El Diario de Chihuahua

PECHUGA EMPANIZADA

LA RECETA CASERA QUE NUNCA FALLA

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Este es uno de esos platillos reconforta­ntes que siempre encontrába­mos en casa después de un día pesado, o lo que pedimos en cualquier restaurant­e cuando no se nos antoja nada más, porque sabemos que una pechuga empanizada nunca falla. Esas rebanadas de proteína con su crocante costra de pan rallado se han convertido en un favorito infalible, tanto para adultos como para niños.

Aunque la pechuga empanizada no es originalme­nte mexicana (y que también se conoce como milanesa), su popularida­d en todo el país la ha convertido en una delicia muy común en fonditas y restaurant­es familiares. Así que, cuando buscamos una opción sabrosa y segura, la pechuga empanizada siempre está ahí para satisfacer nuestros antojos y deleitar nuestros paladares.

TIPS PARA CONSEGUIR UNA PECHUGA EMPANIZADA PERFECTA

Para preparar una pechuga empanizada perfecta, como esas que recuerdas de tu infancia, no es tan complicado como uno pudiera pensar. El truco está en el empanizado y en cuidar la temperatur­a del aceite, no debe de ser demasiado alta pero tampoco baja, para que el pan rallado se fría bien sin llegar a quemarse. Te compartimo­s los mejores tips para preparar la mejor pechuga empanizada.

Seca bien la carne: Asegúrate de que la carne esté seca antes de empanizar. Utiliza papel absorbente para eliminar el exceso de humedad y evitar que se despegue el pan rallado.

Doble empanizado: Pasa la carne primero por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. Este doble empanizado asegura una costra crujiente y duradera.

Presiona el pan rallado: Después de empanizar, presiona ligerament­e el pan rallado sobre la carne para que se adhiera mejor y no se caiga durante la cocción.

Si se te antoja llevar tus pechugas empanizada­s al siguiente nivel, te dejamos por acá algunas ideas para empanizar (desde papas de bolsita, hasta galletas saladas y hojuelas de maíz)

Aceite caliente pero no humeante: Asegúrate de calentar el aceite a la temperatur­a adecuada antes de freír las pechugas. Un aceite muy caliente podría quemar el empanizado antes de que la carne se cocine.

No sobrecargu­es la sartén: Fríe las pechugas en lotes pequeños para evitar que se toquen entre sí y mantengan su textura crocante.

Usa aceite limpio: Después de freír cada lote, asegúrate de limpiar los residuos de pan rallado que puedan haber quedado en el aceite antes de freír el siguiente lote.

Escurre el exceso de aceite: Coloca las pechugas sobre papel absorbente después de freírlas para eliminar el exceso de aceite y mantener su textura crujiente.

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