... Y siguen llegando a la capital
Entre 250 y 300 personas de diversas nacionalidades fueron bajadas del tren en la estación Tabalaopa de Ferromex y se sumaron al campamento de migrantes ubicado en el bulevar Juan Pablo II e Industrial 10, de la colonia Robinson.
Dicho campamento, instalado desde el 23 de enero en un baldío, ya albergaba a cuando menos 100 migrantes que buscan la manera de seguir su camino hasta la frontera, ya sea a pie o mediante algún vehículo particular que les dé aventón, pues no se les permite volver a abordar los trenes.
Durante el recorrido que hizo esta casa editora por el lugar, los migrantes que recién llegaron a la capital señalaron que algunos agentes de seguridad les dijeron que no pueden abordar ningún tipo de vehículo porque podrían ser detenidos y que, si deseaban transitar por la ciudad, tendrían que hacerlo a pie.
Así, más hombres, mujeres y decenas de niños siguen hacinados en casas de campaña improvisadas y pasan los días pidiendo apoyo afuera de algunos negocios, cuyos dueños han pedido en varias ocasiones que sean retirarados.
Precisamente, en días pasados la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) realizó un operativo para desalojarlos, los migrantes sólo accedieron a moverse de la entrada de una tienda Oxxo que se encuentra cerca, ya que los encargados reportaron que su presencia causaba molestias a los clientes y bajan las ventas. Algunos otros locales comerciales también han hecho reportes para que estas personas sean retiradas, sin embargo, el propio gobierno municipal ha señalado que deben ser el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional quienes decidan si los trasladan a alguna estación migratoria o los repatrian.
La situación en el campamento no se reduce únicamente a las quejas de los comerciantes, también hay un riesgo en materia de salud para los propios migrantes que, además de tener que tomar medidas como quemar los desechos que producen, no cuentan con vestimenta adecuada o protección contra el cambiante clima de la ciudad.
Aunado a esto, el miércoles 13 de marzo se registró un hecho violento dentro del campamento, cuando un migrante hondureño de 31 años fue herido con un arma de fuego en una pierna, a raíz de una supuesta riña ocurrida la noche anterior.
Esta situación ha generado críticas por parte de las autoridades estatales, municipales y la iniciativa privada, quienes han criticada la falta de una política migratoria adecuada por parte del gobierno federal.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Federico Baeza Mares, hizo un llamado a las autoridades a reubicar el campamento al considerar que se ha convertido en una bomba de tiempo por las condiciones insalubres, el crecimiento que observa y la afectación a los negocios cercanos.
Una postura similar tomó el titular de la Canacintra, Armando Gutiérrez Cuevas, al exigir acciones claras para atender esta situación y poner orden dentro del campamento.
El presidente municipal, Marco Bonilla, ha declarado que la crisis migratoria revela un “valemadrismo” por parte de la federción, ya que no se hace cargo del problema y son las autoridades locales las que tienen que buscar soluciones.
Cerca de 300 personas fueron bajadas del tren ayer