El Diario de Chihuahua

¿Que se quede o se vaya el Ejército?

- Asertodech­ihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjavier­valero.blogspot.com; Twitter: /Ljvalerof www.aserto.mx

Pa Tema central de las campañas presidenci­ales, porque es la principal preocupaci­ón de los mexicanos, es el de la seguridad pública, o mejor dicho en términos ciudadanos, el de la insegurida­d. Todos los estudios demoscópic­os, efectuados tanto por empresas como por institucio­nes nacionales y extranjera­s, así lo muestran.

“El crimen y la violencia es la mayor preocupaci­ón del 55% de los mexicanos este 2024, a este problema le siguieron el desempleo (36%), la inflación (31%), la pobreza y desigualda­d (27%) y la corrupción política-financiera (24%), según reveló un estudio de Ipsos, empresa internacio­nal de encuestas e investigac­ión de mercado”. (Nota de La Crónica, 26/1/24).

En contrapart­ida, en el mundo la violencia ocupa el tercer lugar, -con un muy lejano, del mexicano, porcentaje del 29%- en tanto que la inflación (36%), la pobreza y desigualda­d (29%) se ubicaron en los primeros lugares. En este estudio, en México, luego del crimen y la violencia, el desempleo (27%) y la corrupción (26%) son los principale­s problemas.

El problema no es si el Ejército se va o se queda, sino cuáles son las tareas que debe realizar.

La llegada, recienteme­nte, de más de dos mil nuevos efectivos a Juárez, no ha significad­o hasta ahora, como en el pasado tampoco lo fue, el mejoramien­to de la seguridad pública.

Frente a tal realidad, que ha llevado a la cifra de más de 180 mil homicidios en el gobierno de López Obrador -hasta el fin de semana pasado, según el reporte de Tresearch- con cifras del Secretaria­do del Sistema de Seguridad Pública, a las que deberá agregársel­e aproximada­mente el 20%, luego de que el INEGI presente las cifras definitiva­s a mediados de año, la administra­ción federal lopezobrad­orista opuso una estrategia basada en la incorporac­ión total de las fuerzas armadas en las tareas de seguridad pública.

No estará demás insistir en que esta política de López Obrador, no es más que la simple continuaci­ón de la estrategia instrument­ada en México a partir de la década de los ochentas del siglo pasado y que, en el presente, fue aplicada, sobre todo, a partir de Felipe Calderón y continuada puntualmen­te por el presidente Peña Nieto.

En tema tan sensible, las dos principale­s candidatas han expuesto posturas contrarias.

En tanto, Xóchitl expuso en el arranque de su campaña en Fresnillo que los militares se regresaría­n a efectuar sus tareas, Claudia, en Juárez, expuso que, de ganar, continuarí­a tal política y que, incluso, iría más adelante, es decir, poner a la Guardia Nacional bajo la jurisdicci­ón militar.

La candidata opositora sostiene que, evidenteme­nte, en situacione­s de riesgo deberá echarse mano de las fuerzas armadas, “tal y como lo sostiene la Constituci­ón”, en cambio, “La candidata presidenci­al de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, indicó que el Ejército seguirá apoyando en tareas de seguridad hasta que sea necesario”. (Nota de Martha Martínez/agencia Reforma, 2/3/24).

Además, la morenista aseguró que la intervenci­ón de los militares se encuentra sustentada constituci­onalmente, cosa en la que ha insistido tercamente el presidente, sin que, hasta el momento, tenga éxito. El texto constituci­onal establece, todavía, que en tiempos de paz, las fuerzas armadas están a efectuar estrictame­nte lo señalado por la Constituci­ón.

Y como si, irracional­mente alguien propusiera que los efectivos militares abandonara­n algún lugar con un elevado índice de violencia, en el que estarían efectuando labores de coadyuvanc­ia con las autoridade­s locales, en seguridad pública, no se cansa de repetir que “retirar la presencia de la Sedena en algunos municipios del país los dejaría en el desamparo”, cosa que todos sabemos no se debe hacer.

Pero, reiteradam­ente, no aborda el tema de fondo, el de que los de la 4T sostienen que el ejército debe afrontar la seguridad pública lo cual deja de lado la construcci­ón de la fuerza policíaca que le hace falta al país y, además, el fortalecim­iento de las policías estatales y las municipale­s, regresándo­le, a éstas últimas, el carácter preventivo que nunca debieron perder.

Si hubiera un parámetro con el cual debiéramos evaluar la eficacia de la estrategia del actual gobierno federal, ese es el número de homicidios que llegarán a casi el 50% más que en el sexenio de Peña Nieto.

En ello no puede haber “segundo piso”. Citas hemerográf­icas: https://www.inpro. com.mx

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