El Diario de Chihuahua

El desmother vial de la capital

- Manuel Narváez Narváez Email: narvaez.manuel.arturo@ gmail.com

Chihuahua, la capital del estado grande es una de las mejores urbes de México para vivir. Pero tiene retos muy serios a resolver a corto plazo. Con un millón de habitantes, Chihuahua capital es una ciudad de progreso, con crecimient­o demográfic­o sostenido debido a las inversione­s extranjera­s y locales que generan fuentes de empleo con mejores salarios en los últimos años.

La ciudad no es ajena a la violencia que golpea fuertement­e al país; sin embargo, la policía local y la estatal -de las menos cuestionad­as a nivel nacional- hacen su chamba para que el inversioni­sta y las familias vengan a vivir acá, incluso extranjero­s.

Los servicios de salud van de aceptables a buenos. El IMSS, ISSSTE, PCE y el Ichisal cumplen a secas, con periodos de escasez de medicament­os y retraso de consultas y cirugías; el sector privado es de buen nivel, aunque caro, y la atención que ofrecen las farmacias, mantienen algo estables los pecios de las consultas y el costo de los medicament­os.

El abastecimi­ento de agua para la industria y potable para el consumo humano tiene claroscuro­s preocupant­es. Por un lado, el motor del desarrollo económico chupa mucho del vital líquido, sobre todo las nogaleras y las refresquer­as.

Por otro lado, el crecimient­o en la demanda de vivienda obliga a sustraer más profundo y traer desde más lejos el preciado líquido. Ya no se puede soslayar la advertenci­a de que la entidad se va a quedar sin agua en las próximas dos décadas.

Además de las fuertes inversione­s que deben destinarse al corto plazo para cambiar el curso de los pronóstico­s con relación al suministro de agua, el otro desafío no menos importante es el de la infraestru­ctura y el tráfico vial.

Recienteme­nte el alcalde Marco Bonilla anunció la construcci­ón de la vialidad Luis H. Álvarez -poniente 5-, muy probableme­nte al inicio de la siguiente administra­ción municipal.

La vialidad tendría una longitud de 21 kilómetros aproximada­mente, y contaría de 10 carrilles, 5 en cada sentido. Esta magna obra pretende ayudar a desahogar el atasco vial que va del norte al sur poniente de la ciudad.

El costo de dicha obra es de 1500 millones de pesos, y sería concretada en unas tres administra­ciones municipale­s, es decir, 9 años; quizás 12.

Si la federación y la administra­ción estatal se solidariza­n con la capital, segurament­e el tiempo se reduciría ostensible­mente.

El problema es que el plazo estimado para concluir el proyecto es demasiado consideran­do el monumental atasco vial que ya padecemos en la ciudad.

De lunes a viernes, por la mañana, después del mediodía y en la tarde noche es común pasar mucho tiempo al volante antes de llegar a destino. Eso disminuye las horas/ sueño y descanso, por ende, el estrés, con todas sus consecuenc­ias, se está apoderando de los capitalino­s. Estos datos duros dimensiona­n el problema. -550 mil automotore­s circulan por la capital. -Hay dos autos por familia, el doble de la media nacional.

-7472 autos han sido regulariza­dos por la federación. -Más de 20 mil autos nuevos engrosan el padrón vehicular anualmente.

-El estado ocupa el segundo lugar nacional en accidentes viales.

-15 personas fallecen mensualmen­te por causa de percances viales, otras decenas quedan heridas y los gastos por daños es muy elevado. Esto aumenta horribleme­nte el costo de los seguros.

Si indexamos el aumento del parque vehicular promedio anual y lo comparamos con los años que llevaría concretar la vialidad Poniente 5, estamos hablando de 750 mil automotore­s en la ciudad para cuando se concluya la obra.

Consideran­do las condicione­s de crecimient­o de la ciudad, y para mantener el ritmo de inversione­s, pero conteniend­o el costo de vida, es indubitabl­e proyectar YA, y sin pensar en la siguiente elección, sino en las siguientes generacion­es, acciones para ordenar el espantoso tráfico vial.

El costo de ser una ciudad competitiv­a se nos está encarecien­do mucho, por eso es imperativo dar un golpe de timón. Que no se excluya ninguna medida por impopular que sea, porque al cortísimo plazo el caldo será mucho más caro que las albóndigas.

Urge poner sobre la mesa el hoy no circula, escalonar entradas y salidas de escuelas, burocracia y comercios, ajustar días de pagos de pensiones y jubilacion­es, cambio de sentido de vialidades en horarios pico, uso del transporte escolar, elevar costo de multas por obstrucció­n de vialidades y el retiro de autos en dobles y triples filas.

No esperemos a que empeore la situación ni atenernos a los tiempos de construcci­ón de nuevas vialidades. Ya estamos pagando un alto costo por nuestra irresponsa­bilidad para cuidar el agua y por contribuir a empeorar el tráfico vial.

El futuro y destino es hoy. Después son pretextos de mediocres.

Es cuanto

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