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Mont Tremblant Ski Resort, en Canadá, extiende la temporada de esquí hasta la primera quincena de abril, así que los amantes de estas experiencias aún pueden planear su viaje
Mont Tremblant Ski Resort, en Canadá, es el favorito tanto de los amantes de los deportes de aventura como de quienes gozan de las bondades del turismo ‘wellness’ o de bienestar. Además, la temporada de esquí suele extenderse hasta la primera quincena de abril.
A drenalinay belleza
Un blanquísimo paisaje salpicado de coloridos techos de edificios es la primera impresión que el viajero obtiene de Mont Tremblant Ski Resort. Este sitio es uno de los cinco distritos de la población homónima ubicada en la región de las Lauréntidas, en la bella provincia canadiense de Quebec. Aquí suele anochecer pronto; por ello, los viajeros aprovechan al máximo la luz natural y desde muy temprano aficionados a los deportes de nieve se reúnen en las góndolas, enfundados en sus atuendos especiales y cargando sus llamativos esquís o tablas de snowboard, mientras esperan su turno para llegar a lo alto de la nívea montaña.
Puras delicias
En la cima, los esquiadores se concentran en escoger la ruta idónea de las múltiples pistas disponibles para descender de la montaña, siempre tomando en cuenta las condiciones climáticas del día y el nivel de dificultad.
Alrededor del mediodía los canadienses hacen una pausa para tomar el almuerzo, el l’axe Lounge al interior del famoso Hotel Fairmont Tremblant está al pie de la cumbre y regala vistas privilegiadas de la montaña por lo que es una opción muy concurrida.
Tras el almuerzo, algunos optan por volver a las pistas, otros deciden cambiar los esquís y realizar actividades como paseos en motonieve y trineos de perros.
¡V am os aaprender!
Para quienes se inicien en este deporte, el resort posee una reconocida escuela de esquí que ofrece lecciones privadas o grupales, para niños y adultos. Las clases oficialmente sólo se dan en francés e inglés, pero con algo de suerte podrás encontrar a algún amable instructor que hable español.
A papach os alalm a
Por la tarde, la villa de estilo europeo se llena de vida, los visitantes optan por ir de compras y, por supuesto, prueban el famoso le poutine, un clásico de la comida quebequense elaborado con papas fritas, gravy de carne y queso. No hay que perderse la cena en alguno de los reconocidos restaurantes. Son pocos quienes deciden desvelarse, la gran mayoría de los viajeros se van a dormir temprano, con el fin de prepararse y estar listos para las aventuras de la mañana siguiente.