CÁNCER: CUANDO EL MUNDO SE DERRUMBA
“¿Qué será de mis hijos?, su primer pensamiento al saber que padecía la enfermedad
Estoy muy contenta porque mi enfermedad ya está en remisión. Francisca Olivas, sintió su mundo derrumbarse cuando se enteró que estaba enferma de cáncer.
Las sospechas se confirmaron. Tenía cáncer de mama y debía atenderse urgentemente.
A pesar de que acudió a tiempo a recibir atención médica, los doctores sólo le decían que esa bolita que le había salido, era de lo más normal. Era en plena pandemia y muchos lugares estaban cerrados, aún así, ella sacaba muchas citas para repetirles que sentía que algo estaba mal en su cuerpo. Hasta que tanta insistencia, cansó a uno de los galenos y le recomendó “mejor atiéndase por otro medio porque aquí se va a tardar mucho. Lo más seguro es que sea cáncer y puede desparramarse por todo el cuerpo”.
La mujer renunció al trabajo que tenía para poder recibir servicio médico en el Hospital General donde después de los estudios la canalizaron a Oncología donde inició con el tratamiento.
El miedo y los comentarios que había escuchado de gente que había fallecido a causa de la enfermedad, la tenían llorando y sin dormir. La pérdida del cabello, el dolor al recibir las quimioterapias, radioterapias, tratamientos y la extirpación de un seno, fue lo que menos le preocupaba.
“¿Qué va a ser de mis hijos?”, era la verdadera incertidumbre de Francisca.
Mientras se recargaba fuertemente en la escoba y movía el recogedor de un lado a otro persiguiendo una bolsa de papel que el aire llevaba arrastrando, los ojos se le llenaron de lágrimas.
Tenía 37 años, pero estaba consciente que conseguir empleo nuevamente sería difícil por los antecedentes de tener aún la enfermedad en su cuerpo. Sin embargo, además de buscar el sustento para comer, tenía que seguir con el proceso médico.
Una conocida le recomendó ir a pedir trabajo al Municipio, en Aseo Urbano.
“Me fui temprano a la Novena y Tamborel y le pregunté a los de un camión de la basura que dónde me podían contratar y ellos me orientaron. Llegué a la oficina y me contrataron. Ya tengo año y medio y estoy muy contenta porque además de mi salario, tengo un muy buen servicio médico”, dijo Paquita sonriendo y muestra orgullosa el chaleco color fosforescente que lleva como parte del uniforme laboral.
Esa etapa fue muy difícil, dolorosa y de miedos para la mujer, sin embargo, con el paso del tiempo se dio cuenta de algo muy importante.
“Yo era una antes del cáncer y ahora soy otra. En ese tiempo yo encontré a Dios y me refugié mucho en Él. Cuando me dijeron que mi enfermedad estaba en remisión… no sabe… uy me puse tan feliz… muy feliz que me puse. Le di muchas gracias a Dios y desde entonces veo la vida más bonita”.
“¿Quiere enviar un mensaje para las personas que están en una situación difícil o de enfermedad?”, se le cuestionó.
“Claro que sí. Que se acerquen a Dios y le echen ganitas a la vida. Agradezcan el momento que están viviendo y no todo se lo dejen al de allá arriba. También tenemos que darle una ayudadita”.
“Yo era una antes, ahora soy otra. En ese tiempo yo encontré a Dios y me refugié mucho en Él. Le di muchas gracias y desde entonces veo la vida más bonita”, expresó Francisca Olivas