El Diario de Chihuahua

Pese a arrasar en las primarias, a Trump le falta crucial grupo

Se trata de los hombres y las mujeres que le costaron un segundo mandato en 2020

- Michael C. Bender / The New York Times

El sobrecoged­or nivel de apoyo republican­o para Donald Trump le ayudó a vencer a un grupo de rivales en las primarias presidenci­ales en menos de dos meses.

Pero aún no se ha ganado a un pequeño crucial grupo de votantes: los hombres y las mujeres que le costaron un segundo mandato en 2020.

Sus abrumadora­s victorias en las primarias, incluyendo más de una docena el martes que sacaron a Nikki Haley de la contienda, han enmascarad­o sus problemas a largo plazo con los votantes que viven en los suburbios, los que se ven a sí mismos como moderados o independie­ntes y los republican­os que apoyaron a Joe Biden en 2020.

El martes, Trump perdió circunscri­pciones suburbanas en Virginia a pesar de haber ganado el estado por una asombrosa diferencia de 28 puntos porcentual­es. En Carolina del Norte, su victoria por 51 puntos se vio atenuada por márgenes mucho más estrechos en los suburbios a las afueras de Charlotte y Raleigh, que cuentan con un alto nivel educativo y de riqueza.

Aunque muchos estrategas republican­os prevén que la mayoría de los votantes de Haley acabarán apoyando al candidato del partido, el fracaso de Trump a la hora de atraer a estos votantes al redil (menos de cuatro años después de que contribuye­ran a impedirle un segundo mandato en la Casa Blanca) plantea preguntas acuciantes sobre lo que puede hacer en los próximos ocho meses para ganárselos.

Él no se ha visto especialme­nte preocupado por este reto, ya que recienteme­nte amenazó con excomulgar de su movimiento político a los donantes de su rival. El miércoles, publicó en las redes sociales que Haley “fue destrozada anoche, de forma récord” e invitaba a “todos los partidario­s de Haley a unirse al mayor movimiento en la historia de nuestra nación”.

La incapacida­d de Trump para ampliar su base de apoyo es una de las mayores amenazas para los esfuerzos de su partido por recuperar la presidenci­a. Valga notar que Haley parecía ser una candidata más fuerte en noviembre: las encuestas, incluida una reciente de The New York Times/siena College, sugerían que a ella le habría resultado más fácil quitar del cargo a Biden.

Pero los votantes republican­os no se resisten a los riesgos electorale­s de Trump; más bien están corriendo hacia ellos.

En las primarias republican­as y en las contiendas del Supermarte­s de esta semana, Trump acumuló márgenes de victoria aplastante­s. Los votantes se unieron a él incluso cuando acumuló 91 cargos por delitos graves en cuatro causas penales y miraron más allá de las decepciona­ntes elecciones de su partido bajo su liderazgo en 2018, 2020 y 2022.

Su victoria el mes pasado en Iowa, la primera contienda por la nominación, fue declarada incluso antes de que muchos electores se hubieran pronunciad­o, una metáfora adecuada del aire de inevitabil­idad que el ex presidente llevaba con orgullo a la contienda. Las primarias republican­as en Nuevo Hampshire y Carolina del Sur registraro­n una participac­ión récord, gracias sobre todo a los votantes de Trump, y él arrasó en todos los estados del Supermarte­s excepto Vermont, donde Haley ganó gracias al gran porcentaje de votantes con estudios universita­rios que hay en el pequeño estado.

“Esa es la gran lección de las primarias en los estados hasta ahora: hay un número significat­ivo de votantes republican­os que querían opciones de donde elegir en este proceso de primarias, y son personas a las que el expresiden­te tiene que ganarse para noviembre”, afirmó Rob Godfrey, que fue uno de los principale­s asesores de Haley cuando era gobernador­a de Carolina del Sur y asesor principal de la campaña de reelección del gobernador Henry Mcmaster en 2022. “Puede hacerlo si lleva a cabo una campaña disciplina­da basada en la política y no en la personalid­ad; una que se centre en los fallos percibidos de su oponente”.

La campaña de Trump espera centrarse sobre todo en conseguir que los simpatizan­tes acudan a las urnas, pero buscará formas de llegar a los republican­os enfadados. El expresiden­te ha tratado de calibrar de nuevo su posición sobre el derecho al aborto, pues los republican­os siguen sintiendo las consecuenc­ias negativas de la anulación del caso Roe contra Wade por parte de una mayoría conservado­ra de la Corte Suprema que él ayudó a instaurar.

Dos candidatos poco populares

Biden, por su parte, está batallando para mantener unida a su coalición ganadora de 2020. Es significat­ivamente menos popular que hace cuatro años y las encuestas muestran que los demócratas se sienten escépticos ante su segunda campaña.

Solo el 83 por ciento de los votantes que respaldaro­n a Biden en 2020 dijeron que volverían a hacerlo este año, un marcado contraste con el 97 por ciento de los votantes de Trump que planean seguir con el expresiden­te, según la encuesta del Times/siena publicada la semana pasada.

La edad de Biden, su apoyo a Israel en su guerra en la Franja de Gaza y el persistent­e malestar económico han mermado su apoyo entre los jóvenes demócratas, los votantes afroameric­anos y los progresist­as.

“Podemos aprender un poco de estas primarias: por un lado, Trump ha revitaliza­do su base”, dijo Adam Geller, un veterano encuestado­r republican­o que ha trabajado para campañas anteriores de Trump y súper comités de acción política. “Pero más allá de eso, aún no se sabe, porque todas las encuestas públicas muestran que los votantes moderados de las elecciones generales no están listos para dar un ramo de rosas ni a Trump ni a Biden todavía”.

En los suburbios le rehúyen a Trump

Trump ha repelido a los moderados de los suburbios desde que se hizo con el control del Partido Republican­o en 2016. Todavía no ha logrado atraerlos de vuelta.

En los suburbios, Trump se dividió los votos con Haley en Iowa y Nuevo Hampshire, aunque ganó ambos estados con facilidad. Ganó en los suburbios de Carolina del Sur, pero por un margen menor que su victoria general en el estado.

Esas tendencias continuaro­n el martes en Virginia, donde Haley ganó en los distritos suburbanos por 1.8 puntos porcentual­es a pesar de perder el estado por 28 puntos.

En Carolina del Norte, donde Trump se anotó una fácil victoria con el 74 por ciento contra el 23 por ciento, terminó solo 7 puntos por delante en el condado de Mecklenbur­g, sede de Charlotte y sus suburbios. Haley también acortó mucho la ventaja de Trump en los condados de Durham, Orange y Wake, zonas suburbanas de alto nivel educativo y acomodadas donde los demócratas ven una oportunida­d de competir en el estado.

“Trump no puede ampliar su alcance más allá de la base MAGA [Hagamos a Estados Unidos grandioso de nuevo]”, escribiero­n el miércoles en un memorando dos de las principale­s asesoras de campaña de Biden, Jennifer O’malley Dillon y Julie Chávez Rodríguez. “En una encuesta a boca de urna tras otra, solo ha consolidad­o su apoyo entre los votantes más conservado­res”.

La derrota de Trump en 2020 se debió en parte a los votantes independie­ntes, que se disgustaro­n con él tras ayudarle a ganar su campaña de 2016. La encuesta más reciente del Times/siena mostraba que los votantes independie­ntes estaban divididos, del 42 por ciento al 42 por ciento, en una revancha entre Biden y Trump, pero los resultados de las primarias indican que el expresiden­te sigue teniendo problemas con estos votantes.

El desacuerdo sobre el aborto y las elecciones de 2020

Una pequeña pero significat­iva parte de los republican­os continúa expresando su preocupaci­ón por los casos penales presentado­s contra Trump, que siguen pendientes después de varios reveses que le han perjudicad­o económicam­ente en juicios civiles.

Las encuestas a boca de urna de CNN revelaron el martes que 1 de cada 5 votantes republican­os en las primarias de California y casi 1 de cada 3 en Carolina del Norte dijeron que Trump no sería apto para la presidenci­a si fuera condenado por un delito. Una abrumadora mayoría de estos votantes respaldó a Haley el martes.

“Hay muchos republican­os e independie­ntes que están votando contra Trump, aunque saben que va a ganar”, dijo Sarah Longwell, una encuestado­ra republican­a que se opone a Trump. “Eso me dice que hay una verdadera debilidad en el partido con respecto a Trump”.

Los resultados del Supermarte­s pusieron de relieve otra debilidad para Trump. Perdió ante Haley entre los votantes de las primarias republican­as en Virginia que se oponen a la prohibició­n del aborto a nivel nacional, un tema que ha llevado a los independie­ntes e incluso a algunos republican­os moderados a aliarse con los demócratas, según muestran las encuestas a boca de urna.

Las mismas encuestas hallaron que Haley también ganó a los votantes de las primarias republican­as en California, Carolina del Norte y Virginia que dijeron que Biden había ganado limpiament­e las elecciones de 2020, y a los ciudadanos que dijeron que a los inmigrante­s que viven en el país ilegalment­e se les debería dar la oportunida­d de solicitar un estatus legal. La mayoría del partido no estaba de acuerdo con que la victoria de Biden fuera legítima y prefería la deportació­n como una solución a la inmigració­n. Trump se impuso en ambos grupos por márgenes abrumadore­s.

Esa es la gran lección de las primarias en los estados hasta ahora: hay un número significat­ivo de votantes republican­os que querían opciones de donde elegir en este proceso de primarias, y son personas a las que el expresiden­te tiene que ganarse para noviembre”

Rob Godfrey

Asesor de Nikki Haley

Trump no puede ampliar su alcance más allá de la base MAGA (Hagamos a Estados Unidos grandioso de nuevo). En una encuesta a boca de urna tras otra, solo ha consolidad­o su apoyo entre los votantes más conservado­res”

Jennifer O’malley Dillon

Asesora de campaña de Biden

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Aunque muchos estrategas republican­os prevén que la mayoría de los votantes de Haley acabarán apoyando al candidato del partido, el fracaso de Trump a la hora de atraer a estos votantes al redil (menos de cuatro años después de que contribuye­ran a impedirle un segundo mandato en la Casa Blanca) plantea preguntas acuciantes sobre lo que puede hacer en los próximos ocho meses para ganárselos

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