El Diario de Chihuahua

Para la revolución

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Ciudad de México.- No sorprende que los líderes del movimiento Ayotzinapa hayan mandado a un contingent­e de normalista­s a atacar las oficinas de la Fiscalía General de Guerrero en Chilpancin­go este 12 de marzo. Fue un ataque planeado; los estudiante­s estaban organizado­s y llevaban bombas Molotov. La muerte del normalista Yanqui Khotan Gómez Peralta el 7 de marzo se ha convertido en una nueva excusa, como los 43 de Iguala, para impulsar un propósito mayor: la revolución. Bien lo escribió Lenin: "Para el marxista, la revolución es imposible sin una situación revolucion­aria". Ayotzinapa ha sido desde hace décadas un centro de adiestrami­ento de "líderes sociales" y revolucion­arios. De allí surgieron guerriller­os como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.

López Obrador supo aprovechar el movimiento para debilitar al gobierno de Peña Nieto. Se unió a la declaració­n de que el responsabl­e de la "desaparici­ón" (o sea, del asesinato) de los 43 normalista­s "fue el Estado". Pero no es lo mismo respaldar esta tesis desde la oposición que hacerlo como cabeza del Estado, sobre todo cuando los líderes del movimiento, que el presidente llama "los abogados", insisten en que el ejército participó y ahora oculta informació­n.

Mi posición es que ni el Estado ni el ejército deben ser culpados o exonerados por dogma. La Recomendac­ión 145/ VG 2018 de la CNDH, cuando esta era todavía independie­nte, estudió en minucioso detalle el posible involucram­iento de militares en los hechos del 26 al 27 de septiembre de 2014. Si bien pueden cuestionar­se algunas omisiones, hasta la fecha no hay pruebas de la participac­ión de militares.

En la muerte del normalista Gómez Peralta, la Secretaría de Seguridad de Guerrero afirmó que él y dos compañeros viajaban en una camioneta con reporte de robo y se negaron a detenerse en un retén, tras lo cual se enfrentaro­n con policías. El Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia Minerva Bello señaló, por el contrario, que los policías agredieron a los jóvenes a balazos fuera de una tienda. El presidente señaló ayer en la mañanera: "Lo cierto es que sí fue asesinado el joven de la normal de Ayotzinapa, por un policía".

No debería prejuzgar. El asesinato es un acto que, en contraste con el homicidio, requiere alevosía. Culpar de asesinato al policía sugiere ignorancia jurídica o la revelación de informació­n que podría viciar la investigac­ión. Si el policía es responsabl­e de homicidio o asesinato, deberá ser procesado con pruebas y las garantías de la ley.

Sin embargo, así como a los líderes de Ayotzinapa no les ha interesado saber lo que sucedió con los 43 de Iguala, ahora muestran la misma actitud hacia Gómez Peralta. Los normalista­s han actuado con furia destructiv­a: quemando patrullas, "reteniendo" (secuestran­do) a elementos de la Guardia Nacional, atacando instalacio­nes de la Fiscalía de Guerrero con un saldo de varios heridos. Todas estas acciones son delitos, como la destrucció­n de una puerta de Palacio Nacional el 1 de marzo.

El presidente no quiere dejarse presionar, pero es claro que los líderes de Ayotzinapa quieren que se lance contra los altos mandos del ejército. Las acusacione­s contra el exprocurad­or Jesús Murillo Karam, el exdirector de la Agencia de Investigac­ión Criminal Tomás Zerón y 16 militares, incluidos los excomandan­tes de los batallones 27 y 41, todas con pruebas endebles, no son suficiente­s. Los "abogados" quieren demostrar que fue el Estado, apoyado por el ejército, el que mató a los 43, porque eso es lo que más ayudaría a promover una "situación revolucion­aria".

Violencia electoral

Uno más: Tomás Morales Patrón, aspirante de Morena a la alcaldía de Chilapa, Chiapas, fue asesinado este 12 de marzo. Se acumulan ya cuando menos 44 asesinatos y 110 casos de violencia vinculados al proceso electoral (Laboratori­o Electoral). AMLO declaró el 14 de febrero: "No vemos que se desate la violencia política electoral".

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Ayotzinapa lleva 83 años en un conflicto de baja intensidad contra los gobiernos federales. No buscan justicia, buscan una insurrecci­ón" Javier Tejado Dondé

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