‘feliz, Y VOY por más si dios Quiere’
Celebra bailando su centenario de vida
Nacido el 1 de marzo de 1924 en la ciudad de Chihuahua, Santiago Terrazas, festejó en grande sus 100 años de vida con mucho ánimo en compañía de amigos, hijos, nietos, bisnietos y familia, donde les mostró el gusto por la vida y deseos de cumplir más si Dios le concede más tiempo.
Actualmente es residente de la ciudad de El Paso, Texas en Estados Unidos, quien como jubilado ha pasado los últimos años, ya que trabajó durante mucho tiempo en el estado de California, además de ser un constante practicante de diferentes deportes.
Hijo de Isabel Terrazas, madre soltera, comenzó a trabajar desde los nueve años en una gasolinera ubicada en la avenida Zarco, ya que su deseo siempre fue ayudar a su mamá y a sus hermanos con la intensión de que si un día formara una familia, no le faltara nada.
Es así que se casó con María de la Merced López Irigoyen, con quien tuvo ocho hijos: Sergio Manuel, Santiago, María de Lourdes, Reina Isabel, Mirna Patricia, María Teresa, Nidia Emilia y Claudia Olivia; de ellos, actualmente tiene 16 nietos y 23 bisnietos.
Además, fue deportista destacado de frontón, deporte en el que participó en varios torneos locales, regionales y hasta nacionales; también fue basquetbolista y beisbolista. En búsqueda de una mejor vida, emigró a Estados Unidos para trabajar, pero no le impidió que continuara con su vida de ejercicio, así que se dedicó al tenis de cancha; de este deporte fue prácticamente habitual incluso después de los 80 años. Su esposa, a la que amó profundamente y de manera incondicional, falleció un 28 de febrero de 2015; en aquel tiempo, Santiago sufría de una insuficiencia renal y debía hacerse una diálisis periódicamente. Inexplicablemente, sus riñones comenzaron a regenerarse y volver a funcionar, por lo que ya no ha sido necesaria; se ha mantenido sano en su totalidad, lucidez, puede caminar aunque con cierta debilidad, razón por la que usa un andador con ruedas pero intenta mantenerse activo al salir y mantener un actitud siempre positiva; únicamente toma pastilla para la presión normalmente y vitaminas.
Para conmemorar su centésimo aniversario, su familia le hizo una gran fiesta, donde fue el padrino del Torneo Regional de Pickleball de El Paso, Texas
Suele comer de todo, carne, pescado, pollo, verduras, frutas, postres, dulces; también le gusta beber de manera moderada cerveza o vino; también toma aceite de orégano, que supone pudiese ser la causa del mejoramiento renal.
Él vive junto con su hijo, Sergio, quien le heredó su pasión deportiva, ya que en la capital del estado, perteneció al equipo de Dorados de Basquetbol por la década de los 70.
Para celebrar su centésimo aniversario, su familia le hizo una gran fiesta, donde fue el padrino del Torneo Regional de Pickleball de El Paso, Texas.
Acudieron todos sus hijos con sus familias, sus tres cuñadas que aún viven, amigos, así como su compadre, Víctor González, quien fuese dueño de la icónica zapatería Domitt en la calle Libertad, muy famosa de la década de los 70 y ahora sigue pero con otro nombre.
Hasta los casi 90 años, trabajó como abuelo voluntario en escuela primaria, donde siempre daba consejos a los niños y es querido por muchos por su alegría y forma de ver la vida con ánimo.
Su fiesta fue en grande, todos con atuendos deportivos, ya que es lo que él quería para su celebración; bailó un poco, partió su pastel, dio algunas palabras y platicó con todos, ya que habla muy fluido y recuerda a cada persona que conoció, así como estar al pendiente de todo lo que ocurre en el mundo.
Tiene miles de anécdotas curiosas, sorprendentes, optimistas y lecciones de vida. “Una vez, junto con mi hijo, jugamos tenis con unos jóvenes y les ganamos. Yo de casi 80 años”, platicó con jocosidad en una de tantas situaciones que ha vivido.
Dijo que no hay secreto de la longevidad y está muy contento por haber llegado a esa edad. También se sentiría feliz si pudiera llegar a ser tatarabuelo, pero eso es algo que se lo dejará a Dios. “Esto feliz, sí se siente bien llegar a los 100 años. Yo voy por más si Dios, quiere”.
Las lecciones que siempre dio es su vida en sí, porque se dedicó a trabajar y hacer el bien por los demás; amó a su esposa hasta el día de su muerte, hizo lo mejor por todos sus hijos y nunca los abandonó. Mantiene una actitud de amor a la vida, sentido del humor, ganas de ver el mundo todos los días y como él dice, dejará este plano cuando Dios lo llame, pero por mientras, seguirá con alegría y ánimo viviendo.