8 de Marzo
No sabes lo que es el miedo, si no te tocó nacer mujer”
Al comenzar a escribir mi editorial de esta ocasión, pensé, -en que seguramente-, el texto de hoy, será muy parecido al que publiqué el año pasado, o el antepasado, alrededor de estas fechas; pues el motivo es el mismo y las condiciones no han cambiado; no han mejorado nada y, -por el contrario-, han empeorado.
La conmemoración por el Día Internacional de la Mujer, nos permite cavilar sobre la lucha (todas las luchas), en las que nos hemos inmiscuido desde hace años; para hacer valer nuestros derechos, ejercer nuestras libertades, gritar para ser escuchadas, pregonar o lanzar consignas con un clamor de justicia, exigir que no se nos violente, agreda o discrimine por el hecho de haber nacido en el género femenino.
Ya sabemos que no es una celebración; no deberíamos andar enviando saludos o felicitaciones, si comprendemos el origen fatídico que dio lugar a la designación de esta fecha. Claro que no podemos evitar recibir, cientos de mensajes, memes, imágenes lindas, con caras alegres, flores, caricaturas tiernas, enviadas por los hombres a las mujeres o entre nosotras mismas. Las redes sociales se llenan de este tipo de publicaciones.
Sin embargo, no nos cansaremos de hacer ver que es un día de reflexión, de llamado a la conciencia social, de comprensión y sororidad. Un día, para sumar voluntades, mostrar empatía por quienes han sufrido; solidarizarnos con las causas de las mujeres.
Sea que estemos de acuerdo o no, en determinadas razones, al menos, seamos respetuosas y respetuosos del dolor ajeno.
En fin, son muchas las causas, que dan pie a salir a la calle, a manifestarnos, a expresar nuestro sentir y pensar; pues aún sigue muy amplia la brecha de desigualdad de condiciones entre hombres y mujeres.
Esta tarde, habré de marchar; acudiré acompañada por amigas y familiares. Afortunadamente, no hemos sufrido directamente algún tipo de suceso grave, como lo han padecido muchas de las mujeres que andarán ahí; pero estoy plenamente convencida de que, si una cae, todas le ayudamos a levantarse; si dañan a una, nos están dañando a todas; si somos solidarias, la carga pesada será más llevadera entre todas.
En razón de esta conmemoración, muchas instituciones públicas y privadas, se dan a la tarea de organizar foros, conversatorios, conferencias o pláticas. He tenido la posibilidad de asistir a varias, durante toda esta semana.
Quisiera resaltar, el magno evento organizado por el Ayuntamiento de Chihuahua, en colaboración con la Universidad Autónoma de Chihuahua, en el Teatro de la Ciudad.
Estuvo magnífica la disertación de la Señora Minerva Tavárez Mirabal, hija de Minerva Mirabal, una de las tres hermanas, que se han convertido en un emblema a nivel mundial.
Su madre, junto con Patria y María Teresa, lucharon en República Dominicana, contra la dictadura de Trujillo, en ese país, en la década de los 50´s; quienes fueron brutalmente torturadas y asesinadas a golpes, el 25 de noviembre de 1960. De ahí que esa fecha, fuera designada como el “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”. Ellas, adoptaron nombres clave, por estar involucradas en actividades opuestas al régimen opresor. Se hacían llamar mariposas; por eso, la imagen de este invertebrado sigue siendo un símbolo poderoso de resistencia y de defensa por los derechos humanos, específicamente, de lucha feminista.
Minou Mirabal, nos platicó su experiencia, de primera mano, como hija de una de ellas, e hija de un héroe nacional, pues su padre, también fue un luchador social.
Cito textual, algo que nos dijo en su mensaje: “cuando todavía no usábamos las palabras feminismo, misoginia, crimen de género, violencia sexista, abuso contra la mujer y otras poderosas herramientas lingüísticas con qué pensar, analizar e intentar cambiar la realidad, porque de eso se trata…”.
Así que les aclaro, para quienes aún creen que esto del feminismo es una moda, que exageramos, que “estamos locas”, que no tenemos otra cosa mejor que hacer; dichos conceptos tuvieron que surgir y tienen que hacerse valer. Emergen ante una necesidad imperante de ser visibilizadas. La sociedad en su conjunto habremos de entenderlas, manejarlas, utilizarlas y sobre todo comprender su significado profundo y todo lo que está detrás de sus definiciones. Para de esta manera, poder cambiar y mejorar. No vamos a avanzar, si no somos empáticas.
En muchos aspectos, las mujeres no somos tomadas en cuenta. Sigue quedando mucho por hacer.
Ya es momento, de ser sororas.
Ya es momento…