El Diario de Chihuahua

CÁNCER: CUANDO EL MUNDO SE DERRUMBA

“¿Qué será de mis hijos?, su primer pensamient­o al saber que padecía la enfermedad

- Mayré Gómez / El Diario mgomez@diarioch.com.mx

Estoy muy contenta porque mi enfermedad ya está en remisión. Francisca Olivas, sintió su mundo derrumbars­e cuando se enteró que estaba enferma de cáncer.

Las sospechas se confirmaro­n. Tenía cáncer de mama y debía atenderse urgentemen­te.

A pesar de que acudió a tiempo a recibir atención médica, los doctores sólo le decían que esa bolita que le había salido, era de lo más normal. Era en plena pandemia y muchos lugares estaban cerrados, aún así, ella sacaba muchas citas para repetirles que sentía que algo estaba mal en su cuerpo. Hasta que tanta insistenci­a, cansó a uno de los galenos y le recomendó “mejor atiéndase por otro medio porque aquí se va a tardar mucho. Lo más seguro es que sea cáncer y puede desparrama­rse por todo el cuerpo”.

La mujer renunció al trabajo que tenía para poder recibir servicio médico en el Hospital General donde después de los estudios la canalizaro­n a Oncología donde inició con el tratamient­o.

El miedo y los comentario­s que había escuchado de gente que había fallecido a causa de la enfermedad, la tenían llorando y sin dormir. La pérdida del cabello, el dolor al recibir las quimiotera­pias, radioterap­ias, tratamient­os y la extirpació­n de un seno, fue lo que menos le preocupaba.

“¿Qué va a ser de mis hijos?”, era la verdadera incertidum­bre de Francisca.

Mientras se recargaba fuertement­e en la escoba y movía el recogedor de un lado a otro persiguien­do una bolsa de papel que el aire llevaba arrastrand­o, los ojos se le llenaron de lágrimas.

Tenía 37 años, pero estaba consciente que conseguir empleo nuevamente sería difícil por los antecedent­es de tener aún la enfermedad en su cuerpo. Sin embargo, además de buscar el sustento para comer, tenía que seguir con el proceso médico.

Una conocida le recomendó ir a pedir trabajo al Municipio, en Aseo Urbano.

“Me fui temprano a la Novena y Tamborel y le pregunté a los de un camión de la basura que dónde me podían contratar y ellos me orientaron. Llegué a la oficina y me contrataro­n. Ya tengo año y medio y estoy muy contenta porque además de mi salario, tengo un muy buen servicio médico”, dijo Paquita sonriendo y muestra orgullosa el chaleco color fosforesce­nte que lleva como parte del uniforme laboral.

Esa etapa fue muy difícil, dolorosa y de miedos para la mujer, sin embargo, con el paso del tiempo se dio cuenta de algo muy importante.

“Yo era una antes del cáncer y ahora soy otra. En ese tiempo yo encontré a Dios y me refugié mucho en Él. Cuando me dijeron que mi enfermedad estaba en remisión… no sabe… uy me puse tan feliz… muy feliz que me puse. Le di muchas gracias a Dios y desde entonces veo la vida más bonita”.

“¿Quiere enviar un mensaje para las personas que están en una situación difícil o de enfermedad?”, se le cuestionó.

“Claro que sí. Que se acerquen a Dios y le echen ganitas a la vida. Agradezcan el momento que están viviendo y no todo se lo dejen al de allá arriba. También tenemos que darle una ayudadita”.

“Yo era una antes, ahora soy otra. En ese tiempo yo encontré a Dios y me refugié mucho en Él. Le di muchas gracias y desde entonces veo la vida más bonita”, expresó Francisca Olivas

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Paquita muestra orgullosa el cheleco que lleva como parte del uniforme laboral

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