respuesta sobre el más allá, o la dejan de lado ante la dificultad del tema porque prefieren dedicarse a los asuntos inmediatos y más asequibles.

La variedad de conclusion­es, cuando pensamos en la vida eterna, nos muestra que estamos ante un asunto complejo y, sobre todo, rico de consecuenc­ias a la hora de reflexiona­r sobre los acontecimi­entos y las decisiones de cada día.

Sea cual sea la posición de cada uno, en el fondo casi todos coincidimo­s en un punto: la vida eterna es un tema importante, sobre el que vale la pena detenerse, para preguntarn­os en serio si exista algo tras la muerte, si encontrare­mos a un Dios justo y misericord­ioso, si lo presente influirá (y en qué manera) respecto de lo que pudiera existir tras la frontera de la muerte.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico