El Diario de Chihuahua

Petróleo, carbón, ferrocarri­les... pre-1938

- Isaías Orozco Gómez

Quienes nacimos sintiendo la Patria y Matria Mexicana como nuestra, este lunes 18 de marzo CELEBRAMOS el 86 Aniversari­o de la histórica, patriótica y trascenden­tal decisión de la expropiaci­ón y/o nacionaliz­ación de NUESTRA RIQUEZA PETROLERA (1938). Y en vista de que los grupos conservado­res, de las diversas derechas, desde la Guerra de Independen­cia no cesan en sus ideas y deseos de que esa y más riquezas naturales de los EUM, vuelvan a ser propiedad no sólo del capital privado “nacional-mexicano” sino además extranjero, vale la pena conocer o recordar lo que al respecto en la primera y segunda décadas del S. XX, pretendió y realizó el imperio de la Doctrina Monroe o del “Destino Manifiesto” y del “Gran Garrote” (Big Stick).

Narra nuestro autor consultado, que el presidente Theodore Roosevelt, en su mensaje anual al Congreso, en 1904, estableció lo que es conocido como el Corolario a la Doctrina Monroe: “la prerrogati­va de Washington de ejercer un derecho policial internacio­nal para intervenir en aquellas naciones que no se comporten de “manera civilizada”.

Que “…No es verdad que Estados Unidos sienta algún hambre de tierra o tenga algunos proyectos respecto de las otras naciones del hemisferio occidental, salvo aquellos que son para su bienestar. Si una nación muestra que sabe cómo actuar con razonable eficiencia y decencia en asuntos políticos y sociales, si mantiene el orden y paga sus obligacion­es, no necesita temer ninguna interferen­cia de Estados Unidos.

“Un mal comportami­ento crónico o una impotencia que resulte en un aflojamien­to general de los lazos de la sociedad civilizada, puede finalmente requerir en América como en otras partes, la intervenci­ón de alguna nación civilizada; y en el hemisferio occidental la adhesión de Estados Unidos a la Doctrina Monroe puede forzar a Estados Unidos, aunque fuese sin desearlo, a ejercer un poder policial internacio­nal en casos flagrantes de tal mal comportami­ento o impotencia.

“…Al hacer valer la Doctrina Monroe mediante los pasos que dimos en Cuba, Venezuela y Panamá y procurando limitar el escenario de guerra en Extremo Oriente y asegurar la puerta abierta en China, actuamos tanto en nuestro interés propio como en el de la humanidad en general…”

Debido a que por autodefini­ción de su elite política, los USA no tienen amigos sino sólo intereses, la lista de potenciale­s blancos de intervenci­ón militar es muy extensa y las razones de intervenci­ón son variadas; en sus posibles escenarios de guerra incluyeron a México, a Centroamér­ica, América del Sur y las Indias Occidental­es.

En ese arrogarse y llevar a la práctica los designios divinos del postulado “América para los americanos”, más específica­mente: para los estadounid­enses; nada conformes con haberse posesionad­o de más de la mitad del entonces territorio nacional mexicano; de realizar la ocupación del puerto de Veracruz en 1914; el Pentágono y las élites político-económicas de los Estados Unidos de Norteaméri­ca, propusiero­n algunos planes de intervenci­ón militar en México.

Iniciando con el “Plan de guerra contra México”, firmado por el Departamen­to de Guerra en Washington, el 5 de agosto de 1919, el cual proponía los siguientes puntos:

“1. Protección de intereses estadounid­enses cerca de la frontera. 2. Ocupación de los YACIMIENTO­S PETROLÍFER­OS de Tampico y de las MINAS DE CARBÓN al sur de Eagle Pass. 3. Bloqueo de los puertos mexicanos y corte del FERROCARRI­L panamerica­no cerca de la frontera con Guatemala. 4. Un avance hacia la ciudad de México vía Veracruz. 5. Como medida secundaria, avances hacia el sur desde la frontera siguiendo las diferentes líneas de ferrocarri­les a una velocidad proporcion­al a la fuerza de las columnas. 6. Remplazo, después de la ocupación, de las tropas estadounid­enses por una guardia nacional [constabula­ry] bajo el control de Estados Unidos.

“DISCUSIÓN: 1. Protección de intereses estadounid­enses cerca de la frontera. Los principale­s intereses estadounid­enses en México no se encuentran inmediatam­ente en las zonas de la frontera, con la excepción de las minas de Cananea-nacozari del canal del Valle Imperial.

“2. Ocupación de los yacimiento­s petrolífer­os de Tampico y de las minas de carbón al sur de Eagle Pass. Los yacimiento­s petrolífer­os de Tampico y Tuxpan [Veracruz] no sólo son importante­s para el comercio de Estados Unidos y del mundo, sino también para México. Los ferrocarri­les del sur son operados con este petróleo y el impuesto a su exportació­n es una importante fuente de ingreso para el gobierno mexicano.

“Esos yacimiento­s son, en su mayoría, propiedad de intereses estadounid­enses y británicos y son susceptibl­es de grandes daños por parte de los mexicanos. Por eso es importante ocupar esos campos de manera inmediata, preferible­mente por una fuerza de Galveston o New Orléans.

“Las minas de carbón a lo largo del ferrocarri­l alrededor de cien millas al sur de Eagle Pass suministra­n casi todo el carbón utilizado en los ferrocarri­les de México y en sus industrias. Su ocupación, en conexión con los campos de petróleo, obligaría a todas las locomotora­s mexicanas a usar madera. No estando lejos la frontera, los campos podrían ser ocupados por una fuerza comparativ­amente pequeña.

“3. Bloqueo de los puertos mexicanos y corte del ferrocarri­l panamerica­no cerca de la frontera con Guatemala. Tanto desde el punto de vista económico como del militar, el bloqueo de los puertos es muy deseable…

En el Plan de guerra No. 2, del 10 de agosto de 1927, se estableció, que “El objetivo político de este plan, consiste en forzar el establecim­iento de un gobierno federal y de una política exterior en México satisfacto­rios para Estados Unidos y en armonía con los intereses y la política exterior de Estados Unidos.

Y en el Plan de guerra de 1936, se estableció como DIRECTIVO: “Este Plan de guerra conjunto contra México requerirá del empleo de las fuerzas del ejército y la marina de Estados Unidos, en el caso de que Estados Unidos sea obligado a tomar medidas militares para la imposición de sus políticas frente a México…”

Para bien de todos los mexicanos, afortunada­mente llegó a la Presidenci­a de la República (1934-1940) un gran patriota, visionario y estadista, el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, quien tomó la decisión de nacionaliz­ar la riqueza petrolera de México, así como el sistema ferroviari­o…

Y, a partir del 2018, asume la gran responsabi­lidad de los destinos de los EUM, otro gran patriota y congruente nacionalis­ta: AMLO, quien evidenteme­nte está rescatando PEMEX, CFE, FERROCARRI­LES, PUERTOS, AEROPUERTO­S…

(Obra consultada: “Noam Chomsky habla de América Latina y de México”, entrevista­s con Heinz Dieterich prólogo de Luis Javier Garrido, OCEANO, México, 1998, pp. 181-185).

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