Gana sofía batalla contra la leucemia
Sofi festejó de manera simultánea su cumpleaños y el alta del hospital, por lo que también fue reconocida por las y los trabajadores del Hospital Morelos
Con gran alegría y emoción Ana Sofía Pinedo Fierro tocó este viernes la “Campana de la Esperanza” en el Hospital Morelos del IMSS, por haber ganado la batalla contra la leucemia.
Este día, la pequeña quien se hizo acompañar por su familia, festejó de manera simultánea su cumpleaños, por lo que también fue festejada y reconocida por las y los trabajadores de diversas categorías de la institución.
Entre una valla de aplausos, “Sofi” agradeció las muestras de cariño por todos los presentes, quienes afirmaron que es un ejemplo de fortaleza y un aliento de esperanza para los pacientes que en estos momentos enfrentan padecimientos oncológicos.
Su madre, Ana Marilú Fierro, recuerda que todo comenzó en 8 de julio del 2020. “Mi niña tenía una semana presentando fiebres por las noches y mucho cansancio. Un día la llevé al pediatra para revisarla; le realizaron estudios y la canalizaron a oncología. Inmediatamente vengo al hospital Morelos y en ese momento se determinó que se tenía que quedar hospitalizada por presentar síntomas de una leucemia”.
Fue entonces cuando se inició el proceso correspondiente y duró un mes internada, posteriormente, inició su tratamiento de inducción para la quimioterapia, por lo que su estancia en esa unidad médica se prolongó a un mes más.
“Se le dio de alta, porque afortunadamente Ana Sofía respondió bien al tratamiento; sin embargo, regresó por una pancreatitis, por lo que estuvo nueve días internada en terapia intensiva. Después nos fuimos a casa, en donde duramos dos días y regresamos por Covid-19. Se le brindó el tratamiento por esta enfermedad y salió adelante, sin embargo, duró 15 días internada, lo cual fue muy difícil porque fueron fiebres muy altas”.
La joven madre reconoce que fue un proceso muy difícil. “Un día lloré tanto. Sofía me miró a los ojos y me tomó las manos y me dijo: “mamá no me quiero morir”. Fue en ese momento, cuando me derrumbé. Me hinqué y comencé a orar con todas mis fuerzas y a pedirle a Dios que derramara sobre mi hija su bondad, ese amor que siempre nos ha dado. En ese momento, sentí esa gracia en mí y Sofi dejó de tener fiebres”.
“Realmente fue un milagro, fue el espíritu Santo, para mí eso fue. A los tres días la dieron de alta. Seguimos el tratamiento en casa y posteriormente iniciamos la segunda fase del tratamiento. Un 3 de diciembre, iniciamos la fase final del tratamiento, que son 120 semanas de quimioterapia”, dijo.
Ana Marilú reconoció que, en todo este tiempo, la pequeña entró aproximadamente “unas 60 veces al hospital, hemos tenido Covid-19 en dos ocasiones más y de todas salió adelante”.
“Ella siempre ha sido valiente y un ejemplo de vida, al mostrar siempre una gran fortaleza. Sufría más yo. Ella me decía: vamos a echarle ganas. Verla sufrir, me partía el alma, más cuando entraba a las quimioterapias”, añadió.
Destacó con emoción, que el pasado 30 de mayo del 2023 fue su última quimioterapia. Ahí mismo le hicieron un estudio, que dio como resultado una prealta que se cumplió en mayo, es decir, se tuvo que dejar un tiempo para reafirmar el diagnóstico, y fue por ello que el día de hoy tocamos la Campana de la Esperanza.
“El proceso fue todo un reto. Fue vivir todo el tiempo sintiendo ¿qué va a pasar mañana?, ¿qué nos va a esperar mañana? pero siempre tuvimos la seguridad de que todo iba a estar bien”.
“Cuando me dijeron: ya no va a haber quimioterapia, sentí cómo me quitaron un peso de encima. Quería salir y comerme el mundo, que mi hija viviera, que se metiera a la alberca, que saliera al sol, que jugara y conviviera con sus amiguitos”.
“En todo este proceso fue encerrarla en una burbujita para que ella se mantuviera bien, para que lo lograra, para que llegara a este momento. Estoy muy agradecida con el personal del Seguro Social, del Hospital Morelos, sólo me queda decirles: ¡gracias por cuidar a mi niña, por estar siempre al pie del cañón!”, concluyó.
“El proceso fue todo un reto. Fue vivir todo el tiempo sintiendo ¿qué va a pasar mañana?, ¿qué nos va a esperar mañana? pero siempre tuvimos la seguridad de que todo iba a estar bien”, expresó la mamá de Sofi