El Diario de Chihuahua

LAS SEÑALES Y LO QUE PUEDES HACER

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La gingivitis casi nunca es evidente porque no es dolorosa, pero, según Neiva, las personas que la tienen quizás observen que sus encías sangran cuando se cepillan los dientes o usan el hilo dental. Es probable que las partes de las encías que están junto a los dientes también se vean rojas en lugar de rosas.

Jeong afirmó que tal vez los fumadores con gingivitis no tengan sangrado ni ningún otro síntoma. “La gente tiende a pensar: ‘bueno, nunca me sangran las encías, así que todo debe estar bien’”, pero esa es una equivocaci­ón, dijo.

Cepillarse los dientes y usar el hilo dental de manera periódica puede ayudar a prevenir la gingivitis, pero cuando esta se instala, quizás no baste con una buena higiene oral en casa. Eso ocurre porque es probable que las bacterias se hayan comenzado a acumular debajo del nivel de las encías, explicó Neiva. En esos casos, en ocasiones pueden servir una limpieza profesiona­l y a veces antibiótic­os para tratar (y curar) la gingivitis. Cuando la gingivitis se ha convertido en una enfermedad periodonta­l más avanzada, es posible que la encía de los pacientes comience a retroceder haciendo que los dientes parezcan más largos, afirmó Jeong. Tal vez también experiment­en más sensibilid­ad alrededor de las encías. Quizás sus dientes no encajen igual que antes cuando muerden debido a que estos se han modificado y es posible que tengan mal aliento crónico. Finalmente, sus dientes pueden comenzar a aflojarse e incluso a caerse. La enfermedad periodonta­l avanzada puede ser incurable. Sin embargo, es posible que los especialis­tas recomiende­n tratamient­os que detengan el avance o prevengan una mayor pérdida de hueso y encía. Al final, no es difícil mantener las encías saludables. Neiva recomienda cepillarse los dientes dos veces al día, usar hilo dental una vez al día y visitar al dentista.

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