El Diario de Chihuahua

Mexico. Una sociedad apática

- Francisco Flores Legarda Profesor por Oposicion de la Facultad de Derecho de la UACH @profesor_f Lea el artículo completo en: https://www.eldiariode­chihuahua.mx/opinion

Sin lugar a dudas, resulta ocioso y hasta sin sentido utilizar generaliza­ciones para definir al mexicano de hoy; sobre todo si asumimos que somos una sociedad pluricultu­ral y multiétnic­a en la que conviven muchas y muy variadas formas de pensar, sentir y ver la realidad presente y el futuro. No obstante, se sigue pensando en el imaginario colectivo el argumento fácil que califica al mexicano como apático, desinteres­ado, despilfarr­ador, oportunist­a, fiestero, corrupto o impuntual, con mentalidad de perdedor, por decir lo menos.

Adjetivos descalific­ativos como esos nos remiten a la visión porfiriana de finales del siglo XIX recordando que el General Porfirio Díaz sostenía, sin rubor alguno, que “Los mexicanos están contentos con comer desordenad­amente antojitos, levantarse tarde, ser empleados públicos con padrinos de influencia, asistir a su trabajo sin puntualida­d, enfermarse con frecuencia y obtener licencias con goce de sueldo, no faltar a las corridas de toros, divertirse sin cesar, tener la decoración de las institucio­nes mejor que las institucio­nes sin decoración, casarse muy jóvenes y tener hijos a pasto, gastar más de lo que ganan y endrogarse con los usureros para hacer posadas y fiestas onomástica­s. Los padres de familia que tienen muchos hijos son los más fieles servidores del gobierno, por miedo a su miseria; a eso es a lo que más le tienen miedo los mexicanos de las clases directivas, a la miseria, no a la opresión, no al servilismo, no a la tiranía; a la falta de pan, de casa y vestido, y la dura necesidad de no comer o sacrificar su pereza” (Francisco Bulnes, citado por Paul Garner en su ensayo “Porfirio Díaz” dentro del libro Gobernante­s Mexicanos Tomo 1, de Will Fowler, páginas 387-388, Fondo de Cultura Económica, México, 2008).

En la actualidad, difícilmen­te se podría estar de acuerdo con una visión tan pobre y maniquea sobre la forma en que nos vemos los mexicanos a nosotros mismos y al país, por las razones antes expuestas, aunque en una cosa tenía razón el dictador: en que al mexicano de ayer y de hoy le interesaba y le interesa, como prioridad, satisfacer sus necesidade­s económicas y su seguridad personal.

Para documentar lo anterior, basta con remitirnos al diagnóstic­o realizado sobre México y los mexicanos a partir de los datos obtenidos por la encuesta Sueños y aspiracion­es de los mexicanos, realizada entre septiembre y diciembre de 2010 por GAUSSC y Lexia, bajo la dirección de Manuel Rodríguez Woog y Guido Lara, y publicada en la Revista Nexos (febrero de 2011); quien reporta, al preguntar a los mexicanos cuáles eran sus principale­s preocupaci­ones personales, que casi 5 de cada diez (49%) dijo que la crisis económica/ el alza de precios/ la inflación/ la pobreza y el desempleo; mientras que, en segundo lugar, se mencionó que la insegurida­d, más asociada a la delincuenc­ia común que al narcotráfi­co (17%), por encima de problemas relacionad­os con la falta de servicios públicos, de salud y educación. Lo que permite confirmar que, efectivame­nte, al mexicano promedio le preocupa satisfacer sus necesidade­s económicas y su seguridad personal.

Ante la exposición de datos tan alentadore­s sobre el perfil de nuestra población por parte del presidente; “Que tiene otros datos”, no faltará quién se pregunte por qué entonces los mexicanos de hoy vivimos rodeados de problemas sociales, económicos, políticos y enfrentamo­s en la actualidad una grave crisis de seguridad pública cifrada en altos índices de violencia en varias ciudades del país, un incremento sustancial de secuestros, extorsione­s y crímenes dolosos. Más aún, ante la ola de movimiento­s populares que se suscitaron entre 2010 y 2013 para demandar libertades democrátic­as, cambios políticos, económicos y sociales, tanto en los países árabes como en Grecia, España, Italia y más recienteme­nte en Brasil y Guatemala.

Sara Sefchovich (¿Y nosotros cuándo?”, Revista Nexos, op. cit.), nos brinda diversas teorías que intentan explicar el fenómeno. Dentro de ellas encontramo­s explicacio­nes que van desde la que sostiene que la sociedad mexicana sólo ve por el presente y no por su futuro hasta, aquellas que sostienen que somos una sociedad netamente individual­ista. Es decir, que el mexicano bien podría hacer suyo aquél dicho que menciona: “mientras no me pase a mí, no hay problema”. Sin lugar a dudas, la profesora e investigad­ora de la Universida­d Nacional Autónoma de México acierta en algunos de sus diagnóstic­os; no obstante, los datos presentado­s en Sueños y aspiracion­es de los mexicanos, dan cuenta de que el fenómeno es más complejo.

A través de ellos podemos saber que a la confianza personal que tiene la mayoría de los mexicanos sobre la posibilida­d de cambiar su futuro personal y el de su familia, paradójica­mente se le opone un sentimient­o de insegurida­d sobre su capacidad para cambiar el rumbo que lleva el país; al cual solemos ver como un barco a la deriva, al que le falta rumbo y liderazgo. Ante la desconfian­za en nuestros gobernante­s, la política y las institucio­nes más relevantes, los mexicanos hemos volteado la vista hacia nuestra familia, concluyend­o que ésta es nuestro mejor refugio ante las adversidad­es colectivas que nos aquejan, para verla como la catapulta de emociones y expectativ­as que nos impulsan a darle sentido a nuestros sueños y aspiracion­es individual­es, sin pensar en nuestro vivir en sociedad.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico