Así las cosas, con las propuestas de seguridad
Ciudad Juárez.- El tema de la seguridad es uno de los ejes de trabajo más importante para todos los gobiernos; y cuando digo todos los gobiernos, me refiero a que no importa si son municipales, estatales o federal; todos tienen la obligación de contribuir al establecimiento de la paz y la seguridad; claro, debemos partir de que cada uno desde sus atribuciones y facultades; esto me lleva a la frase de que “todos deben hacer la parte que les corresponde”.
La naturaleza misma de los gobiernos tiene que ver con la obligación de proveer seguridad, paz y justicia; de hecho, el surgimiento de la sociedad misma tiene que ver con agruparnos para permanecer seguros; esa es la razón por la cual estoy convencido que todas las personas que aspiramos a una responsabilidad pública, sobre todo en el ámbito ejecutivo de los gobiernos, debemos tener en cuenta el compromiso de contribuir para establecer las condiciones necesarias para que todos los ciudadanos vivan seguros y en un Estado de Derecho.
Es fácil suponer que esa es la razón por la que los candidatos han puesto en marcha sus campañas tocando el punto de la seguridad. Tanto Claudia Sheinbaum, como Xóchitl Gálvez. Ambas candidatas mostraron visiones sobre este tema, en las cuales se advierte puntos de vista diametralmente opuestos para abordar la problemática. Por un lado, tenemos a la candidata del frente opositor proponiendo un “refrito” de lo que ya hemos visto en administraciones anteriores; específicamente en el gobierno de Felipe Calderón y que probó ser un fracaso, mientras que Sheinbaum nos presenta la posibilidad de alcanzar la seguridad en un camino de concordia y atacando los puntos que dan origen a la violencia.
Sobre lo que propone Xóchitl Gálvez, es fácil darnos cuenta de que su camino no fue una solución en el pasado y que, difícilmente será solución ahora; de hecho, nosotros en Juárez fuimos testigos y víctimas de la estrategia calderonista de represión y complicidad entre el gobierno y el crimen organizado. Por eso la cabeza de la estrategia para combatir la delincuencia, Genaro García Luna se encuentra preso en los Estados Unidos como consecuencia de sus vínculos con los delincuentes.
Esa complicidad de la cabeza se contagió a todo el cuerpo; por eso en esta ciudad fronteriza vivimos una etapa oscura donde los cuerpos de seguridad federales en contubernio con los criminales secuestraban, robaban y extorsionaban a la población que debían proteger; esa es la razón por la que los juarenses celebramos la salida de la Policía Federal de Juárez y también cuando se apresó y condenó a García Luna. Ese es el camino que no estamos dispuestos a volver a transitar.
Cuando Xóchitl Gálvez centra su propuesta en materia de seguridad en hacer una cárcel de máxima seguridad como una respuesta meramente punitiva; está evocando las cárceles de Nayib Bukele en El Salvador, donde se violan permanentemente los derechos humanos; pero, sobre todo, está olvidando que, en nuestro país, según el INEGI en el Informe Nacional Penitenciario Federal y Estatal del 2022, existen 96 centros penitenciarios con certificación o acreditación por organismos nacionales y extranjeros. Este tipo de estrategia ya nos la prometieron en el pasado y lejos de ser una solución, se convirtió en un problema.
Por otro lado, está la propuesta de Claudia Sheinbaum, que proviene de una articulación social basada en atacar las causas que originan la violencia y la inseguridad, propone atender las condiciones de vulnerabilidad para establecer la base de acción de la estrategia de seguridad en tres grandes ejes coordinados; primero quitarle los jóvenes al crimen organizado, fortaleciendo los programas sociales y abriendo acceso a una educación más amplia y democrática; una reforma judicial para evitar la puerta giratoria y brinde la seguridad de que los criminales sean sujetos del estado de derecho y por último, mantener la guardia nacional en la estrategia de combate directo.
Tenemos ante nosotros dos caminos; uno propuesto por Xóchitl Gálvez, que nos lleva a la corrupción y que nos recuerda las acciones que los gobiernos neoliberales tomaron y que no dieron resultados. Otro, propuesto por Claudia Sheinbaum que nos presenta una estrategia centrada en atender las causas del problema, pero también con la fortaleza que el estado mexicano tiene para combatir al crimen organizado. Confío en que la ciudadanía pueda tomar la mejor opción.