RECOGIENDO LOS CADÁVERES QUE MOSCÚ VA DEJANDO
Señalan que la cantidad de cuerpos en las calles ‘son impresionantes’
Nueva York— Oleksii Yukov pasa muchas noches eludiendo drones, navegando entre minas terrestres, con la esperanza de no ser alcanzado por la artillería rusa mientras recoge los restos de los soldados caídos en el campo de batalla.
En tan sólo tres filas de árboles derribados que estaban alrededor de la destruida población de Klishchiivka en las afueras de Bakhmut, en donde las fuerzas rusas y ucranianas han luchado sangrientas batallas durante más de un año, ha recolectado 300 cuerpos.
Casi todos son rusos, dijo, y han quedado rezagados por la violencia en donde la lucha por mantenerse vivo usualmente supera la preocupación por los muertos.
Yukov ha estado recogiendo cuerpos de los ensangrentados campos y destruidas poblaciones del este de Ucrania durante una década.
Actualmente es el jefe de un grupo de voluntarios civiles llamados Platsdarm y ha atestiguado más muertes de las que puede recordar.
Aunque Rusia está realizando una ofensiva lenta con un gran costo humano, Yukov dice que el número de muertos es impactante. Relató que ha recuperado grupos de cuatro o cinco cuerpos apilados en las trincheras. Hombres que mueren con uniformes de verano y que quedan enterrados bajo los hombres que tienen puesto uniforme de invierno.
En algunas ocasiones, los soldados rusos se llevan los cuerpos, los colocan en grandes hoyos y los cubren porque no pueden respirar cerca de ellos. “No saben qué hacer con ellos”, dijo.
La decisión del ejército ruso de sacrificar miles de soldados en un esfuerzo por ganar territorio ha sido la característica definitoria del año pasado de la guerra --- que ha sido exhibida con pérdidas considerables en la captura de dos ciudades ucranianas: Bakhmut en mayo pasado y Avdiivka en febrero.
Con el fin de tener un conocimiento de la escala de muertes, The New York Times viajó con el equipo de recolectores de muertos de Yukov, entrevistó a soldados ucranianos acerca de cómo es vivir en medio de la muerte y equipados con drones militares les permitieron una vista inédita de algunos de los campos de batalla más letales.
El mejor momento de recoger los cuerpos es cuando la temperatura es pésima, cuando hay neblina o lluvia, dijo Yukov, porque los drones rusos no pueden volar.
A él le gusta acercarse al lugar que desea durante la noche, aunque el movimiento final tiene que ser cuidadosamente programado y usualmente es cancelada la operación.