El riesgo de un conflicto nuclear está aumentando
Nueva York Si parece alarmista anticiparse a las aterradoras consecuencias de un ataque nuclear, tome en cuenta esto: Los gobiernos de Estados Unidos y Ucrania han estado planeando ese escenario por lo menos durante dos años.
En el otoño de 2022, una evaluación de la inteligencia de Estados Unidos dijo que había una probabilidad del 50-50 de que Rusia lanzara un ataque nuclear para detener las fuerzas ucranianas si lograban superar su defensa de Crimea.
Al prepararse para lo peor, oficiales estadounidenses se apresuraron a enviar suministros a Europa. Ucrania ha establecido cientos de detectores de radiación alrededor de las ciudades y plantas eléctricas, junto con más de mil monitores más pequeños manuales enviados por Estados Unidos.
Casi 200 hospitales en Ucrania han sido designados como lugares a los cuales acudir en el caso de un ataque nuclear.
Miles de médicos, enfermeras y demás trabajadores han sido entrenados sobre cómo responder y tratar una exposición a la radiación.
Millones de tabletas de yoduro de potasio, que protege a la tiroides de recibir material radioactivo vinculado al cáncer, están almacenados en todo el país.
El libro de instrucciones
Mucho antes de eso –justo cuatro días después que Rusia realizó la invasión a Ucrania, de hecho– la administración Biden le instruyó a un pequeño grupo de expertos y estrategias, denominado como “El Equipo Tigre” que diseñaran un nuevo “libro de instrucciones” sobre planes de contingencia y respuestas.
Integrado por expertos de inteligencia, ejército y campos policíacos, revisaron planes de preparación de emergencia que tiene años de antigüedad, desempolvando materiales que en la era del contraterrorismo y la guerra cibernética desde hace tiempo se creyó que eran irrelevantes.
El instructivo fue coordinado por el Consejo de Seguridad Nacional, que actualmente ocupa el Edificio de Oficinas Ejecutivas Eisenhower, enseguida del Ala Oeste de la Casa Blanca.
Contiene un menú recientemente actualizado de opciones diplomáticas y militares para el presidente Biden –y para cualquier futuro presidente– para que pueda actuar si ocurre un ataque nuclear en Ucrania.
En el centro de todo ese trabajo está una escalofriante conclusión: la posibilidad de un ataque nuclear, que en algún tiempo fue inconcebible en los conflictos modernos, es más probable ahora que en ningún otro tiempo desde la Guerra Fría.