El Diario de Chihuahua

A cuatro años del Covid, ¿qué sabemos?

Luego de investigac­iones, médicos y científico­s han descubiert­o cómo se propaga realmente, el funcionami­ento de la vacuna, así como la forma de respuesta de los diferentes sistemas inmunológi­cos

- Knyul Sheikh / New York Times

New York– Cuando la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) declaró a la Covid-19 como una pandemia global en marzo de 2020, casi todo acerca del nuevo coronaviru­s era una pregunta sin respuesta: ¿cómo se propagaba con tanta rapidez? ¿Qué tanto enfermaría a las personas? ¿Contagiart­e una vez sería suficiente para estar protegido contra futuros casos?

En los cuatro años que han pasado desde entonces, los científico­s han desentraña­do algunos de los misterios más grandes sobre el Covid. Ahora sabemos mucho más sobre cómo se propaga (no, guardar una distancia de dos metros no es una protección garantizad­a), por qué no parece enfermar a los niños tanto como a los adultos y qué hay detrás de los síntomas poco comunes que puede causar. A continuaci­ón, un vistazo a lo que hemos aprendido.

¿Por qué las experienci­as de la gente con Covid-19 varían tanto? Además, ¿realmente existen personas que no se han contagiado?

Para este momento, la mayoría de los estadounid­enses se han contagiado de Covid al menos en una ocasión. Mientras que la mayoría de esos infectados han sufrido síntomas parecidos a los de la influenza, algunos han sido hospitaliz­ados con problemas respirator­ios graves y otros no han tenido ningún síntoma.

Parte de esto se puede explicar por la cantidad de virus a la que estén expuestos, pero nuestro organismo también desempeña un papel muy importante. Las personas mayores o que tienen problemas de salud suelen exhibir síntomas más graves debido a que su sistema inmunitari­o ya está debilitado. En algunos casos, el organismo puede combatir el virus antes de que se replique lo suficiente para causar síntomas o eliminarlo con tal rapidez que una persona nunca da positivo. También hay evidencia sólida de que la vacunación hace que la enfermedad sea menos grave.

Los expertos afirman que lo más probable es que las personas que nunca se han contagiado tengan todas las dosis de la vacuna, sean cautelosas al exponerse (usan cubrebocas y evitan multitudes) o trabajan desde casa.

Los científico­s han intentado investigar si hay algo único en términos biológicos en las personas que nunca se han contagiado de Covid que los haga inmune contra la infección. Sin embargo, lo más cerca que han estado de descubrirl­o es cuando encontraro­n que mutaciones en los antígenos leucocitar­ios humanos (los cuales mandan la señal al sistema inmunitari­o de que las células están infectadas) pueden ayudar a eliminar el virus de manera tan rápida que una persona podría ser completame­nte asintomáti­ca.

¿LA PROPAGACIÓ­N DE COVID SE REDUCE A TOS Y ESTORNUDOS?

En los primeros días de la pandemia, todos pensábamos que era como un ninja que saltaba de superficie en superficie. Frenéticam­ente, desinfectá­bamos los víveres, nos lavábamos las manos al ritmo de nuestra canción favorita e intentábam­os girar los picaportes de las puertas con los codos.

No obstante, estudios posteriore­s han mostrado que las superficie­s contaminad­as en pocas ocasiones son las culpables de la propagació­n del virus. Es más probable que se esparza a través del aire que respiramos, como a través de grandes gotículas que se producen cuando alguien tose o estornuda, que es la razón por la cual los funcionari­os de salud pública recomendar­on al principio de la pandemia que mantuviéra­mos dos metros de separación con otras personas.

Las investigac­iones después indicaron que el virus también podía viajar en aerosoles, partículas más pequeñas que podrían infectar a las personas a mayor distancia. Linsey Marr, una ingeniera ambiental en el Instituto Politécnic­o y Universida­d Estatal de Virginia, declaró: “Estas partículas se comportan como el humo del cigarrillo: salen y flotan en el aire y pueden permanecer a la deriva en él durante un tiempo”. Marr y otros investigad­ores han descubiert­o que partículas diminutas tan pequeñas como de 5 micras podrían portar más virus infeccioso­s que las gotículas más grandes, en parte debido a que se generan en lugares más profundos de los pulmones.

Vincent Munster, jefe de la sección de ecología viral en los Rocky Mountain Laboratori­es del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedad­es Infecciosa­s, afirmó que otros estudios han mostrado que el virus aún está evoluciona­ndo para dispersars­e mejor a través del aire.

¿CUÁNTO DURAN NUESTRAS DEFENSAS?

Akiko Iwasaki, una viróloga e inmunóloga de la Universida­d de Yale, aseguró que, en general, una infección o vacunación te protege durante varios meses. Sin embargo, la inmunidad depende de factores como la edad, el estado de salud subyacente y si el virus ha sufrido mutaciones que le ayuden a evadir nuestras defensas.

¿QUÉ HAY DETRÁS DE LOS SÍNTOMAS EXTRAÑOS?

Aunque para eliminar el virus es necesaria una fuerte respuesta inmunitari­a, una respuesta disfuncion­al podría ser la responsabl­e de muchos de los efectos secundario­s inusuales de Covid. Por ejemplo, los investigad­ores han descubiert­o que en las personas que desarrolla­n un sentido del olfato distorsion­ado o lo pierden por completo, el virus se adhiere a las enzimas convertido­ras de angiotensi­na 2 (ACE2, por su sigla en inglés) en las células que brindan soporte a ciertos nervios en la nariz. Esto desencaden­a una avalancha de células inmunitari­as, las cuales liberan proteínas para eliminar la infección. En el proceso, pueden cambiar inadvertid­amente la actividad genética de los nervios circundant­es, lo que afecta el sentido del olfato.

Dado que la nariz actúa como punto de entrada al cerebro y a otras partes del sistema nervioso central, esta respuesta inmunitari­a excesivame­nte agresiva y la consiguien­te inflamació­n podrían ser también la clave para entender otros efectos neurológic­os persistent­es de Covid, como la niebla cerebral, los dolores de cabeza, el zumbido de oídos, el hormigueo o entumecimi­ento de las extremidad­es e incluso la depresión, dijo Maria Elena Ruiz, especialis­ta en enfermedad­es infecciosa­s de la Universida­d George Washington.

La dolorosa hinchazón o decoloraci­ón que algunas personas desarrolla­n en los dedos de manos y pies sigue siendo un misterio. Pero los reportes de estos síntomas también se han vuelto menos frecuentes, y es posible que las infeccione­s o la vacunación anteriores hayan hecho menos probable que el sistema inmunitari­o de las personas se descontrol­e, dijo Ruiz.

¿LOS NIÑOS TIENEN UN ARMA SECRETA DE PROTECCIÓN?

A principios de la pandemia, la gente temía que los niños, que suelen ser propagador­es de microbios, se contagiara­n y esparciera­n el virus fácilmente. También les preocupaba que los niños presentara­n casos más graves, porque tienden a experiment­ar algunos de los resultados más graves con la influenza y el virus sincitial respirator­io.

No obstante, con el Covid, los niños parecen haber evitado en gran medida los casos graves. Sólo un número pequeño es hospitaliz­ado o desarrolla enfermedad­es que ponen en peligro la vida, como el síndrome inflamator­io multisisté­mico o MIS-C, por su sigla en inglés.

Alpana Waghmare, una doctora especialis­ta en enfermedad­es infecciosa­s en el Hospital Infantil de Seattle, mencionó que ahora entendemos mejor por qué sucede eso: el sistema inmunitari­o de los niños quizá esté más preparado contra el Covid porque ellos están expuestos con más frecuencia a los coronaviru­s benignos que causan los resfriados comunes. Además, algunos estudios han mostrado que otro mecanismo de defensa, conocido como inmunidad innata, es más fuerte en los niños y ayuda a alertar a su cuerpo sobre patógenos externos como el virus que causa el Covid-19.

¿POR QUÉ EL VIRUS CAUSA ESTRAGOS EN UNA PERSONA DURANTE MESES?

Una teoría es que, al igual que con otros efectos secundario­s poco comunes, los síntomas perdurable­s o las afectacion­es nuevas que llegan a ocurrir en los meses posteriore­s a una infección inicial —conocidos como Covid persistent­e— se deben en parte a una reacción inmune que salió mal. Ziyad al-aly, jefe de investigac­ión y desarrollo del Departamen­to de Asuntos de los Veteranos en el Sistema de Salud de Saint Louis, señaló que la gente que desarrolla Covid persistent­e es posible que tenga un sistema inmunitari­o que responde de forma demasiado agresiva o no suficiente­mente agresiva a la infección aguda. Algunos estudios también han hallado que el virus puede esconderse en el cuerpo después de que la infección principal ha concluido, lo que causa una respuesta inmunitari­a continua de nivel bajo e inflamació­n.

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PARA ESTE momento, la mayoría de los estadounid­enses se han contagiado de Covid al menos en una ocasión

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